26.1.13

La estrategia policiaca

Leonardo Padura Fuentes, el creador del detective Mario Conde y el escritor cubano más reconocido por fuera de su país, ha escrito una novela fascinante en la que recrea la muerte de Trotski y, de paso, da cuenta de cómo pudo ser la vida de un escritor en la Cuba de los años 70

Leonardo Padura junto a Roberto Ampuero conversará hoy sobre novela negra en el Hay Festival./revistaarcadia.com
Tienes idea de cuántos escritores dejaron de escribir y se convirtieron en nada, o, peor todavía, en antiescritores, y nunca más pudieron levantar el vuelo? ¿Quién podía apostar por que las cosas cambiarían alguna vez? ¿Sabes lo que es sentir que estás marginado, prohibido, sepultado en vida a los treinta, treinta y cinco años, cuando de verdad puedes empezar a ser un escritor en serio, y creyendo que esa marginación es para siempre, hasta el fin de los tiempos, o por lo menos hasta el fin de tu puta vida”, le espeta Iván, un escritor frustrado, a su compañera Ana en El hombre que amaba a los perros (Tusquets, 2009). Y resulta paradójico que más o menos a esa edad, a los treinta, treinta y cinco años, Leonardo Padura Fuentes empezara a ser conocido como novelista hasta llegar a ser, hoy en día, el escritor cubano más renombrado por fuera de la isla. “No soy el cubano más talentoso,” afirmó en una entrevista para The guardian en el 2006, “pero sí el que trabaja más duro”. De su trabajo duro –y de su talento– da cuenta su última novela, que ya va por la sexta edición, y en el transcurso de cuya lectura da gusto darse cuenta de que, como afirmara alguna vez Hemingway, tan admirado por Padura, el escritor puso todo lo que sabe sobre el oficio de escribir.
Leonardo Padura es listo. Es listo como escritor porque se ha salido con la suya al narrar con crudeza la precariedad de la vida de los cubanos de a pie, lo que constituye una crítica, por medio de la ficción, a la situación de su país. Y es listo como narrador, ya que se valió de sus habilidades como periodista de investigación y como escritor de género policiaco para novelar la historia del asesinato de Trotski y describir el papel de este en la Revolución rusa, las purgas de Stalin en la década de los treinta, la Guerra Civil española y la historia de Cuba desde los años setenta hasta llegar al llamado “periodo especial” de los noventa y a la crisis de los balseros, que condensa en un diálogo entre Iván y su amigo Daniel, que van de excursión a Cojímar a ver el espectáculo de los que abandonan la isla: “–Jamás me imaginé que fuera a ver algo así –le dije a Daniel, embargado de una profunda tristeza–. ¿Todo para llegar a esto? –El hambre obliga –comentó él. –Es más complicado que el hambre, Dany. Perdieron la fe y se escapan. Es bíblico, un éxodo bíblico… una fatalidad. –Éste es demasiado cubano. Qué éxodo ni éxodo. Esto se llama escapar, ir echando un pie, quemar el tenis, pirarse porque no hay quien aguante ya…”.
La historia de Iván es uno de los ejes narrativos de El hombre que amaba a los perros, pero la novela se centra en el complot de Stalin para asesinar a Trotski. Para dar cuenta de ello, Padura se vale, entre muchos otros personajes, de George Orwell, Andreu Nin, Diego Rivera y Frida Kahlo, John Dewey, André Breton, Raymond Molinier y David Alfaro Siqueiros, pero lo que hace estupenda a esta novela, a mi parecer, es que los personajes están al servicio de una trama de espionaje y de suspenso al mejor estilo policiaco, pero con un contenido político sustentado por una investigación de muchos años. Es como una combinación del realismo social de Sinclair Lewis con el suspenso de John Le Carré y el rigor de un excelente biógrafo.
Y el golpe de gracia de la destreza de Padura está en que el narrador de la historia sea Iván, quien después de publicar un par de cuentos es enviado como redactor a la emisora de un pueblo remoto como “correctivo para bajarle los humos” y de paso mermarlo como escritor y como ser humano. ¿Qué mejor recurso para contar una tragedia de proporciones épicas que un pobre diablo? “El hecho de ser el único depositario de un relato capaz, por sí solo, de demoler los cimientos de tantos sueños me urgía a drenar el horror que me habían inoculado y me producía una especie de vértigo mental, peor que los vértigos que sufría López. Aquel manejo turbio de los ideales, la manipulación y el ocultamiento de las verdades, el crimen como política de un Estado, la cínica construcción de una gran mentira me provocaban indignación y más nuevos temores”. Reflexiona Iván –y Padura a través de Iván. Ese López al que se refiere el narrador no es otro que Ramón Mercader, el asesino de Trostki, cuya historia hace parte del tríptico que compone la novela. Pero antes de llegar a ser López, el combatiente republicano Ramón Mercader se transmuta en Román Pávlovich para entrar a la Unión Soviética, después en el Soldado 13 de un campo de entrenamiento militar en Malájovka y finalmente en el pequeño burgués Jacques Mornard, residente en París, pero quien una vez en Coyoacán les dirá a Trotski y a sus allegados que debe usar el nombre de Frank Jacson. Después de asesinar al revolucionario con un piolet y de pagar veinte años de cárcel en México y dieciocho de exilio en Moscú, López termina sus días en Cuba como “el hombre que amaba a los perros”, que además de ser el título de la novela, lo es de un cuento de Raymond Chandler.
Leonardo Padura nació en 1955 en Mantilla, un barrio de La Habana al que Yoani Sánchez describe como una “rara mezcla de suburbio habanero con villa rural”. Padura se precia de haber vivido ahí toda su vida, de no haberse ido nunca de Cuba. Estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de La Habana y en 1980 se vinculó como periodista a la revista El Caimán Barbudo y al periódico Juventud Rebelde. En 1984 escribió su primera novela, Fiebre de caballos, y al año siguiente ganó el premio de Crítica Literaria del Concurso 26 de Julio. El siguiente reconocimiento sería el premio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en 1993 por su novela Vientos de cuaresma, la segunda parte de la tetralogía “La cuatro estaciones”, del detective Mario Conde, compuesta también por Pasado perfecto (1991), Máscaras (1997) y Paisaje de otoño (1998). Su salto al reconocimiento internacional fue en 1995 cuando obtuvo el Premio Café Gijón por Máscaras, en la que aparece por segunda vez Conde, que si bien no es un álter ego del autor “sí ha sido la manera que yo he tenido de interpretar y reflejar la realidad cubana”, afirmó Padura en una entrevista en el 2004.
Mario Conde es deudor de Philip Marlowe y de Pepe Carvalho, y es también un personaje de La Habana por cuya suerte le preguntan al autor en la calle. Un personaje entrañable y desastroso: “El eructo vino como la náusea, furtivo, y un sabor a alcohol ardiente y fermentado ganó la boca del teniente investigador Mario Conde. En el suelo, junto a sus calzoncillos, vio su camisa. Lentamente se arrodilló y gateó hasta alcanzar una manga. Sonrió. En el bolsillo encontró los fósforos y al fin pudo encender el cigarro, que se había humedecido entre sus labios”. Ese es el Conde y ese es el pretexto, porque en palabras del autor, en un diálogo con el profesor Stephen Clark, “aparentemente se está leyendo una novela policíaca pero cualquier lector un poco avisado se da cuenta de que la trama policiaca es muy endeble, está muy en función de decir otras cosas”. Así, Padura usa el género policiaco para hablar del desencanto de su generación. Qué listo.
Al Premio Café Gijón le siguieron, entre otros, el Premio Hammett de 1998 por Paisaje de otoño, el premio a la mejor novela policiaca traducida en Alemania por Máscaras, y de nuevo el Hammett en el 2006 por La neblina del ayer. En cuanto a la novela de Trotski, esta fue finalista del Premio Libro del Año 2010 que otorga el Gremio de Libreros de Madrid, y en el 2011 ganadora del Roger Caillois  y del Premio de la Crítica del Instituto Cubano del Libro.
El detective de Padura es un referente de la novela policial contemporánea, pero como el mismo escritor acota, y todos lo sabemos, el género policiaco es “la cenicienta de la literatura”. La gran apuesta de Leonardo Padura es, a mi parecer, El hombre que amaba a los perros y lo más estimulante es saber que, a pesar de lo estremecedora que resulta la novela –y ese adjetivo les cabe a pocas– su autor tiene cincuenta y ocho años y tal vez no ha explotado todas sus capacidades narrativas.
La pregunta obligada es, ¿cómo es que un autor que relata la miseria de Cuba y se declara deudor del Boom y, sobre todo, de la literatura estadounidense, no solo es tolerado en la isla sino que es, de alguna forma, el escritor de mostrar? Una parte de la respuesta la ha dado el mismo Padura en incontables ocasiones, al decir que si bien describe la situación social de su país, no encara la política. Queda también suponer que el régimen cubano no se mete con Padura porque es una carta para mostrar en el exterior. Y si esto es así, Padura es más listo.
En una de las novelas de Mario Conde, el policía ve jugar pelota a unos chicos de barrio. Se acerca a ellos cándidamente y les pregunta que si puede jugar. Los chicos dudan y entonces el policía se da cuenta de que su reticencia se debe a que no están simplemente divirtiéndose, están apostando, y se marcha desencantado. No conozco a Padura ni he estado en Cuba, pero se me antoja que él así es: un chico de barrio que quiere jugar a la pelota y que, de paso, escribió una de las grandes novelas de la última década.

