28.6.11

Ráfagas imprevisibles de novela negra

La intriga policíaca Voces para un blues negro propone 15 capítulos, cada uno con un autor diferente escogido entre las decenas de usuarios que enviaron sus propuestas literarias
Una ilustración realizada para To be continued.fernando vicente.fuente:elpais.com

Ser un personaje de una novela negra debe de ser un oficio complicado. Entre asesinatos y bandas criminales, es perfectamente posible (y hasta probable) que a la vuelta de la página se esconda la muerte de uno mismo. Aún así, a los protagonistas les quedan algunos recursos para saber qué les espera: si el autor de la novela es de esos que tienen claro desde el principio cómo arrancar y cómo terminar, el personaje cuenta por lo menos con unos indicios. Y si se cumple la profecía típica de que la obra toma vida propia y acaba decidiendo su desarrollo, los protagonistas ya se convierten en artífices de sus destinos. En el caso de Voces para un blues negro (Rocaeditorial), sin embargo, ninguno de ellos tenía manera de saber cuánta arena quedaba en su clepsidra: los 15 capítulos de esta intriga policíaca están escritos por 15 autores diferentes y fueron escogidos sobre la marcha entre las decenas de propuestas que escritores aficionados enviaban a la página web del proyecto tobecontinued.

"Dejamos a los autores una libertad prácticamente total", explica en la Casa de América de Madrid Xavi Bru, el auténtico titiritero de este proyecto pionero. El 14 de enero apareció online la primera entrega de Voces para un blues negro, realizada por el escritor peruano Santiago Roncagliolo (uno de los tres profesionales del proyecto, juntos con Agustín Fernández Mallo y Cristina Fallarás). Un cadáver en la Gran Vía madrileña, una niña como único testigo, un inspector algo friki y su pasado que vuelve en forma de una misteriosa figura femenina completaban el legado abierto, con nueve páginas, que Roncagliolo dejaba a la siguiente pluma.

Bru detalla las únicas normas del juego: "Desde que se publicaba un capítulo, había cinco días para enviar propuestas de entre cinco y 15 páginas. Un grupo de lectores elegidos hacía una criba y luego un comité editorial tenía tres días para escoger el ganador". Y así durante tres meses, hasta que la historia llegara a su imprevisible final. Lo mismo sucede con las ilustraciones que pueblan Voces para un blues negro y sus autores. Los vencedores de ambas categorías se llevaban 100 euros, un e-reader y el 1% de los derechos de autor.

En el fondo, la organización del proyecto no hizo más que echar a rodar el balón y dejar que empezara el partido. Nada de porterías ni fueras de juego: apenas había reglas. "No queríamos que fuera un dictado", sostiene Bru. No obstante, algunos jugadores se fueron cansando. El director del proyecto encuentra en la dificultad del reto la razón principal de que poco a poco el número de propuestas enviadas descendiera. De los 100 posibles capítulos dos se pasó a los cerca de 38 finales. Aún así, en total hubo 1.031 envíos, desde 15 países (España, EE UU, China, Colombia, México y Argentina entre ellos). Más de 13.000 comentarios que cualquier lector podía dejar debajo de las propuestas de capítulos que se iban colgando completan los datos del proyecto tobecontinued.

La suma de estos números dio luz a un conjunto que engancha y en el que "cada capítulo tiene mucha tensión", asegura Fallarás. Pero Bru reconoce que "seguramente sea mejor cada entrega singularmente que el resultado final". Y es que el precio de una hornada de ideas nuevas cada cinco días es la confusión en la que a veces se pierden los hilos de la trama.

El cocktail de libertad total y fantasía de los escritores aficionados produjo muertes repentinas, rastros de metaliteratura y cambios de estilo que acaban desubicando. "El personaje que mato en mi parte me lo había cargado en tres propuestas anteriores que no habían sido aceptadas", cuenta Fernando Lorente, autor del capítulo 12. Para Bru, es esta una de las lecciones aprendidas con tobecontinued: "Tal vez se puede establecer más control sobre la trama por parte del profesional que escribe la primera entrega. Sería el único que tendría la autoridad moral para opinar sobre los personajes".

