29.4.15

Preocupa la salud de Ricardo Piglia

El escritor y teórico literario padece esclerosis lateral amiotrófica,ELA. Se puede firmar un petitorio para aprobar un nuevo medicamento para tratar la enfermedad

Ricardo Piglia, autor argentino de El camino de Ida; padece ELA, ayuda solidaria con tu firma./estandarte.com,lavoz.com.ar

En las últimas horas se conoció la noticia de que el escritor argentino Ricardo Piglia padece esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa que requiere de un tratamiento  complejo, y que en su momento también afectó al genial humorista Roberto Fontanarrosa.
Fue el sello Ediciones de la Flor el que dio a conocer la información, con un comunicado titulado "Ediciones de la Flor pide tu ayuda para Ricardo Piglia".
"Adjuntamos un link para firmar una petición acerca de un nuevo medicamento diseñado para tratar la Amyotrophic lateral sclerosis (ALS) por sus siglas en inglés -Esclerosis lateral amiotrófica-, ELA y necesita aprobación. Con un millón de firmas se podría presentar esta petición ante FDA (Food and Drug Administration, USA) para acelerar los procesos que conlleva y poder acceder a este nuevo tratamiento. Apoyemos esta oportunidad. Gracias", dice el comunicado de la editorial, acompañado de un link con el petitorio, que ya lleva cerca de 500 mil firmas.
Para firmar, se puede ingresar acá.
El sello independiente argentino Ediciones de la Flor, en el que han publicado Umberto Eco, Liniers, Silvina Ocampo o Quino, ha lanzado en estos días un llamamiento para ayudar al escritor Ricardo Piglia. Piglia, aquejado de esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Por una triste casualidad, la enfermedad también afectó al escritor Roberto Fontanarrosa.
Ediciones de la Flor nos conmina a firmar una petición en Change.org, relativa a un nuevo medicamento diseñado para tratar la ELA, pero que todavía necesita la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA), en Estados Unidos. Si el proceso se acelerare, los enfermos de ELA podrían acceder a este nuevo y efectivo tratamiento.
La ELA es la misma enfermedad que, meses atrás, tuvo eco gracias al famoso Ice Bucket Challenge, el reto del cubo. Otra vez lejos de la primera plana, los enfermos continúan necesitando nuestro apoyo. Quizá una firma no sea tan viral como un vídeo en Youtube, pero en este caso resulta igualmente necesaria.
Ricardo Emilio Piglia Renzi nació en 1941 y es argentino. Después de la caída de Perón (1955), su padre, que era partidario de este, se fue con su familia de Adrogué y se instaló en Mar del Plata. Piglia estudió Historia en la Universidad Nacional de La Plata, ciudad donde vivió hasta 1965. Después trabajó durante una década en editoriales de Buenos Aires, y dirigió la Serie Negra. Comenzó a escribir en la segunda mitad de los años cincuenta del siglo XX en Mar del Plata su diario, y lo ha continuado durante toda su vida. Recibió una mención especial en el VII concurso Casa de las Américas, Cuba, y ello significó la publicación de su primer libro, los cuentos reunidos en Jaulario.
Pero el reconocimiento internacional lo debe a su primera novela, Respiración artificial, de 1980. Desde entonces Piglia ha escrito pausadamente. Publicó en sus inicios en pequeñas editoriales, y en los últimos años la Editorial Anagrama publica toda su obra, en Argentina, México y España. Piglia es, además, crítico, ensayista y profesor académico. Ha escrito sobre su propia escritura (que está ligada a la crítica) y ha elaborado ensayos sobre escritores argentinos. Entre 1977 y 1990 fue profesor visitante en diversas universidades de Estados Unidos, como las de Princeton y Harvard. En los últimos años ha enseñado en Princeton.
Piglia, autor de obras como Plata quemada y La ciudad ausente, es uno de los escritores y teóricos literarios más respetados de Argentina. Entre sus últimas producciones se destaca la adaptación televisiva de las novelas Los siete locos y Los lanzallamas, de Roberto Arlt, para la Televisión Pública.