24.1.13

Sjöwall: "La mayoría de escritores nórdicos son nefastos"

Si alguien imagina que Maj Sjöwall es una venerable anciana, silenciosa y con escaso carácter se equivoca de plano

Maj Sjöwall, autora sueca de la saga del detective Martin Beck./elpais.com/elemental
En esta entrevista muestra cómo tiene las ideas tan claras como cuando escribió con su esposo Per Wahlöö la decena de novelas de las que se embriagaron toda una generación de jóvenes y no tan jóvenes de los países escandinavos. Ello dio pie a que finales del siglo XX y principios del siglo XXI se extendieran por  Europa un grupo de escritores nórdicos que se inspiraron en ellos y que triunfaron, algunos de ellos de manera inexpicable.
Escribir las diez novelas “fue un proyecto que los dos teníamos claro que debía tener un principio y un fin. Con esas obras queríamos denunciar una Suecia que de cara al exterior era idílica y que para nosotros, que la estábamos viviendo, era una absoluta degradación de los que habíamos imaginado”.  Maj Sjöwall (Estocolmo, 1935) después de trabajar en varias revistas con artículos periodísticos entró a trabajar en  la editorial Wahlström & Widstrand. Desde los 19 años compartió su trabajo de periodista con la de traductora. En la revista Idun, con la que empezó a trabajar en 1961, conoció al que sería su compañero durante 14 años: Per Wahlöö, un nombre que todavía hoy pronuncia con admiración. Se casaron en 1962 y su primera novela, Roseanna con el detective Martin Beck la publicaron en 1965."Escribíamos entre los dos pero era él el que siempre tenía todo más claro".

Comunista convencida, declara sin ambages, que “Olof Palme –político sueco, líder del Partido Socialdemócrata y ex primer ministro de Suecia cuando fue asesinado-  nos traicionó. Hizo creer a los ciudadanos que vivíamos en una sociedad del bienestar y esa sociedad fue degradándose poco a poco hasta encontrarnos en una situación peor a la que estábamos cuando empezaron las reformas. Lo mismo que está sucediendo en Europa. Fue un estafador”. Sin embargo se ha demostrado que el comunismo no ha funcionado en los países donde se instaurado. “Creo que han sido los políticos quienes no han sabido ponerlo en práctica. Considero que el ser humano podría vivir en un sistema comunista, pero no ha habido nadie que lo haya sabido poner en funcionamiento. El egoísmo del individuo hace que no sepa valorar lo público como algo de todos. Se aprovecha de las situaciones cuando las cosas las tiene a su alcance, sin pensar en el otro. Un grave error difícil de solucionar”.

¿Por qué diez novelas?

“Era lo que habíamos decidido desde el principio y, a pesar del éxito que tuvieron en su momento, y veo que ahora también en España, no estábamos dispuestos a romper nuestro compromiso. En ellas, a través del inspector Martin Beck, queríamos mostrar esa Suecia nada idílica que se estaba vendiendo. Transmitir nuestros pensamientos y nuestra forma de ver la vida. Y trabajar en un género que nos gustaba a los dos y en el que podíamos trabajar juntos sin problemas”. El primer título que publicaron fue Roseanna y al siguieron El hombre que se esfumó; El nombre del balcón; El policía que ríe; El coche de bomberos que desapreció; Asesinato en el Savoy; El abominable hombre de Saffle; La habitación cerrada; El asesino de policías y Los terroristas, todos traducidos al español por la editorial RBA en España.

Sjöwall rechaza con rotundidad el título de “la dama de la novela negra escandinava”. “Lo que hicimos Per Wahlöö y yo fue abrir la puerta del género de los autores suecos, un género que siempre ha estado denostado, pero que ha demostrado que sirve a los escritores para mostrar la realidad, las miserias más ruines del ser humano y , en definitiva, contar lo que está sucediendo en una sociedad en un momento concreto. Nuestras novelas escritas hace 50 años tienen absoluta vigencia en estos momentos".

La autora de Los terroristas es critica con el boom literario que vive el género negro de los países nórdicos. Es ficticio. La mayoría de las obras que se publican son malísimas y otras ni tan siquiera deberían haber sido editadas”. Es una mujer que tienen las ideas tan claras que no se achanta a la hora de decir lo que piensa, aunque sus declaraciones sea duras y pueda molestar a sus compatriotas. "La literatura de algunos autores suecos es no solo pobre, sino pobrísima. Hablan de crímenes, pero no tienen ni idea de  construir una trama y ni tan siquiera saben lo que quieren contar. Son tan malas que son imposibles de leer porque no van al grano". Eso no quiere decir que sea capaz de reconocer a buenos autores del género negro y cita entre ellos a la escritora francesa Fred Vargas, al italiano Andrea Camilleri o al español Manuel Vázquez Moltalbán, que ha leído en inglés.Tres estilos totalmente diferentes de los que destaca su calidad literaria.

Maj Sjöwall argumenta que la publicación masiva de autores nórdicos se debe a una estrategia puramente comercial "sobre todo destinado al mercado alemán. No le gusta el escritor Henning Mankell, cuyas obras son seguidas por millones de lectores en todo el mundo porque, según explica, "carece de sentido del humor y es muy aburrido, igual que su inspector Kurt Wallander". Y ¿Stieg Larsson y su trilogía Millennium que ha vendido tantos millones de ejemplares? "Solo he leído la primera parte porque no me gustan los tochos. Su habilidad ha sido la de saber crear a una hacker Lisbeth Salander, un personaje muy moderno con el que ha logrado actualizar el género".

Algunas de las obras de este matrimonio sueco han sido llevadas al cine. La primera de ellas fue Roseanna, dirigida por Hans Abramson. El inspector Martin Beck fue interpretado por Keve Hjelm responsable de descubrir el asesinato de una joven. San Francisco, ciudad desnuda, de Stuart Rosenberg, basada en la novela El policía que ríe, fue el actor Walter Mattau quien se encargó deconvertirse en Beck. Un hombre en el tejado, de Bo Widerberg, fue el actor Carl-Gustaf Lindstedt quien se responsabilizó de descubrir el asesinato de un policía en un hospital. El actor Derek Jacobi, famoso por protagonizar la serie Yo Claudio, se metió en el papel del inspector Beck en Mannen son gick upp i rock. Gösta Ekman fue el protagonista de Branbilen som Forsvann; El hombre del balcón y el Maratón de Estocolmo, ésta última basada en la novela Los terroristas.