A una trama que ya tenía problemas de equilibrio Agustín Fernández Mallo soltó un bombazo en su capítulo 5: de repente, nacía una segunda dimensión donde acaban los dobles de los cuerpos que sufriesen un daño especialmente grave. "La novela llevaba una línea muy buena de trama policíaca y me apetecía darle otra dimensión fantástica", asegura uno de los protagonistas del movimiento afterpop y de la llamada Generación Nocilla. Fernández Mallo hace hincapié en la novedad y la dificultad de un proyecto de este tipo: "Es un reto muy extraño al que no estás acostumbrado. Aumenta la complejidad. Siempre puedes hacer capítulo solo para cumplir pero si lo tomas con responsabilidad y te implicas, tienes que darlo todo en pocas páginas y teniendo en cuenta lo que ha pasado antes".

Al mundo doble de Fernández Mallo se fue acercando otro planeta que nació a raíz del proyecto. "Lo mejor de todo esto es la comunidad que ha surgido entre los autores y, online, con los usuarios que comentaban y se recomendaban obras y escritores", tercia Bru. Algunos de los participantes en el proyecto, reunidos en torno a una mesa, enumeran otras ventajas de Voces para un blues negro. "Sacar todo esto de la nada", "poder leer tantas propuestas interesantes", "la transformación en directo de la literatura", se escuchan en una larga lista de aspectos positivos.

El otro lado de la medalla choca con dos escollos. "Todas las entregas muy buenas que se han quedado fuera", resume el primero Bru. Fuera se quedó también el color de las ilustraciones, que en la versión impresa del libro salen en blanco y negro. Es esta polémica el caballo de batalla que Olga Simón, autora del dibujo del capítulo 9, repite una y otra vez, respaldada por otros de los ilustradores: "Estaban pensadas en color. Se ha perjudicado el arte". La diplomacia de Javier Gimer, editor jefe del proyecto, quien achaca la medida a razones económicas y explica que se adhiere a la queja pero "Roma no se construye en un día" no consuela a la ilustradora. "Podríais haber sido aún más pioneros", responde Simón.

Sea como sea, el balance que hace el coro de autores es positivo. Además, al menos según Fallarás, hay que tener en cuenta que la versión verdadera de la obra no son las 173 páginas de libro impreso sino que hay que añadir el despliegue de escritos e ilustraciones en la página web de tobecontinued, en su blog y en las redes sociales, donde siguen apareciendo comentarios sobre el proyecto. Al menos en Internet el blues sigue sonando y la clepsidra de los personajes tiene arena para rato.

Un resumen visual de 'To be continued...' una novela colaborativa

Voces para un blues negro Resumen

21.6.11

John Le Carré recibirá medalla Goethe

El autor británico será reconocido junto al periodista polaco Adam Michnick y la francesa Ariane Mnochkine
Medalla.John LeCarré, será premiado por la totalidad de su obra.foto.fuente:eluniversal.com.mx

El escritor británico John Le Carré, el periodista polaco Adam Michnick y la gran dama del teatro francés Ariane Mnochkine recibirán este año la medalla Goethe, en una ceremonia que se celebrará el 28 de agosto en Weimar.

Así lo anunció hoy el Instituto Goethe, que todos los años entrega ese galardón a personalidades que se hayan distinguido por la divulgación de la lengua y la cultura alemana en el extranjero y por el intercambio cultural internacional.

Le Carré, cuyo verdadero nombre es David Cornwell, fue premiado por la totalidad de su obra, que "refleja las líneas de los conflictos políticos de la guerra fría" y en la que ha destacado el papel de Alemania durante esa época, según destacó el comunicado del Instituto Goethe.

"El maestro de la novela criminal política y psicológica condensó literariamente el difícil papel de Alemania en la guerra fría" , dice el instituto alemán.

De Adam Michnick se destaca su papel en la disidencia polaca durante la época comunista, así como su aporte a la transición a la democracia desde las páginas del diario "Gazeta Wyborcza" , del que es editor jefe.

Ariane Mnochkine será galardonada por su papel al frente del "Théâtre du Soleil" -fundado por ella misma hace cuarenta años- con montajes en los que se destacan las relaciones y los conflictos entre las diversas culturas.

