Unos años antes de que los franceses y los ingleses inauguraran con la figura del detective el relato policial clásico, los románticos alemanes dieron forma a la narración criminal más preocupada por la naturaleza del delito y los avatares sociales del criminal.
Por Martin Glatsman
Se sabe que los alemanes piensan distinto. Hasta en las cosas más básicas podemos encontrar diferencias admirables que revelan un determinado pensamiento, una forma de contar historias con un particular sentido de la observación, y la minuciosidad que a la hora de resolver un crimen será fundamental y eficiente. O sea, un modo de ver que constituye una mirada específica hacia los crímenes y misterios que se relatan en este libro.
En la introducción del libro, escrita por Miguel Vedda, leemos: “La narración de crimen y misterio constituye la modalidad específica que adoptó en los países de lengua alemana, ya desde mediados del siglo XVIII, el género policial”. Acostumbrados a leer los clásicos policiales que dieron nacimiento a los detectives como Auguste Dupin de Poe o Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, “la postulación de una variedad alemana del policial provocará, quizás, extrañeza”. Pero –puede agregarse– al mismo tiempo admiración y asombro por la capacidad que estos narradores poseen para describir las pasiones, intrigas y miserias humanas.
Cuentos de crimen y misterio comienza con Narración criminal de August Gottlieb Meißner (1753-1807) centrado en la figura del delincuente que ha pensado minuciosamente todos los detalles de su crimen “perfecto”, pero fracasa por la irrupción de un imprevisto sobrenatural. Meißner fue profesor de estética en Praga y se podría conjeturar que supo tomar de esa mágica ciudad relatos fantásticos que incorporaría en la resolución de su historia criminal.
El libro prosigue con Marianne L. Una historia verídica de 1788, del actor y escritor Cristian Heinrich Spieß (1755-1799), texto de una particular crudeza en las descripciones del cadáver de la protagonista que tiene como fin, según Vedda, “excitar la fascinación de los lectores hacia lo patético y lo sangriento”. Además, se presenta en esta selección un relato admirable del escritor Heinrich von Kleist (1777-1811). El duelo es una narración policial de verdadero corte filosófico, en donde Von Kleist profundiza en la desesperación de unos personajes que luchan por afirmar sus valores morales dentro de una sociedad que se empeña en desplazarlos y excluirlos.
El volumen continúa con la novela corta Un duelo, del escritor jurista Jacob Donatus Hubertus Temme (1798-1881). “Hay que ser un verdadero demonio para gobernar el mundo”, se lee en el relato que con el trasfondo de las revueltas sociales de 1848 da forma a un personaje (“¿verdugo o asesino?”), representante de la relación emergente entre crimen y capitalismo.
Por último nos encontramos con un final sinfónico: Liese Mazapán, del escritor y prefecto de la Biblioteca de Viena, Friedrich Halm (1806-1871). Si Temme intuía el cinismo y la crueldad moderna, Halm presenta en la figura de Liese el auténtico representante de un nuevo sujeto capitalista especulador que busca la acumulación de riqueza como un fin en sí mismo y que necesita vivir simulando su verdadera identidad al estilo de lo que será más tarde Mr. Ripley de Patricia Highsmith.
En definitiva estamos en presencia de un libro curioso, no sólo por la selección de autores sino también por la particular forma que éstos tienen de construir y presentar la trama policial. De un lado, un crudo objetivismo, que aproxima el relato al estilo del archivo policial y lo asimila a la no ficción; del otro, un aprovechamiento de motivos mágicos y sobrenaturales próximo al cuento de fantasmas o a la novela corta fantástica. Todo esto hace de la Kriminalgeschichte –la narración o historia criminal– un texto más afín a los relatos de Kafka y Dostoievski que a los clásicos policiales ingleses y franceses con resolución de enigmas.
Cuentos de crimen y misterio
Selección, traducción, introducción y notas: Miguel Vedda
VV. AA.
Unsam / Editorial Biblos
207 páginas
fuente: pagina12.com.ar
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