Maj Sjöwall y Per Wahlöö muestran las vergüenzas del mito sueco

Lo sentimos. Suecia no es un paraíso. No. Es un país carcomido por la imposibilidad de un sueño, dominado por la ineficacia de un Estado gigantesco y burocratizado, feo, en el que la policía es un mal necesario

Maj Sjöwall y Per Wahlöö muestran las vergüenzas del mito sueco./elpais.com/blog elemental
En el mejor de los casos. Ese es el esquema que, siguiendo su estilo habitual, desarrollan Maj Sjöwall (1935) y Per Wahlöö (1926-1975) en su décima y última novela, Los terroristas, que el jueves publica RBA y de la que hoy adelantamos en exclusiva el primer capítulo.
Escrita y publicada por primera vez en 1975, la última obra de los padres de la novela negra social, de los fundadores de la corriente nórdica de la ficción criminal (que tan buenos y malos resultados literarios ha dado hasta hoy) Los terroristas es una novela impecable, un retrato certero de tres formas de terrorismo y, sobre todo, una crítica despiadada de un país que no es como nos lo han contado.Publicada en el año de la muerte de Wahlöö, marido y compañero en la tarea de escribir y en el activismo político y social de Sjöwall, iba a ser de todas formas la novela que cerrase la carrera de su detective.
Por cierto, un apunte. Padres de la novela negra sueca que no están siempre muy contentos con sus hijos. En una excelente entrevista que publicamos mañana a Maj Sjöwall realizada por Aurora Intxausti, la escritora confiesa que no le gusta Henning Mankell porque es aburrido y le falta humor. Ahí queda eso.
Los_terroristas_300x459Se trata, pues, de la última aventura de Martin Beck, un policía con una vida sentimental sin sobresaltos, separado de Inge, enamorado de la vital Rhea. Beck es un inspector meticuloso, genial, tenaz, que ha ganado en matices y cicatrices a lo largo de las 10 novelas de la serie, pero a quien, como bien dice el maestro Dennis Lehane en el prólogo de esta edición , “su carga de melancolía no le lleva al grado de autocompasión masoquista que tan a menudo enmascara la cosmovisión trágica del clásico héroe duro”.
La oscura muerte de un productor de cine porno que se aprovechaba de adolescentes incautas; el destino de la pobre Rebecka Lind, una joven que sabe muy poco del funcionamiento del sistema y termina atrapada y destrozada por él y una trama de terrorismo internacional con senador conservador estadounidense incluido se entrelazan a lo largo de las páginas de Los terroristas para conformar un conjunto adictivo, envolvente, algo frío a veces, es lo que tienen los nórdicos, pero con buenas dosis de humor y mucha calidad.
La trama terrorista, con la banda criminal, ultraprofesional e internacional ULAG dedicada en cuerpo y alma a generar el caos que beneficie a los regímenes racistas, domina la segunda parte de la novela, que mejora en cada página. Pero, como en otras obras de Sjöwall y Wahlöö lo interesante es que los autores utilizan la seguridad, la lucha contra el terrorismo y el puro devenir de la acción para realizar una crítica destructiva sobre la sociedad sueca de la época.
He aquí algunos extractos deliciosos.
“Gran parte de la policía metropolitana eran considerados unos corruptos, unos matones ignorantes o unos sinvergüenzas en uniforme que se dedicaban a dar órdenes estúpidas y brutales (...) "Detrás de todo esto gobernaba un partido que se hacía llamar socialdemócrata, pero que, con los años (recordamos que estamos en 1975) ya no era ni socialista ni democrático, ni en la pequeña medida en que lo había sido siempre, y cuyo nombre constituía una cortina de humo cada vez más delgada para un puro poder estatal capitalista” (...) "Hoy en día, el estado de abatimiento de Martin Beck se debía más bien al hecho de ser consciente de que él era un oficial de relativo alto rango en una sociedad donde nunca nada parecía mejorar".
Suecia es, además, siempre según los autores, un sitio feo de feos amaneceres y un país insolidario que construye una central nuclear a media hora en ferry de sus vecinos daneses. Y todo esto en los setenta, en plena era Olof Palme, histórico primer ministro al que no tienen empacho, no en la novela, sí cada vez que han hablado, de calificar de “estafador”. Lo extraño es que los creadores de Martin Beck hayan sobrevivido tanto tiempo en ese infierno.
Como me decía el escritor Maurizio de Giovanni en una entrevista reciente “descubrir que tras la fachada linda y limpia existe el mismo odio y muerte que existe en otros sitios, quizás sea un alivio”. No sé si un alivio pero, muchas veces y esta es una de ellas, sí una auténtica gozada literaria

19.1.13

La condena del comisario Ricciardi

Un comisario partido por el dolor, irreverente, que no puede evitar revolverse ante la burocracia  

Maurizio de Giovanni, creador del comisario Ricciardi./elpais.com/blog/elemental
Hoy presentamos a un hombre solitario y melancólico entregado en cuerpo y alma a la resolución de sus casos. Un buscador impenitente de la verdad que se siente solo y vacío cuando la encuentra. Un monje del misterio. Un comisario partido por el dolor, irreverente, que no puede evitar revolverse ante la burocracia y el enchufismo de la época de Mussolini. Un rico de cuna al que le da igual el dinero, torturado por el don que le hace diferente. Un hombre que entiende a los muertos pero enmudece ante la mujer de su vida. Se trata del comisario Ricciardi, creado por el italiano Maurizio de Giovanni, del que Lumen acaba de publicar su tercera novela en España, El verano del Comisario Ricciardi. Hablamos con el autor, que nos desvela algunas de las claves de su particular universo y su visión de la vida y la novela negra.
“Ahora se encontraba con él frente a frente: sin sombrero, un mechón de cabello negro cayéndole sobre la nariz afilada. Las manos en el bolsillo del sobretodo que, a pesar del calor, no se había quitado. Y los ojos: verdes, casi transparentes. Apenas pestañeaba, la frente ligeramente arrugada. Soledad y dolor, pero también ironía”.
Así presenta De Giovanni a su personaje en el Invierno del Comisario Ricciardi, la primera de las tres novelas publicadas hasta ahora en España por Lumen. Y lo hace a través de los ojos de un cura, de un tercero, siempre otro que se inmiscuye entre el escritor y el personaje para presentar al comisario. Es una constante: Ricciardi siempre es visto por otros que lo adoran o detestan pero que lo necesitan. El personaje va ganando con cada novela, la prosa se mantiene en todas a un alto nivel (aunque no me gusta cómo resuelve la segunda) y el conjunto alcanza su mejor momento en la última. El estilo es preciso con un ritmo y una cadencia tranquila, se podría decir napolitana, en homenaje a la ciudad donde vive Ricciardi y que no deja de ser, como el mítico café Gambrinus, otro personaje de las novelas.
Vamos con la entrevista no sin antes agradecer a la gran periodista y amiga Lucia Magi sus labores de traducción. No habría sido posible sin ella. Gracias. La foto es de CARLES RIBAS. Gracias también.

Ricciardi dice en una ocasión que "La gente es igual en todas partes. Mismas pasiones, mismos delitos". ¿Está de acuerdo?
Esto era verdad en la época de Ricciardi, cuando la tragedia de la Segunda Guerra Mundial no había aún quitado la inocencia al viejo mundo europeo. Las lógicas de la supervivencia, de la macroeconomía y las mafias han torcido la vida, creando nuevas perspectivas y arrancando a las personas su identidad cívica y su abanico de valores comunes. Hoy no volvería a decir aquella frase.
Ricciardi es solitario, un hombre triste, condenado por 'el Asunto' (esa posibilidad de ver a los muertos y sentirlos allí donde perecieron), por su capacidad secreta, entregado a su trabajo, un personaje muy interesante ¿De dónde surge la idea de hacer un personaje tan original?
Ricciardi y su característica principal, la de ver a los muertos mientras se separan de la vida, tienen un origen casual. La idea se me ocurrió por una niña que, mirando hacia dentro del local donde se desarrollaba un concurso literario en el que participaba, me sacó la lengua. Sólo yo la vi. Por eso me puse a pensar en cómo de distintas pueden ser las percepciones y cuánto determinan la vida de cada uno. Un hombre como Ricciardi que percibe lo que oye está condenado a la soledad y a la lejanía de los sentimientos y de las emociones. No puede alejarse por completo, por supuesto, porque sigue siendo humano.