La medalla Goethe fue creada por el Instituto Goethe en 1954 y desde 1975 es reconocida por la República Federal de Alemania como una orden oficial.

Desde su creación han sido distinguidas 326 personalidades con la medalla.

Entre los premiados se destacan el cineasta estadounidense de origen alemán Willy Wilder, el filósofo británico de origen austriaco Karl Popper, el escritor español Jorge Semprún y el director y pianista argentino-israelí Daniel Barenboim.

15.6.11

La faceta activista de Stieg Larsson

El libro La voz y la furia saca a la luz el pensamiento y las investigaciones periodísticas del creador de la saga Millennium
Daniel Poohl, director de la publicación "Expo".foto.fuente:abc.es

El libro 'La voz y la furia' (Destino) saca a la luz las investigaciones periodísticas del escritor sueco Stieg Larsson, entre cuyas principales preocupaciones destacaban la defensa de los desprotegidos, la denuncia del racismo y la lucha contra la extrema derecha, para acercar al lector el trabajo diario del autor y dotar de veracidad a sus creaciones literarias. El creador de la saga 'Millennium' fue fundador y director de la revista 'Expo', una publicación que el escritor utilizó como arma de batalla frente a la intolerancia.

"Era un demócrata con mayúsculas, con la convicción de que todos somos iguales y que tenemos el mismo derecho a defendernos", ha afirmado este martes Daniel Poohl, sucesor al frente de la revista tras la muerte de Larsson en 2004, durante la presentación del libro. Poohl, responsable de la edición y del prólogo de este volumen, desvela algunas de las facetas del escritor menos conocidas y revela su pensamiento y sus ideas respecto a los temas que más le conmovían.

En la mente de sus lectores surge la incógnita acerca de lo que el escritor habría pensado sobre el mundo actual, pero Poohl no lo duda: "La intolerancia forma parte de la sociedad europea y la idea de Larsson era enfrentarse a este problema".

«Amenazas» de la extrema derecha

El escritor sueco comenzó a escribir sobre los movimientos de extrema derecha en los años setenta y desde aquel momento comenzó a recibir "amenazas y presiones" por parte de estos grupos, una situación incómoda a la que "llegó a acostumbrarse", según relata el actual director de 'Expo'. En su actividad diaria, Poohl ha destacado una doble faceta: la de "activista" y la de "periodista", dos conceptos que integran la labor del informador y la obligación moral de denuncia acerca de los problemas que lo rodeaban. Además, destaca que Larsson era una persona "muy rigurosa" en sus artículos, que "nunca mentía y siempre escribía en base a la verdad".

El autor del prólogo de 'La voz y la furia' lamenta no haber hablado más con Larsson acerca de su literatura. Sin embargo, en sus años de convivencia laboral observó que, "aunque el escritor sabía que sus libros eran buenos, nunca imaginó el éxito que llegaron a tener".

El rechazo a las minorías

Daniel Poohl ha advertido acerca de un dato que sacude a toda Europa: "Entre el 5 y el 10 por ciento de la sociedad rechaza las minorías y la multiculturalidad". A su juicio, el sistema democrático "no nos libra" de padecer este sentimiento de exclusión porque, en el caso de algunos países como Suecia, "la extrema derecha ha entrado en el Parlamento".

La faceta activista de Stieg Larsson
Stieg Larsson

En el caso de Finlandia, este sentimiento se ha colado en las instituciones del país con una amplia mayoría tras las últimas elecciones. La razón es, en palabras de Poohl, que los finlandeses "no han solucionado su pasado". "Alemania se esfuerza por masticar la herencia del nazismo pero otros países, como Italia, piensan que no hay nada malo en ser racista. En este sentido, Poohl ha realizado una crítica a los medios de comunicación, ya que, a su juicio, en muchos casos se centran en lo que distancia a las personas. "Siempre se habla de los inmigrantes como un grupo que viene de fuera", afirma y añade que "los periodistas han de ser responsables de la información que transmiten".