27.4.15

Jo Nesbo, el ilusionista

El autor noruego publica  El murciélago, primer caso de su detective Harry Hole

Jo Nesbo, el martes, en Barcelona./Danny Caminal/elperiodico.com

El embrión del "inteligente, tenaz, intuitivo" pero autodestructivo detective Harry Hole se gestó hace poco más de 18 años a bordo de un avión entre Oslo y Sídney. Tras 33 horas de viaje que "dieron bastante de sí", su 'padre', que iba de vacaciones a Australia, empezó a escribir nada más llegar de noche al hotel con 'jet lag' y tuvo un embarazo fugaz de cinco semanas. El bebé se llamó  El murciélago (Roja&Negra / Proa) y desde entonces ha tenido descendencia: nueve novelas de una serie negra que lleva vendidos 24 millones de ejemplares. Ese padre es Jo Nesbo (Oslo, 1959), referente del policiaco nórdico con títulos como  El muñeco de nieve y  El petirrojo, que el miércoles estuvo escalando "las maravillosas montañas de Montserrat" y el jueves vivió "entusiasmado" su primer Sant Jordi.
El murciélago, primera novela en la que aparece Harry Hole, y que le convirtió en novelista, llega ahora a España tras haberse publicado ya la mayoría de la serie. La segunda, 'Cucarachas', saldrá el junio, y la novena, 'Fantasma', en octubre. «No había planeado escribir ningún libro en ese viaje. Una chica de una editorial me había propuesto escribir algo sobre mi grupo de rock [Di Derre], ya que yo escribía las letras de las canciones, pero dije que no porque lo que le pasaba a la banda en la carreteras allí se quedaba. Y en el avión empecé a pensar en una novela negra -rememora-. Lo envié a la editorial creyendo que me dirían 'sigue intentándolo', pero me dijeron que querían publicarlo. Nunca creí que 33 horas me cambiarían tanto la vida".

Aborígenes australianos

En El murciélago Harry llega a Australia y se hospeda en el mismo hotel y la misma habitación que Nesbo, solo que él ha ido a investigar el asesinato de una noruega que puede haber sido violada. "Le ponen trabas, se mueve en arenas movedizas y se enamora, aunque la historia se dirige hacia el desastre por sus debilidades y contradicciones". Cuenta que escribió sobre lo que fue viendo en Sídney, como «los mitos y leyendas aborígenes» y que descubrió en un museo. "Era distinto a todo lo que yo conocía. Para entenderlo: si en una clase hay 26 alumnos, los que acabarán en la cárcel, drogadictos o suicidádose serán aborígenes. Están en el escalafón más bajo de la sociedad. Tenían entre 600 y 2.000 lenguas tan distintas entre sí como el inglés y el chino y hoy solo quedan tres. Allí puedes llegar a entender a los blancos porque querían intentar crear una sociedad que fuera para todos, pero su historia es un ejempo de que el camino al infierno está lleno de buenas intenciones".
Confiesa Nesbo que de joven hacía campana para ir a hablar de libros y autores como Dostoievski con sus amigos. Mientras ellos soñaban en ser escritores -"aunque empezaron muchos libros que nunca acabaron"-, él pensaba en ser futbolista profesional en Londres. Ahora en cambio, sabe mucho del mal. "El mal que suele aparecer en la gran literatura es el que está pero no ves y refleja las limitaciones y miedos de los personajes. El que yo busco en mis libros es el de esa gente que dedica su vida a infligir dolor y mal a los demás, el sádico, la ballena blanca», como bien aplica en 'El leopardo'. "Yo creo que hay buena literatura y mala literatura y que, como decía un autor noruego, solo vale escribir de dos cosas, el amor y la muerte", afirma este lector de Jim Thompson, que eligió escribir novela negra "porque funciona con unas convenciones que el lector reconoce» y pensó "que sería más sencillo". "La novela negra es especial, permite una comunicación íntima con el lector. Supone que el autor lo manipula, me gustaba eso, ser un mago, un ilusionista, y sacar algo de la chistera con la mano izquierda mientras el lector te mira la derecha. A los lectores quiero decepcionarlos, alterarlos y darles lo que no sabían que querían".
Nesbo trabaja ahora en una adaptación de Macbeth  a la novela y en una aventura metaliteraria sobre un escritor ficticio. ¿Habrá Harry Hole para rato? "No sé, bueno, lo sé pero no voy a decirlo. Sé que no vivirá eternamente y que cuando deje de existir no resucitará".