Por otro lado, el comisario comparte con otros grandes detectives de la novela contemporánea como Bernie Gunther, Harry Bosch o John Rebus su desprecio absoluto a la autoridad. Sus ataques verbales a elementos del régimen de Mussolini o a sus jefes son memorables. ¿Es imposible crear un detective atractivo que sea un 'perro del poder'?
La oposición a la autoridad no estaba programada, ni tiene raíces en la disidencia política. Simplemente Ricciardi no puede sufrir la burocracia, los tiempos largos de los trámites y sobre todo las cuestiones de conveniencia (oportunidad), a los enchufes que imponen atención y cautelas. El comisario es un mastín, un policía testarudo y de fuerte voluntad que no tiene grandes intuiciones, pero que no tira la toalla hasta que no soluciona el caso, creando un provisional y transitorio orden en las cosas. No creo que sea un rasgo fundamental, ni de particular interés, pero sin duda es difìcil otorgarle algo de fascinación a un burócrata gris y correcto.

A pesar de lo apasionante del personaje, deja que sean otros los que le describan y, en ciertas ocasiones, los que adopten el protagonismo. ¿No es tentador hacer una novela donde adquiera el protagonismo absoluto?
Me gusta la idea de una novela de Ricciardi escrita en primera persona. Sería como entrar en una habitación inmensa, llena de objetos sin forma, con una vela en la mano. En realidad creo que Ricciardi es simplemente un vehículo que utilizo para cruzar una época y una ciudad llenas de contradicciones, aún más de las actuales, entre luces y sombras, con personajes nunca o buenos o malos, ni inocentes ni culpables, un mundo no maniqueo.

El comisario Ricciardi empieza en un cuento pero tras su éxito empezó con las novelas. ¿A qué se debió? ¿Lo tenía pensado antes de que el cuento triunfase? ¿Concibió al comisario desde el principio como un personaje de largo recorrido?
Tengo que confesar que el éxito de Ricciardi me cogió de imprevisto desde el principio. Casi tenía 50 años y no pensaba en dedicarme a la literatura ni de lejos, estaba muy satisfecho con mi actividad (soy empleado en un banco) y mi hobby siempre fue leer. Creo que el éxito de mi personaje y del mundo que le rodea está en el hecho de que nada en mis historias está programado. Lo que planifico y preparo es, por supuesto, el homicidio y la investigación, pero por lo demás dejo ir a los protagonistas por el camino que prefieren.

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Hablando del recorrido del protagonista. En El verano del comisario Ricciardi se dejan abiertas varias vías argumentales, sobre todo en los aspectos más personales del  personaje ¿Está preparando más novelas? ¿Ha pensado en el final del comisario?
El ciclo de Ricciardi, en mis planes, debería ser ocho novelas: un primer grupo, situado en las estaciones del 1931 y un segundo que sigue las fiestas principales del 1932. En Italia hasta ahora salieron seis novelas (tres en España, la última esta semana) con un seguimiento entre los lectores que ha ido creciendo con cada una.En las novelas las historias personales tienen su evolución, ampliándose y desarrollándose según las pasiones generadas por encuentros y separaciones. Soy yo el primero que está ansioso por saber dónde va a acabar todo esto.

Ha dicho en alguna ocasión que una de las razones para situar las novelas en la Italia de los años 30 es que eso le evita lidiar con CSI, técnicas hiperdesarrolladas, forenses todopoderosos... Sin embargo, ahora va a publicar novelas ambientadas en la actualidad. ¿Por qué ese cambio?
Cuando se me ocurrió una novela en la Nápoles contemporanea ( Il metodo del Coccodrillo, que serà publicado en España este año por Mondadori) me parecía raro y peligroso meterme en un mundo que no conocía, en parte por mi tirria hacia la parte científica de las investigaciones policiales. Después, mientras construía la historia, he descubierto que la realidad es muy distinta de lo que vemos en las pelis o en las series, y que el trabajo de la policía sigue siendo muy cercano a las pasiones y a los sentimientos, que se cuentan en las novelas de Ricciardi.

¿Cómo explica el éxito de la novela negra en todo el mundo? ¿Es el género que mejor define a la sociedad actual? ¿A qué cree que se debe la moda de la novela negra nórdica?
La novela negra no tiene miedo de meter las manos en el barro y de manosear y se refiere al lado oscuro que existe en el alma de todos nosotros. Aquel "algo" que hace que los programas de televisión que reconstruyen crímenes sean entre los mas vistos, o que crea colas de curiosos en el carril opuesto cuando hay un accidente mortal, que lleva al formarse de una muchedumbre en el escenario de un suicidio. El crimen, la muerte violenta, tienen una fascinación perversa que captura los ojos y la mente, anula todo lo demás. Ademas la negra, es la unica literatura verdaderamente social, la que no da juicios y se limita a mirar la realidad así como es, sin adornos irreales. la del norte creo que gusta porque proponen una realidad no muy conocida y fascinante, que estamos acostumbrados a imaginar perfecta y ordenada. Descubrir que tras la fachada linda y limpia existe el mismo odio y muerte que existe en otros sitios, quizás sea un alivio.

18.1.13

La fascinación de "El guardían invisible"

Redondo ha elegido ingredientes perfectos y algunos de ellos originales y sorprendentes. El asesinato ritual de unas adolescentes, la inspectora foral Amaia Salazar y su extraordinaria familia, la mitología, las leyendas y tradiciones de Euskal Herria y un paisaje que hechiza, Elizondo y el Valle de Baztán, en la zona vascófona de Navarra