13.6.11

Cuando Dashiell Hammet creó la novela negra

Con El Halcón Maltés irrumpe el legendario antihéroe Sam Spade
Humphrey Bogart -en la foto con Lauren Bacall y Henry Fonda- interpretó magistralmente en el cine a Sam Spade.foto.fuente:qliteratura.com

La novela negra es un producto norteamericano. Su creador fue Dashiell Hammett con El halcón maltés, que, además, supone la aparición de un personaje legendario: el investigador Sam Spade, a cuya aureola mítica contribuyó no poco la interpretación que de él hizo Humphrey Bogart. El protagonista prototipo del noir es un ser atormentado y solitario, amante de los vicios y de dudosa moralidad. A su lado, como no, una femme fatale dispuesta a seducirlo… y a engañarlo.

La novela policíaca siguió, desde su creación por el norteamericano Edgar Allan Poe en la primera mitad del siglo XIX, un periplo curioso. De Estados Unidos pasó a Inglaterra, con figuras como Arthur Conan Doyle y su inolvidable Sherlock Holmes y, más tarde, con Ágatha Christie.

Pero, a continuación, vuelven a ser autores norteamericanos los que toman el relevo para crear la novela negra. Al igual que la policíaca, ésta se caracteriza por presentar un delito que será investigado y aclarado por un personaje. Pero también presenta diferencias.

Sería muy largo tratar de establecerlas todas. No obstante, simplificándolas mucho, podríamos decir que, mientras la narrativa meramente policíaca presenta detectives que desentrañan los casos mediante su inteligencia, a través de la deducción, en la negra el protagonista es un investigador solitario y duro que no duda en ejercer la violencia si es preciso, cobrando ésta un papel fundamental en la obra. Además, resulta casi obligatoria la aparición de una bella mujer que suele encandilar al héroe.

El creador de esta variante del género policíaco es Dashiell Hammett (Saint Mary, Maryland, 1894-1961). Escritor autodidacta –dejó la escuela a los trece años-, antes de dedicarse a la literatura había desempeñado todo tipo de trabajos pero uno de ellos sería fundamental para su carrera novelística. Y es que Hammett fue, durante un tiempo, detective de la mítica Agencia Pinkerton. Allí aprendió las técnicas investigadoras y muchos trucos que luego trasladaría a sus narraciones.


A pesar de ser la novela negra un género popular, la calidad literaria de las obras de Hammett es muy estimable, al igual que sucedería poco después con la otra gran figura de este tipo de narrativa, Raymond Chandler.

Tras dos obras iniciales ya excelentes, Cosecha roja y La maldición de los Dain, Hammett alcanzó la fama con su novela más popular y, probablemente, la mejor: El halcón maltés, publicada en 1930 y que supone, además, la creación de su investigador más logrado, Sam Spade, un personaje ya mítico, sobre todo desde que fuera interpretado por el no menos legendario Humphrey Bogart en el cine.

Spade es un detective solitario, con un carácter un tanto peculiar y que no duda en bordear los límites de la legalidad para resolver sus casos. En esta primera aparición, deberá desentrañar toda una serie de crímenes que se suceden en la ciudad de San Francisco a causa de una valiosa figura –el halcón maltés- que perteneció al Emperador Carlos V.

El protagonista, ayudado por una misteriosa joven de la que, hasta el final, no sabemos sus verdaderas intenciones, Spade debe afrontar todo tipo de peripecias para solucionar el caso.

En suma una muy buena novela que hoy –sin duda, ayudada por el cine- constituye probablemente el clásico por excelencia del género negro.

10.6.11

Peter May: “La novela negra es una exploración de la condición humana”

En las islas resulta fácil focalizarse en los personajes de una manera mucho más detallada.Actualmente estamos volviendo a 'la edad de oro de la literatura criminal', a lo Agatha Christie.Es muy importante que en mis libros el lector realice un viaje a lugares donde nunca ha estado
Peter May rescata el detective deductivo en el orden sicológico.foto.fuente:qliteratura.com

Peter May se presenta vestido de escocés a la entrevista. Sí, con el típico chaleco negro acompañado de una falda a cuadros que le permite lucir carne en un día, por suerte para él, de lo más soleado. De hecho, con su sola y contundente presencia se da uno cuenta de que se está acompañado de uno de los más relevantes escritores contemporáneos surgidos del inclemente tiempo escocés. Con permiso, claro está, de sir Arthur Conan Doyle. Afincado en el sur de Francia desde hace más de una década, su última novela no desmerece para nada el carácter gélido y lúgubre que caracteriza la accidentada geografía de su tierra natal. Tras hacerse famoso en por The China Thillers, Peter May vuelve con la primera parte de una trilogía con un carácter mucho más intimista e introspectivo, donde la trama criminal cede terreno ante los fantasmas de su protagonista, el detective Fin Macleod.