15.4.15

Ellroy: "Me da igual la gran novela americana; he escrito varias"

El escritor estadounidense habla de su último libro, Perfidia  y de sus ambiciones

James Ellroy este martes en Madrid. / Daniel Mordzinski./elpais.com

James Ellroy (Los Ángeles, 1948) sigue siendo el campeón del mundo del ego, el escritor obsesivo de la América criminal, pero algo ha cambiado, al menos en apariencia. “Dejé de decir que era el mejor. Es una mierda andar diciendo eso. He madurado”, asegura poco después de empezar la entrevista en Madrid, donde ha llegado para presentar Perfidia (Random House), su último libro, el primero de un nuevo Cuarteto de Los Ángeles, el que dará continuidad cronológica a toda su obra y que sitúa a algunos de sus personajes clásicos en 1941.
Estoy lleno de remordimientos y conciencia"
Ellroy se recuesta en la silla, aparentemente indiferente, cara de escritor profesional en ristre, ansioso por empezar para terminar. ¿Por qué una precuela, por qué ir al inicio de todo? “Porque pienso a lo grande y cuanto más viejo me hago más a lo grande pienso. Porque quería crear una historia continua de mi ciudad, de mi tierra, para contar América, mi gran país, desde 1941 hasta 1972. Pero soy un egomaniaco y tengo que reescribirla a mi manera, llena de puñetazos, haciendo el amor a Bette Davis, con personajes que sinceramente sólo existen en mi cabeza. En cualquier caso, y para resumir, escribí este libro porque era la manera de unir literatura y masturbación”, asegura lanzando su primera boutade en voz muy baja, muy ronca.
La inmensidad del reto genera dos preguntas inevitables: ¿Tuvo miedo de fracasar? “Nunca”, responde antes de que termine la pregunta. “Si veo algo, puedo ejecutarlo. Llevo haciéndolo 36 años, así que no me da miedo nada”, remata. ¿Ha escrito ya la gran novela americana? “Me da igual eso de la gran novela americana, me cansa hablar de ello, creo que ya he escrito varias. Hago esto porque en unos años estaré muerto y quiero ser leído y recordado”, lanza haciendo jirones los restos de su pretendida modestia.
El escritor estadounidense James Ellroy, fotografiado ayer en Madrid. / Daniel Mordzinski.
Dudley Smith, que ya protagonizó su propia trilogía, es un policía irlandés emigrado a EE UU, un sargento corrupto, violento, drogadicto y mujeriego, un personaje inmenso y lleno de dobleces, el protagonista perfecto de Perfidia. Cuando se le pregunta por él, el creador de L.A. Confidencial rompe el muro de su indiferencia, incorpora su enorme anatomía, se toca la camisa hawaiana que ha convertido en seña de identidad y, apoyado en la mesa explica: “Dudley es originalmente malo, sin remordimientos y sin empatía. Tengo una buena mano para saber hasta dónde llega lo creíble. Conozco bien a la gente y eso se ve en los personajes. Hice a Dudley así porque le comprendo. Es todo instinto y ejecución, como yo”. ¿Carece de remordimientos como él? “No, estoy lleno de remordimientos y conciencia”, responde con una voz venida del más allá.