Dolores Redondo, autora de El guardían invisible./elpaís.com
¡Vaya novela! El guardián invisible, con la que Dolores Redondo debuta en el género negro, es estupenda. Te atrapa desde la primera página, no puedes dejar de leer y cuando llegas al final te gustaría que continuase. Redondo ha elegido ingredientes perfectos y algunos de ellos originales y sorprendentes. El asesinato ritual de unas adolescentes, la inspectora foral Amaia Salazar y su extraordinaria familia, la mitología, las leyendas y tradiciones de Euskal Herria y un paisaje que hechiza, Elizondo y el Valle de Baztán, en la zona vascófona de Navarra.
Llovía a mares, en Elizondo, sin parar, día y noche, mucho frío, cuando Dolores Redondo presentó la novela. La mayor preocupación de los lizondarras era la crecida del río Baztán. Hace unos años se desbordó y pasó por encima del puente. Un ambiente mágico nos sumergió en esta historia mágica.
“Quería escribir sobre el matriarcado típico de estas tierras. Son las mujeres quienes tienen más peso, son ellas quienes toman las decisiones. Los crímenes son algo secundario en mi novela, lo importante es la familia. Quería huir del típico policía alcoholizado y solitario que investiga crímenes atroces y quería ambientar la novela en algún lugar del País Vasco o de Navarra".
"Llegué a Elizondo por casualidad y al minuto me di cuenta de que era lo que buscaba, el bosque inmenso y misterioso, el Baztán, la arquitectura del valle, sus palacios, muchos de ellos construidos por los que emigraron, los del Maitetxu mía, como Braulio Iriarte, que en México creó el imperio de la cerveza Coronita y luego regreso a Elizondo e invirtió mucho dinero. Empecé a documentarme. Leí, leí, leí, tomé notas en papelitos y luego los tiré. Dejé que todo ello fuera madurando en mi imaginación y entonces ya pude escribir”, explica Dolores Redondo.
La familia. Amaia Salazar, la inspectora  foral, que ha estudiado en Quantico (Virginia) con el FBI, que tiene una sensibilidad especial percibir el mal, casada con un escultor norteamericano que la adora. Nacida en Elizondo, vive y trabaja en Pamplona. Está desesperada por tener un hijo. Es católica. “¡Cómo no va a ser católica! Elizondo significa junto a la iglesia, porque junto a ella creció el pueblo”. Tía Engrasi, que la cuidó de niña, una anciana encantadora, que echa las cartas, juega al póquer y cuenta historias maravillosas. Rosario, la madre, una mujer desequilibrada y violenta por la que la inspectora siente terror. Flora y Ros, las hermanas de Amaia, sus maridos…  Todos ellos con notables biografías, como todos los personajes de esta novela. “Flora y Ros están inspiradas en mujeres que conozco. Tía Engrasi se inspira en Maritxu Guller, una vidente y echadora de cartas de tarot muy popular en San Sebastián”.
Lo jefes de Amaia Salazar la envían a Elizondo como responsable del equipo de investigación. En este regreso a su tierra natal se le despiertan todos los miedos de su infancia,  tiene pesadillas horrorosas y llega a perder el control, aunque ni por un momento abandona el acaso. “He pasado años intentando esconderme en Pamplona (…) y he evitado venir al valle del Baztán durante mucho tiempo porque sabía que si volvía me encontrarían (…) El mal me ha obligado a volver, los fantasmas han salido de sus tumbas alentados por mi presencia, y ahora me han encontrado”, dice Amaia en la novela. “Tienes un arraigo muy fuerte con tu tierra, la ames o no, suele ser una relación de amor-odio que va mucho más allá de lo que puedes recordar”.
Escenario
Los cadáveres mutilados de las niñas muertas aparecen en ese bosque al que Amaia se siente tan vinculada. “El bosque siempre le producía un secreto orgullo de pertenencia, aunque su grandiosidad también le provocaba temor y vértigo”, se dice en la novela. Allí habita el basajaun, un homínido que mide dos metros y medio, de larga melena, anchas espaldas y cubierto de pelo. “Es el señor del bosque, significa el equilibrio entre la vida y la muerte, ayuda a los humanos ante el lobo y otros animales, da grandes silbidos. No lo encontramos porque no queremos verle, porque nos da miedo, pero es bueno”. Amaia sí lo encuentra, como ve también a la diosa Mari, que cuida de las cosechas y de la fertilidad. Por las páginas de El guardián invisible desfilan sorgiñas (brujas) belagiles (mujer oscura y poderosa), entre otros seres. En este aspecto, la novela recuerda un poco a las fantásticas historias de la francesa Fred Vargas. “Hasta hace 100 años la gente creía más en estos seres que en la Santísima Trinidad”.
En el libro aparecen muchas palabras en euskera, hasta el punto, que la autora ha incluido al final un glosario. “No hablo euskera porque pertenezco a una generación que no lo aprendió. Elegí a una inspectora foral como protagonista, porque me gustan más las policías autonómicas que las otras. Recuerdo cuando llegó a Euskadi la Ertzaintza, fue estupendo, es más cercana y abierta”.
Dolores Redondo nació en San Sebastián (1969). Estudió Derecho y Restauración Gastronómica, incluso tuvo un restaurante. “Lo dejé porque era incompatible con la vida familiar”. Está casada y tiene dos hijos. Vive en Cintruénigo, en la Ribera navarra.
Hay un momento en El guardián invisible en que parece que algunos de los familiares de Amaia Salazar están implicados en los asesinatos y el lector sufre con la inspectora, teme que sea demasiado para ella, que la aparten del caso. “Al final todos están implicados de una manera u otra, cuanto más unida está una familia más implicación hay”.
Leeremos más sobre la familia Salazar. El guardián invisible es la primera novela de la Trilogía de Baztán. La segunda, Legado en los huesos, ya está escrita y aparecerá a finales de año y de la tercera, Ofrenda a la tormenta, ya tiene el croquis. El guardián invisible ha aparecido simultáneamente en castellano (Destino), catalán (Columna), euskera (Erein) y gallego (Xerais). Algo que no ocurre todos los días, como tampoco ocurre que editores de 13 países hayan comprado sus derechos o que los productores de Millenium, de Stieg Larsson hayan adquirido la trilogía para llevarla al cine.
No es la primera novela que publica Redondo, antes sacó, Los privilegios del ángel, pero El guardián invisible va a ser uno de los libros del año. Es una novela transversal que gustará tanto a los adictos al género negro como a todo tipo de lectores. Es una novela muy potente.
Dolores Redondo y su novela tienen una bonita historia. Cuando la tuvo acabada envió correos electrónicos a diversos agentes literarios. Solo decía: “Busco agente literario” y adjuntaba el primer capítulo. Anna Soler Pont, de la agencia Pont, tiró el correo. Le llegan tantos al día. Pero Ricard Domingo, de la agencia, sí leyó ese capítulo. “Esto es buenísimo”, dijo a Anna. A punto estuvo de haber una subasta. Varias editoriales la querían, pero Redondo decidió: “Quiero Destino porque ha publicado a Stieg Larsson”.“No puedo explicar la felicidad que siento”, dijo Dolores Redondo, en la presentación en Elizondo. “Llevo un año conteniéndome, como el río Baztán y ahora, como el río, yo también estoy a punto de desbordarme”. 

Murió Jakob Arjouni, el escritor alemán creador del detective turco Kemal

Conocido sobre todo como creador del detective germano-turco Kemal Kayankaya, falleció la pasada madrugada en Berlín, a los 48 años y a consecuencia de un cáncer, informaron hoy fuentes familiares

Jacob Arjouni, autor de cinco novelas con el duro y violento detective turco-alemán Kemal Kayankaya./Miranda Junowicz/lainformacion.com
Arjouni, autor de éxito con sus novelas policíacas inspiradas en clásicos del género de los años treinta y cuarenta pero trasladadas a los ambientes multiétnicos de la Alemania actual, debutó en los ochenta con "Happy birthday, Türke" -"Feliz cumpleaños, turco"-.
Ya ese primer título obtuvo una notable resonancia en el mercado alemán, como variante doméstica e irónica de Agatha Christie o Dashiell Hammett.
Junto a su personaje del detective germano-turco recreó en sus novelas otros individuos arquetípicos de la Alemania de hoy, como los neonazis de la socialmente deprimida mitad este del país.
Nació en 1964 en Fráncfort, pero pasó parte de su infancia y adolescencia en esa parte de Alemania, el antiguo territorio comunista, y volcó parte de sus experiencias biográficas en algunas de sus novelas.
Combinó los estudios con trabajos ocasionales de camarero, en Francia, aunque pudo permitirse pronto vivir de la literatura casi desde los veinte años, gracias al éxito de su "Happy Birthday, Türke".
La cineasta alemana Dorris Dörrie llevó al cine al detective de origen turco que no habla el idioma de sus padres y que se mueve por los bajos fondos de Fráncfort, al que dedicó cinco novelas.

17.1.13

Mendoza:" Hacer una literatura que no sea un reportaje o una pieza del folklor"

Los internautas preguntan a Élmer Mendoza

Élmer Mendoza, creador de el Zurdo Mendieta, chatió con sus lectores./elpais.com

 

La

¿Has investigado los temas de tus novelas, directamente con la Policía mexicana?
pARA NADA

Lagarboy

¿De dónde sale el nombre de tú novela? Hay una referencia específica o es simplemente un gancho
SALIO CASI AL FINAL, CREO QUE ES PARTE DE LO QUE SE VA CREANDO, que es necesario completar, que lo exige.

topolobampo

Élmer,¿ te animarías a una novela cuya trama fuese la regulación de las drogas y el pago de impuestos por producción y consumo..? ¿cómo imaginas a los carteles, regulados por el Estado...? quiza el tránsito entre una cosa y otra, valga la pena novelar.
No sé, mis novelas salen de dentro; hasta ahora no he tenido que responder a peticiones o eso. Digamos que a partir de mi ficción la realidad se ha adaptado, sería demasiado decir que la he creado y merecería ser linchado.

aruba

¿Es México tan horrible como nos lo pintan?
Claro que no. Hay delincuencia pero sólo es terrible en su territorio o con quien pretende afectarlos. México, es un país de puertas abiertas y tras ellas se vive bien y todos puedan pasarla bien bien.

Mauricio de la Cruz

Mi querido Elmer ¿es el zurdo Mendieta un Jack Bauer mexicano? ¿Es un modelo a seguir?
No. Tiene demasiados conflictos y es un soñador. México necesita emprendedores, por ahora,más prácticos que soñadores.

ARTURO ZAVALAZ

¿Por qué no habla de la política mexicana o de Sinaloa?
Porque soy escritor, deseo hacer novelas, hacer ficción, aunque muchos dicen que son tremendamente políticas. Veo que usted no,lo cual en la ficción está previsto. 

Jair García-Guerrero

¿Cuándo impartirás algún curso en Monterrey?
Del 11 al 14 de marzo de 2013, con José Garza.

John Silver

Qué gran personaje el Zurdo Mendieta en medio de tanta corrupción. Y qué delicia que el humor de la lengua hablada se cuele en el relato. ¿A veces no ha pensado poner los diálogos de manera convencional? Enhorabuena!!!
No, quiero que mis lectores dominen otra manera de leer, que es más rápida y que llega al corazón.

eketju

¿Crees que la situación de inseguridad en norte de México se reducirá con el "nuevo" gobierno?
Lo espero. Dos años pensaré que puede ocurrir.