La isla de los cazadores de pájaros (The Blackhouse, Grijalbo 2011) comienza cuando Macleod es enviado a la isla de Lewis para investigar el asesinato de uno de sus compañeros de estudios. Volviendo al que fue su hogar dieciocho años después, detrás suyo dejará una vida llena de frustraciones para reencontrarse con personajes y recuerdos, abriendo sin remedio la caja de Pandora. Las pequeñas miserias de la vida insular, el carácter destructivo de la religión, el dolor de los primeros amores o la ambivalencia de la tradición son algunos de los temas que recorren la novela. Pero la voluntad de Peter May es ir aún más allá. El lector se sumerge, de este modo, en los interrogantes de la memoria personal, al mismo tiempo que intenta resolver un asesinato cuyas raíces se encuentran afincadas en lo más profundo del subconsciente del protagonista. Un tratamiento inusual del crimen en una novela que se torna cada vez más melodramática conforme avanza la trama.

Y es que el tema central de la La isla de los cazadores de pájaros es, precisamente, la pérdida. De la infancia, del amor, de los sueños y, sobre todo, de la inocencia.

Usted ha participado en la Semana Negra de Barcelona hablando sobre las llamadas 'Islas Negras' ¿Qué es lo que pasa en estas islas? ¿Por qué parecen tan inquietantes?
¿Por qué son tan terribles? (risas) No son terribles, son muy hermosas. Pero sí es verdad que son sitios muy duros a causa de la meteorología. El clima es muy duro y hace muy difícil a la gente el vivir allí. El mar está lleno de peces, pero es una tormenta salvaje y loca que hace que vivir de la pesca sea muy penoso. Por lo que cada vez hay menos y menos puestos de trabajo para la gente joven de la isla, que están buscando industria. Así que, si quieres conseguir algo en la vida, tienes que irte de allí. Para mucha gente que vive en la isla, la vida es difícil.

Hay una tendencia a situar la novela negra actual en pequeñas comunidades cerradas. Ese es el caso de Johan Theorin, Assa Larsson o Camilla Lackberg ¿Por qué cree que cada vez es más usual este recurso?
Creo que es porque una pequeña comunidad tipo, como la isla de Lewis, permite crear un ambiente en el que resulta fácil focalizarse en los personajes y en la historia de una manera mucho más detallada que en un entorno abierto. La naturaleza misma de las comunidades isleñas es cerrada, significa que se tienen pocas oportunidades para escapar de las vidas y de la historia que el lector está examinando a través de la lectura del libro. Con lo cual, de alguna manera son el entorno perfecto. Como ya he dicho otras veces, se trata de algo muy inocente, ese retorno a lo que a los americanos les gusta llamar 'la edad de oro de la literatura criminal', cuyo héroe está escrito a lo Agatha Christie. Los misterios se suelen emplazar en una casa de campo y las acciones tienen lugar dentro de la casa o el jardín, donde los personajes permanecen allí, bloqueados… De alguna manera, estamos casi retornando a esa edad dorada reduciendo el entorno para escribir sobre esas pequeñas y perdidas comunidades isleñas.

Comunidades donde la tradición y la religión tienen un papel muy importante. En la Isla de Lewis parece que no haya pasado el tiempo…
Las comunidades isleñas en Inglaterra suelen ser comunidades fuertemente religiosas. La iglesia tiene una influencia y una fuerza muy poderosa, no solamente en la vida de la gente sino también en la política. Creo que ese es el resultado del aislamiento que las islas han tenido en Inglaterra: las cosas no cambian, no siguen adelante, las Iglesias se vuelven más poderosas y devienen una parte importante de la existencia… La islas se parecen mucho a como eran hace cien años, no han cambiado demasiado. Todos los avances se han hecho en los últimos quince años. Las iglesias tienen menos influencia en este momento que quince o veinte años atrás.