Cansado de polémicas, hace tiempo que el autor de la Trilogía de América, ese enorme fresco sobre la corrupción y los bajos fondos de la política de EE UU en los años sesenta, dejó de lado su show de perro rabioso de las letras americanas, de chico malo muy a la derecha del arco político, de provocador profesional. Tampoco habla de temas personales. “¿Que si me influye el asesinato de mi madre? Eso fue algo enorme, de lo que no hablo, acabé con eso. Todo lo que tengo que decir está en Mis rincones oscuros”, responde refiriéndose a aquella despiadada autobiografía en la que se le veía como un niño abandonado, solitario, temible, traumatizado, que asaltaba casas para oler bragas sucias. “Tampoco hablo de política. No me interesa la actualidad de EE UU”, adelanta.
¿Cuál es su mejor novela? “Esta última”. ¿Y si quitamos esta? “La anterior, y así. Soy cada vez mejor”
Perfidia sitúa su compleja trama policial en Los Ángeles, justo tras el bombardeo de Pearl Harbour y la consiguiente locura racista contra los japoneses que vivían en la ciudad. “Su internamiento en campos no fue para tanto. Estuvo mal, pero no tiene nada que ver con lo que hicieron los nazis o los rojos”, defiende Ellroy.
Trabajador obsesivo, en los dos años y medio que le llevó escribir Perfidia no hizo otra cosa, encerrado en su mundo. Ahora reúne notas para la segunda parte. ¿Y cuando termine este Cuarteto, cuando complete su historia? “Seré viejo, seguiré siendo un currante y estaré en forma, así que más me vale inventarme algo”, afirma entre risas.
Soy un gran fan del motor de combustión interna. Odiaría una ciudad sin el ruido de los coches, llena de esos artefactos eléctricos"
La sonrisa no abandona su rostro cuando surge el tema de las mujeres. “Las adoro, pero no hablo de mi vida personal”, insiste antes de explayarse sobre sus creaciones de ficción. “Kay Lake (la otra protagonista de Perfidia) es mi mejor personaje femenino. No se puede medir su coraje, su humor, su libido. Está tocada por lo divino”, concluye Ellroy.
Aunque no hable de su ciudad hoy en día —“tampoco me interesa”— el autor de Sangre vagabunda es el responsable de las mejores odas a Los Ángeles, urbe interminable, paraíso del coche. Cuando surge el tema vuelve el entusiasmo. “Soy un gran fan del motor de combustión interna. Odiaría una ciudad sin el ruido de los coches, llena de esos artefactos eléctricos. Tengo un Porsche Carrera 4s cabriolet y lo adoro. Nunca conduciré un híbrido o un coche eléctrico. Los criminales de verdad, tampoco”, cuenta orgulloso.
¿Cuál es su mejor novela? “Esta última”. ¿Y si quitamos esta? “La anterior, y así sucesivamente. Soy cada vez mejor” resume con una sonrisa antes de hablar de sus influencias. Ellroy asegura que no lee nada actual del género negro, pero reconoce ciertas referencias: Joseph Wambaugh, gran retratista del trabajo policial en L.A.; Libra, de Don DeLillo, y las novelas históricas de Joseph Mallon, especialmente Watergate. Policías, conspiración y bajos fondos de la política. El círculo vicioso del genio incansable de la ficción criminal.