Jesús

¿Cómo se documenta para elaborar sus novelas? ¿Visitas al lugar para reconocer los escenarios,contactos con terceras personas, Internet?
Primero imagino, luego veo, escucho hablar, a veces converso, sobre todo recuerdo lecturas.

Curioso

Se le identifica como representante de la narcoliteratura, género que los editores peninsulares favorecen por sus méritos económicos, que no son precisamente los literarios. ¿Lo percibe usted?
No, mi percepción por regalías esmuy magra.

Vanghore

¿Cómo es su proceso de concebir una novela? Hasta dónde se apropia de la cruda y violenta realidad de las matanzas del narco mexicano.
Es algo natural, a mí el tema me ha escogido y constantemente me da ideas. De ahí elijo. Me apropio escuchando viendo leyendo, visitando sitios que no aconsejan visitar.

César Machado Arias

Más allá del narco, la disolución de la sociedad mexicana, ahogada en sangre, revela rupturas del tejido social. ¿Tiene sentido atestiguar la sinrazón de la violencia? ¿no incurre el escritor en la apología de la cultura de la muerte?
Apología, a veces no se puede evitar, pero siempre debe estar el lector que la complemente. Es una literatura social, descarnada, pero no tan dura como la realidad que los humanos toleramos. Los humanos somos peror que los personajes.

el khan

¿Terminará México como Colombia, con grupos paramilitares, con narcoejercitos?
NO. espero que tengamos mejor suerte, además las historias son distintas.

perro del mal

¿pagó pensión alimenticia el Zurdo a su morrito o se hacia güey?
Le dio una tarjeta de débito, con toda la lana que la da SV

chuytoño

¿ podrías recomendar a dos de tus autores favoritos de novela negra?
Claro. Dashiell Hammett y Batya Gur

hcano

¿Tendremos más de Elmer Mendoza (ojalá)? Y ediciones eBook, ¿para cuándo?
Viviré más de 87 y estamos viendo el asunto de contratos de ebooks. Paciencia.

Lucarloki

De los personajes creados por los autores rusos del XIX ¿Cuál villano llama su atención?
Taras Bulba y Bronski

Homero h treviño

¿No se te hace muy ingenua el como Ugarte se infiltra en la reunion de capos. Los narcos son tan pendejos?
Fue la menos ingenua de las que se me ocurrieron.

Jordi

Buenas tardes, Elmer, un saludo. Me parece detectar un cierto cansancio o progresiva desgana en sus novelas del Zurdo. ¿Ha tenido el mismo interés y motivación en la escritura de las tres novelas o bien con un protagonista ya perfilado se entra en una cierta rutina ?
Caray; bueno, lo que busco es que sea diferente en algo. Que la forma en que los personajes interactúan tenga algo que no tengan las anteriores, pero no cansancio. Espero que no sea demasiado.

Nelly Sánchez

Hola, Élmer. Un abrazote desde tu tierra. =)
Gracias.

José Luis Catón

¿Se puede deducir de su personaje EL Zurdo Mendieta que es necesario admitir una ética personal que asume la realidad social como un espacio de convivencia con diversas maneras de criminalidad?
Es correcto. La vida es así. Nunca es un sólo plano, y en el mundo del delito son increíbles las mezclas.

Jorge Pericos

Maestro Elmer, mi pregunta es como se inspiró en el capítulo de Motel?
Le pregunté a un amigo de la tierra de las mestizas.

cedric

hola estimado elmer qué opina de los comites de autodefensa en guerrero, podria ser una solucion
Son espectaculares, pero muy peligrosos. El gobierno debe protegerlos porque su hartazgo es real. Ojalá y no les pase nada.

Verónica Calderón

¿Espera que Enrique Peña Nieto cambie la estrategia contra el crimen organizado -si es que alguna vez existió alguna- y, si es así, espera mejoras?
Al menos ya cambió el discurso y cambió la percepción de los mexicanos. Confío en que irán resolviendo poco a poco ese grave problema.

Nelly S.

¿En qué anda ahorita El Zurdo?
Un amigo suyo que vivía en Los Angeles se vino a morir a Culiacán. están conversando en el Miró.

wallander

Hola Élmer, ¿cuales son tus detectives favoritos de ficcion? Me gusta mucho Mendieta, creo que es un personaje creible. Me parece que los detectives fragiles y con un lado humano sensible como Wallander reflejan mejor la realidad y dan mas credibilidad a una novela.
Wallander es jefe, Michael Ohayon, comandante Jaritos, Mandrake, Heredia, Cayetano Brulé, H.Belascoarán, Ch. Parker. 

favian

¿Podría recomendarme a sus autores latinoamericanos preferidos?
De policiacas: Paco Taibo II, Ramón Díaz Eterovic, Roberto Ampuero, Leonardo Padura. FHagenbeck, BEF, Juan Sasturain, Claudia Piñeiro, De los Demas: Fernando del Paso, Juan, Rulfo y todos los jefes del boom.

Jorge Flores Peiro

Seguirá el hijo del zurdo Mendieta en las siguientes novelas, como personaje secundario?
No sé, ya lo veremos.

Aurora

¿Se ha sentido alguna vez amenazado?
Nunca, ni en defensa propia.

Juan MFA

Disculpe mi ignorancia pero ¿es realmente tan dura la realidad que nos transmiten los medios sobre México que parece un país donde se antoja imposible vivir, y sin embargo los mexicanos a los que oímos hablar aquí parecen infinitamente más tranquilos y cultos que la mayoría de nosotros? Gracias y reciba un cordial saludo
Los medios adoran hablar de los errores y la podredumbre; pero México es un país de pie, grande, lleno de gente que ama la vida el trabajo y tener amigos. Así que no se crea todo.

Mario C

¿Por que decidió convertirse en escritor? y si no lo fuera ¿a que se dedicaría?
Porque no pude ser físico. A la física. 

Matías

¿Se imagina escribiendo sobre otro sitio que no fuese México?
Sí, y son imaginaciones increíblemente gratas y extrañas. Como ser amante de Nicole Kidman.

Marta

¿La fiebre de la novela negra pasará? ¿Qué tiene que tener una buena novela del género? Muchas gracias
No pasará. Debe ser emocionante. Los lectores sabemos casi siempre que el detective se saldrá, de alguna manera con la suya, pero la emoción siempre es lomejor.

Juan

¿Escucha narcocorridos? ¿Qué relación mantiene con Pérez Reverte? Saludos
Los escucho. Estupenda relación de amistad, apoyo y admiración.

raul calcaneo

que opinion te merece John Connolly?
La mejor, entre nosotros es el mejor creador de atmósferas. en 2012 me invitó a ser parte de un libro que ahora está jugando por el EDGAR prize: Books to die for.

Gorbea

Querido Elmer, ¿chivas o américa?
al que gane; confieso que con el piojo allí le voy a los canarios. Él me ca muy bien, y ahora con elMaza, van a volar pelos, apoco no.

artur

Elmer un saludo un fiel lector tuyo pregunta ¿cual es tu libro que mas te gusta?
El conde de Montecristo, de A Dumas.

Luis Alberto Galindo C. San Bruno California USA

¿Élmer es facil escribir en Mexico novelas del narcotrafico?
Con el tema no hay problema. Lo difícil es cómo hacer una literatura que no sea un reportaje o una pieza del folklor.

Alberto

Se ha criticado mucho el tema de la narco-narrativa desde las instituciones academicas diciendo entre otras cosas de su poca calidad y su traducción fácil a las telenovelas. ¿Crees que se ha legitimado un poco este género a la luz de la nueva producción cultural? Te interesaría ver tus novelas adaptadas a la televisión? Saludos desde Chicago
Tengo la impresión que eso se está superando. el año pasado en sep. ocurrió el primer congreso hispanoamerica Élmer Mendoza, dicen que con cien ponentes, en la Universidad Autónoma del estado de México, y otras dos o tres, donde se señalaban las virtudes de mis novelas más allá del tema. Creo que hemos creado una estética sólida que abarca otras artes y que hemos ganado el respeto de los académicos.

camarónpelao

¿que opinas de la procuración de justicia en Sinaloa? abundan tantos casos sin resolver, ¿donde están los zurdos?
¿Qué no es eso algo de turismo? Me perdí.