¿De dónde surge la historia de La isla de los cazadores de pájaros?
Surge de mi mente (risas). Hay varios elementos que convergen juntos para crear la historia. Cuando estaba trabajando en la idea original, quería utilizar cosas inusuales que realmente existiesen en la isla, como lo de los doce hombres que van cada agosto a las rocas para matar gugas… Eso es algo que en realidad sucede y pensé que podría ser un escenario terrorífico para la historia. Decidí empezar trabajando en el personaje de Fin Macleod que, en muchos sentidos, es típico de esta generación isleña porque es alguien que, como adolescente, estaba impaciente por dejar la isla e ir al interior para construir su vida por él mismo. En la narración de la historia creé una motivación adicional para que se marchase, una cosa que le pasó allí y que está enterrada en lo más profundo de él mismo. Recuperar a Fin dieciocho años después, frente a esas cosas que había estado escondiendo en el fondo de su mente, en sus memorias; y reunirlo de nuevo con toda esa gente que fueron actores en su infancia, en sus años de adolescente… me parece una buena manera de explorar la condición humana. Y eso es, según mi punto de vista, de lo que realmente va la novela negra: una exploración de la condición humana. La manera en que la gente reacciona bajo presión, por qué comete crímenes.

Es interesante cómo en la novela se deja de lado la sangre y los asesinatos en favor de la intensidad psicológica de los personajes.
El acto criminal es la fuerza motivadora de la historia. Pero de hecho la historia trata sobre Fin y no sobre el asesinato. Recuerdo que cuando estaba pensando sobre la trama, intentando desarrollarla en mi mente, tuve la idea de que el asesinato podría ser la razón por la cual Fin debe volver a la isla. Estaba pensando en cómo iba a contar la historia, entonces me paré de repente y me di cuenta de que la historia del libro no era realmente la historia del crimen, eso era el fondo. Y la manera de contar la trama era ir atrás en el tiempo para poder volver al presente. La historia llegó como una luz, como una iluminación.

Hábleme del detective Fin Macleod. Es un personaje atormentado por la pérdida que debe lidiar con el pasado. No es el típico detective, es muy introspectivo.
Sí. No es el típico detective porque, de alguna manera, en su mente él ya ha acabado con la policía. No quiere pertenecer más al cuerpo de policía. Ha tenido una tragedia enorme en su vida personal, la muerte de su hijo; está estudiando en una universidad abierta para cambiar el rumbo de su vida y continuar por otro camino. Yo creo que no quiere seguir siendo un oficial de policía, pero sigue siéndolo y está ahí para eso. Tiene que hacer frente a esta situación cuando sus jefes le envían a la isla para investigar el asesinato. El asesinato no es lo que ocupa un lugar importante en su cabeza, está más preocupado por él mismo, su vida, su pasado y su futuro. De hecho, en el segundo libro de la trilogía de La isla de los cazadores de pájaros, Fin deja la policía y vuelve a la isla definitivamente, por lo que su vida cambia completamente de dirección.

Dice que habrá una segunda entrega de la trilogía ¿Cuándo volveremos a ver a Fin Macleod en España?

En España, no lo sé. En Francia la segunda parte llega en septiembre, también en Gran Bretaña. Creo que, si los editores españoles ya tienen el dinero (tienes que preguntarles a ellos) espero que, sin duda, no más tarde del año que viene en estas mismas fechas.

Peter May nos firma un ejemplar para los lectores de Qdiario / Foto: Qdiario.com

¿De qué manera están ligadas sus historias al lugar donde transcurren? Isla de Lewis, Pekín, Shangay… son entornos muy poderosos.
Para mí es muy importante el marco de la historia. A menudo me he preguntado por la importancia del conjunto de personajes en el relato y pienso que éstos son fundamentalmente importantes. Si no tienes unos personajes buenos y potentes, no puedes contar tu historia, porque el interés de los lectores solo se activa cuando éstos tienen empatía con los personajes. Los personajes son muy importantes, pero yo creo que en mis libros el escenario de la historia es igual de importante que ellos. Es la isla de Lewis en La isla de los cazadores de pájaros, pero también es Beijing y Shangay en The China Thrillers… Estos lugares son como otro personaje porque tienen estados de ánimo, generan atmósferas y afectan a la acción. Y el lector es transportado muy a menudo a lugares en los que nunca ha estado antes. El entorno es de una importancia fundamental, es como un personaje secundario.