Negra, muy negra

Requiem por Brown (1981).
Sangre en la luna (1983).
La Dalia Negra (1987).
El gran desierto (1988).
L. A. Confidential (1990).
Jazz blanco (1992).
América (1995).
Mis rincones oscuros (1996).
Seis de los grandes (2001).
Noches en Hollywood (2009, escrita originalmente en 1994).
Sangre vagabunda (2010).
A la caza de la mujer (2011).
Perfidia (2015)

9.4.15

Cinco novelas negras que hay que leer en 2015

El género se reinventa en el siglo XXI y  seleccionamos los mejores títulos de la temporada. Desapariciones, asesinatos y detectives que llegan a pequeños pueblos con grandes secretos. Estas son las historias black que debes tener en tu biblioteca


 Irène, de Pierre Lemaitre (Alfaguara)
Pocos escritores tienen en su salón el Premio Goncourt y el de Novela Negra Europea. Pierre Lemaitre, el nuevo superstar de las letras francesas, regresa después del éxito de Vestido de novia con otra incursión en el terror psicológico. La historia de un detective atrapado en el caso de un asesino en serie que imita crímenes históricos. The Times ha dicho de él que es el nuevo Stieg Larsson. Nosotras creemos que es (aún) mejor.
Te gustará si te gusta: Seven y, en general, los asesinos que encuentran inspiración en el arte, la religión y la historia. 
 Una revelación brutal, de Louis Penny (Salamandra Black)
Un pueblo con habitantes excéntricos de nombre Three Pines (¿alguien más ha pensado en Twin Peaks?) es el escenario elegido por la escritora Louis Penny para su última novela: el nuevo caso del detective Armand Gamache. El punto de partida nos encanta (un cadáver en una tienda de antigüedades). Y si necesitas otra razón para para leerla, aquí va la definitiva. Sus dos novelas anteriores alcanzaron los primeros puestos en el santo grial de las listas: la de best sellers de The New York Times.
Te gustará si te gusta: Twin Peaks , Fargo y los detectives que no se ajustan a los tópicos.
 La Golondrina Negra, de Sissel-Jo Gazan (Alfaguara)
Si el nombre de Sissel-Jo Gazan no te suena, debes saber que su primer libro, Las alas del dinosaurio, fue nombrado Mejor Novela Negra Danesa de la Década y una de las más interesantes del género según The Wall Street Journal. Su segundo trabajo, un thriller científico ambientado en una universidad, es la gran apuesta de primavera de la editorial Alfaguara. Atención, spoiler: un profesor es encontrado muerto tras un viaje a África, donde descubre algo que no debe sobre una gran farmacéutica. 
Te gustará si te gusta: La trama clásica y bien atada de El jardinero fiel, de John le Carré.
 Persona, de Erik Axl Sund (Reservoir Books)
La psicoterapeuta Sofia Zetterlund y la detective Kihlberg  se enfrentan a un criminal en serie en las calles de Estocolmo. Pacientes extraños, niños difíciles, amor y locura. Todos estos ingredientes están en Persona, la primera parte de la trilogía-fenómeno Los rostros de Victoria Bergman que a) también llega de la fría Suecia y b) se suma a la lista de los éxitos de 2015 (sus derechos se han vendido a 38 países.)  Tras la firma Erik Axl Sund se esconden dos autores que logran el milagro de escribir en pareja: el músico y artista Jerker Eriksson y el bibliotecario de prisiones Håkan Axlan der Sundquist.

Te gustará si te gusta: La serie Prison Break, cuya season finale celebra ahora su sexto aniversario. Su productor se encargará de convertir la trilogía sueca en una serie para los estudios Hollywood Tomorrow.
 El domador de leones, de Camilla Läckberg (Maeva)
La sombra de Stieg Larsson es alargada y los países nórdicos no dejan de producir títulos noir superventas. Camilla Läckberg es la escritora que ha llegado de la helada suecia para fundir las listas (15 millones de lectores en Europa). El domador de leones es lo nuevo de su famosísima saga Los crímenes de Fjällbacka (ciudad en la que nació). Esta vez, los detectives Erica y Patrick intentan saber por qué una chica aparece deambulando en una carretera después de que se esfumara cuatro meses atrás. Cualquier parecido con The Killing es pura coincidencia.
Te gustará si te gusta: La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker y la oscura The Killing.

Fuente:vogue.es