Chuy-lalo

Porqué poner el puerto de Mazatlán en punto de reunión de un cártel, y otro lugar donde la podedumbre americana aflora?
Bueno, porque eso dicen, y porque me encanta ese puerto.

Mauricio Alva Guevara

¿Como le hago para empezar a escribir?
Compre su instrumento. Aprenda todas las técnicas de narrar y luego escriba con el alma

Mensaje de despedida

Muchas gracias a todos.

16.1.13

La verdad sobre Holmes

No es el primer detective de la literatura, pero sí es el más universal e influyente. El género policiaco arranca con Auguste Dupin

Arthur Conan Doyle tiene la suya en el 221B de Baker Street también tiene la suya./elpais.com
Las célebres placas azules redondas, que señalan las casas en las que vivieron o pasaron temporadas personajes históricos, desde escritores a políticos, se han convertido en uno de los signos distintivos de Londres. El Parlamento propuso su creación hace ahora 150 años y la primera se instaló en 1867 en la casa natal de Lord Byron, aunque el edificio, en Cavendish Square, fue demolido en 1889. La placa más antigua que sobrevive data de ese mismo año y conmemora la estancia de Napoleón III en King Street, Saint James. Uno puede pasear por la capital británica y toparse con las casas en las que vivieron George Orwell, T.S Elliot, Lawrence de Arabia, Carol Reed o descubrir que Friedrich Engels residía en el muy exclusivo barrio de Primrose Hill. Naturalmente, el médico escocés y novelista Arthur Conan Doyle tiene su placa, desde 1973, en el 12 de Tennison Road. Y el 221B de Baker Street también tiene la suya.
Aunque no fue instalada por English Heritage –no aparece en su base de datos– sino por el Ayuntamiento de Westminster en medio de una polémica sobre la ubicación exacta de la mítica dirección, es difícil distinguir la diferencia (salvo que uno sea Sherlock Holmes, que tardaría segundos en hacerlo). Lo curioso es que este reconocimiento vital a un personaje de ficción no produce un gran desconcierto, ni mucha extrañeza. Al principio puede parecer irónico o una promoción del museo que alberga ese número, innecesaria por otra parte porque el último tramo de la calle londinense siempre está lleno de turistas que hacen cola para fotografiarse disfrazados con una lamentable imitación del gorro del detective y una sobada pipa de plástico, junto a un Bobby que no engañaría ni a Lestrade. La razón de la naturalidad con la que se contempla la placa es sencilla: Sherlock Holmes existe.
No es el primer detective de la literatura, pero sí es el más universal e influyente. El género policiaco arranca con Auguste Dupin, que Edgar Allan Poe creó en 1841 en el relato Los crímenes de la calle Morgue. De hecho en Estudio en escarlata, la primera novela de Holmes publicada en 1887, aparece citado Dupin en un nada disimulado homenaje, teñido de ironía. “No me cabe duda de que usted cree hacerme una lisonja comparándome con Dupin. Pero, en mi opinión, era un hombre que valía muy poco”, asegura el pretencioso Holmes cuando le explica a Watson la ciencia de la deducción. También se anticipó Wilkie Collins a Arthur Conan Doyle con La piedra lunar, una de las obras maestras de la literatura británica y considerada la primera novela policial de la historia, que se publicó por entregas a lo largo del año 1868 en la revista All year round, que dirigía su íntimo amigo Charles Dickens. La relevancia literaria de Poe y Collins es superior a la que nunca alcanzó Conan Doyle. Sin embargo Sherlock Holmes es más famoso y más universal que cualquiera de ellos tres.
No se trata sólo de que sus libros sean reeditados constantemente –recomendaría la edición completa de Cátedra, a cargo de Jesús Urceloy, tanto por las traducciones como por el orden de los relatos y los suplementos, como un diccionario de personajes–, ni siquiera de las constantes adaptaciones cinematográficas, –en los últimos tiempos ha sido llevado al cine por Guy Ritchie y José Luis Garci, lo que demuestra que el arco es casi infinito– o televisivas –es estupenda la serie de la BBC de seis capítulos, que lleva a Holmes y Watson hasta el siglo XXI–, se trata de la inmensa influencia que ha ejercido el mundo holmesiano.
Desde El nombre de la rosa hasta la serie House, los análisis sesudos de semiótica (ambas disciplinas estudian los signos, como queda demostrado en el estupendo ensayo coordinado por Umberto Eco y Thomas A. Sebeok, El signo de los tres, Lumen, 1989), las adaptaciones en todos los formatos imaginables, la obsesión de los aficionados por cada mínimo detalle de la serie (sólo comparable a la que padecen los tintinólogos), los personajes de Arthur Conan Doyle son infinitos. Prueba de ello son las variaciones y los falsos Holmes. Me quedo con Elemental doctor Freud, Solución al 7 por ciento en su título original, que retrata el encuentro entre un rompedor médico vienés que empieza a ser famoso en Europa y el detective que trata de desintoxicarse de su adicción a la cocaína y con El caso del anillo de los filósofos, de Randall Collins, en el que Holmes se las ve con Keyness, Wittgenstein, Russell y Ramanujan.
Es difícil encontrar una respuesta única a esta incombustible fascinación. A lo largo de todos los años que estuvo publicando historias de Holmes, entre 1887 y 1927 (quiso matarlo pero se produjo tal rebelión entre los lectores que no le quedó más remedio que resucitarlo), Conan Doyle sentó las bases del género policial que, básicamente, se han seguido hasta ahora. Cambian los detectives, cambian los países, cambian los ángulos y los personajes, pero los principios se mantienen: ocurre un crimen o un misterio y un tipo más listo que los demás lo resuelve porque ve allí donde los otros están ciegos. Además, parafraseando fuera de contexto la frase de Albert Camus, “entre la justicia y su madre, eligen siempre la justicia”. Hasta los más cínicos, como Sam Spade o Philip Marlowe, al final hacen lo que creen que es justo. Sin embargo, Holmes, y por extensión el género policial, ofrece algo más. Como escribió el filósofo John Gray en un artículo con motivo de la nueva adaptación para la BBC, “Holmes es un mito porque es capaz de encontrar orden en el caos utilizando métodos puramente racionales. Demuestra el poder imborrable de la magia”. Pero, en realidad, el detective muestra el poder que puede tener un mundo en el que se ha acabado la magia, en el que los huecos inexplicados de la vida son reemplazados por respuestas en un momento en que la humanidad todavía no sabía que iban a venir muchas más preguntas detrás.
Los personajes de Arthur Conan Doyle nacen en el paso del siglo XIX al XX cuando, con la técnica, el mundo estaba cambiando a mayor velocidad que nunca. De hecho, Watson conoce a Holmes cuando este último está investigando en un laboratorio nuevos métodos de criminología. Es un periodo en el que los avances técnicos todavía no están emponzoñados por sus defectos, una época de confianza casi ciega en la razón, que empezaría a perderse con la primera Guerra Mundial y con los grandes totalitarismos que desembocarían en la segunda. Sherlock Homes simboliza esa fe en la razón, lo que quiere decir en lo que mejor de nosotros mismos. Eso es lo que le convierte en infinito y le hace tan real o, por lo menos, deseamos que lo sea.

15.1.13

Últimas pesquisas de Méndez


Francisco González Ledesma publica Peores maneras de morir, su novela policíaca más sentimental, concluida mientras se recuperaba de un ictus

El novelista Francisco González Ledesma, ante la máquina de escribir en su domicilio de Barcelona en abril de 2010. / Carmen Secanella./elpais.com
“No sé cuánto tiempo me queda para escribir. Probablemente, mi próxima novela será el último Méndez y será más sentimental que nunca”, explicó Francisco González Ledesma durante la celebración, en octubre de 2009, del 25º aniversario de Crónica sentimental en rojo (1984), novela en la que el inspector Ricardo Méndez entró en el olimpo de los detectives de ficción.
González Ledesma (Barcelona, 1927) no se equivocó. Peores maneras de morir (Planeta) es la más sentimental de sus 10 novelas policíacas, con un Méndez viejo que sigue pateando las calles y una Barcelona que ya no reconoce. Es un puro Ledesma, de alta intensidad, con diversas historias y personajes que se entrecruzan hasta ligarse en una misma trama. El tema, que el autor había abordado ya en otras ocasiones, es la prostitución, no la de los pequeños locales que tan bien conoce el inspector, sino una trama internacional de trata de blancas con epicentro en Barcelona, algo tan gordo que casi desborda a Méndez. Lo bueno es que las víctimas se convierten en verdugos.
Está ambientada en el otoño de 2010 cuando el Papa viajó a Barcelona para consagrar el templo de la Sagrada Familia, aunque de eso no se enteran en los barrios del inspector literario, donde sí notan de manera aguda la crisis económica. Peores maneras de morir tiene dos historias, la que cuenta y la suya propia. González Ledesma publicó en 2009 No hay que morir dos veces. Al año siguiente, sacó La dama y el recuerdo, de Silver Kane, mientras estaba escribiendo Peores maneras de morir. “Estaba cada vez más ansioso por escribir y lo hacía cada vez con más intensidad. Tenía más cosas para escribir que tiempo para hacerlo”, cuenta su hija, la periodista Vicky González.
Concluyó la novela en la Navidad de 2010 y decidió dejarla reposar hasta pasadas las fiestas para pulirla luego. A primeros de enero de 2011 sufrió un ictus, que le obligó a pasar cuatro meses en el hospital. Nadie volvió a pensar en la novela, hasta que él se acordó. “Había recibido un anticipo de Planeta y quería cumplir con la editorial. Siempre ha sido muy responsable”. Y honesto. “Cuando inició el proceso de recuperación, la rescatamos. Hice un resumen para ubicarme. Le costaba concentrarse y hacíamos sesiones cortas. De repente, me decía ‘esto no cuadra’ y lo resolvía. Lo que él habría acabado en dos semanas antes del ictus nos ha costado meses y meses”. González Ledesma sigue hoy en proceso de recuperación. Sabe que sale su novela, pero no se divertirá tanto como en ocasiones anteriores.
El libro arranca con una joven extranjera mientras huye aterrorizada por las calles del Raval. La persigue un matón. Cree darle esquinazo y se refugia en un edificio semitapiado a punto de ser derribado. Otra muchacha, que espera a su padre, le abre la puerta. El asesino las mata a las dos. El inspector Méndez, relegado al turno de guardia, acude al lugar. Pero su jefe le releva del caso, sabe que el inspector no perdona la muerte violenta de niños ni de muchachas, que no tolera la pederastia ni la violación y que cree más en la justicia de la calle que en la de los tribunales.
Méndez se salta a la torera las órdenes del comisario. Investiga, recorre las calles como un viejo lobo solitario. Las casi niñas ucranianas prostituidas, que llegaron a Barcelona pensando en triunfar como bailarinas, son cruelmente castigadas. Hay mucha violencia en esta novela, más de 10 muertos, mucha acción, angustiosas persecuciones y una bonita historia de amor.
Dos mujeres comparten protagonismo con Méndez. Eva Ostrova, una ucraniana de 15 años de trágica vida, que logra escapar de la mafia y solo piensa en vengarse, se convierte en una máquina de matar. Y Mónica Arrabal, una dama muy religiosa y caritativa que ayuda a prostitutas, pero que adopta las ideas de Méndez. El inspector y Mónica descubren paralelamente la terrible aventura de Ostrova y deciden protegerla. Han de pagar los capos de la organización, no las víctimas.
Hay un punto en común entre Ledesma y Méndez, ambos son algo anarquistas y ambos han trabajado toda su vida. Ledesma ya sabía a los 14 años que quería ser escritor. Apenas cumplidos los 20 escribió Sombras viejas, que ganó, en 1948, el Premio Internacional de Novela José Janés. La censura impidió su publicación. A los 23, se graduó en Derecho. Entró como asesor jurídico en Bruguera, donde empezó a escribir guiones de El inspector Dan y de El doctor Niebla. Y luego novelas del Oeste con el seudónimo de Silver Kane, de tres a cinco a la semana. Publicó 400. Trabajó en la editorial hasta 1966, cuando entró como periodista eventual en El Correo Catalán, y de ahí a La Vanguardia.
Méndez nació en la página 134 de Expediente Barcelona (1983) como personaje secundario. Al año siguiente Ledesma ganó el Planeta con Crónica sentimental en rojo, a las que hay que añadir ocho novelas más y un libro de relatos.
El escritor solía decir que el protagonista de estos libros no era Méndez, sino las calles de su Barcelona, con la frontera norte en la plaza de Catalunya y al sur, el Poble Sec, el Paral.lel, el mar, el barrio chino, La Rambla.
En Peores maneras de morir trabaja un Méndez más melancólico que nunca, desesperadamente nostálgico de esa Barcelona que conoció. En la novela, cuenta su historia. De cuando era policía franquista y perseguía rojos, a los que luego servía de enlace en la cárcel. Nunca será ascendido. Es compasivo con los débiles e implacable con los malos de verdad.
Vive en un pisito frente a les Dressanes, atiborrado de libros, y comparte recuerdos amargos con el Poeta, que tiene como hogar el taburete de un bar.
Un funcionario del depósito de cadáveres dice a Méndez: “Dentro de un mes habrá pasado una de estas tres cosas: le habrán jubilado o le habrán echado de la brigada o le habrán envenenado en su bar de confianza”. Si leen la novela, verán qué sucede en realidad y compartirán su Barcelona. Como dice Méndez: “El corazón tiene recuerdos que el cerebro olvida”.

10.1.13

Mariano Sánchez Soler gana el premio de novela negra L'H Confidencial


El periodista y escritor alicantino ha sido el ganador de la séptima edición del premio internacional de novela negra L'H Confidencial, que convoca el ayuntamiento de L'Hospitalet y Biblioteca La Bòbila
El periodista Sánchez Soler gana el premio de novela negra L'H Confidencia/lainformacion.com./blog labobila.com
El escritor y periodista alicantino Mariano Sánchez Soler ha sido el ganador de la séptima edición del Premio Internacional de Novela Negra L'H Confidencial, que convocan el Ayuntamiento de L'Hospitalet y Roca Editorial y promueve la Biblioteca La Bòbila. 


La novela ganadora se titula El asesinato de los marqueses de Urbina. Se inspira y recrea, en clave de novela crónica, un doble crimen ocurrido en las altas esferas madrileñas durante los primeros años de la Transición. 



El suceso fue ampliamente seguido por los medios de comunicación y por la opinión pública española, que dejó la sensación de que el caso no se terminó de resolver. 



El jurado ha destacado la agilidad de la trama y la fiel recreación de los hechos, uno de los casos criminales más mediáticos de la historia de España. Asimismo, el jurado ha valorado el alto nivel de las obras presentadas al concurso, por lo que pide a Roca Editorial que tome en consideración la posibilidad de publicar otra de las obras finalistas,Un camino a través del infierno



Mariano Sánchez Soler, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y doctor por la Universidad de Alicante, ha formado parte de los equipos de redacción de El Periódico de Catalunya, Diario 16, Le Monde Diplomatique,Tiempo e Interviú, entre otros. 



Su obra incluye géneros tan diferentes como el ensayo, la novela, la poesía y el guión para cine y televisión. Forma parte de la primera generación de escritores españoles de novela negra, con títulos como Carne fresca (1987), Festín de tiburones (1990), Para matar (1996), Lejos de Orán (2003), Grupo antiatracos (2006), La brújula de Ceilán(2007) y Nuestra propia sangre (2009, XII Premio García Pavón de Narrativa Negra). 



Dentro de la ensayística de género negro destaca Anatomía del crimen: guía de la novela y el cine negro, libro con el que ganó en 2012 el Premio de la Crítica Literaria Valenciana. 



Actualmente es profesor de guión en el Centro de Estudios Ciudad de la Luz, adscrito a la Universidad Miguel Hernández de Elche, y dirige el Taller de Novela Negra de la Universidad de Alicante, donde también organiza los encuentros de novela negra y policíaca Mayo Negro



El Premio Internacional de Novela Negra L'H Confidencial está dotado con 12.000 euros y Roca Editorial publicará la novela ganadora. 


La entrega del premio se hará el sábado 16 de marzo, a las 19 horas, en la Biblioteca la Bòbila