En este sentido, su escritura evidencia la importancia de los detalles cuando describe estos lugares ¿Es esa su manera de envolver al lector en la ficción?
He hecho muchas investigaciones para todos mis libros. En The China Thrillers, por ejemplo, hice doce o quince viajes a China para buscar historias. No solo un lugar, sino también operaciones escondidas de la policía china. Tuve acceso a documentos que nadie había visto antes a través de llamar a la puerta de los oficiales de policía. Haciendo este tipo de investigación tuve la oportunidad de llevar a mis lectores a través de lugares en los que no habían estado jamás. Creo que es muy importante que en todos mis libros el lector venga conmigo como en un viaje. En La isla de los cazadores de pájaros el viaje les lleva a la Isla de Lewis, que es un sitio donde es probable que muchos de quienes lean el libro nunca hayan estado. Pero espero que en el escritura del libro haya recreado el sentido del lugar para que los lectores se sientan realmente allí y realicen este viaje conmigo.

¿Cómo se suele documentar antes de empezar a escribir? Me refiero a la rutina policial, práctica forense, etc.
Trabajé ocho años como periodista durante la década de los 70 y aprendí el acto de la investigación. Paso mucho tiempo investigando y hago mucha investigación vía Internet. También he desarrollado contactos concretos con un especialista particular, para cada vez que siento que necesito información, por ejemplo sobre patologías o genética. Siembre busco a alguien que pueda asesorarme en los detalles correctos. Por supuesto, siempre viajo al sitio sobre el que deseo escribir, nunca escribo sobre un lugar si no he estado allí. La primera vez que fui a China, por ejemplo, hice fotografías de cada localización sobre la que iba escribir, y cuando volví a casa las pude en cuadros grandes. Ahora uso el vídeo digital y grabo en todas partes, lo edito en mi ordenador y, de este modo, cuando estoy escribiendo, solo tengo que volver a ver el vídeo un poco y la pantalla me recuerda cómo era el lugar. Me encanta utilizar la tecnología en mis investigaciones.

No te pierdas la primera parte de esta trilogía / Foto: Qdiario.com

"Me llamo Peter May y puedo predecir el futuro" ¿Por qué afirma esto al hablar de sus libros?
Es un fenómeno, es algo que me ha pasado durante toda mi carrera como escritor. Desde que era guionista de televisión hasta que empecé a escribir libros. Cosas sobre las que he escrito, más tarde se han convertido, extrañamente, en realidad. No se si es falso o si hay una mano misteriosa y escondida detrás, no lo sé. Todo lo que puedo decir es que es algo ocurre. Por ejemplo, cuando estaba trabajando en televisión como guionista en una serie dramática de sobremesa, se me ocurrió una historia en la que uno de los personajes se rompía el brazo. La semana siguiente, el actor que interpretaba a este personaje se rompió el brazo. Este tipo de cosas me han ido pasando realmente muy a menudo, hasta el punto de que los actores tocaban a mi puerta y decían: ¿puedes escribir que a mi personaje le toca la lotería? (risas) Pero nunca funcionó de esa manera. También ha pasado en los libros que he escrito. El primero de mis libros sobre China trataba sobre el arroz modificado genéticamente. No mucho después de escribir la historia, la industria farmacéutica y algunas compañías acababan de desarrollar el arroz modificado genéticamente. En otro de mis otros escribí sobre unos inmigrantes chinos que fueron encontrados muertos después de quedar atrapados en un choque sucedido en la frontera. No mucho después de esto, ocurrió un choque similar en Inglaterra y en Texas, donde también se encontraron inmigrantes chinos muertos. Estas cosas han pasado. Yo no se por qué, no se cómo… pero es un poco extraño, un poco horripilante.

¿Y no le da miedo que esto ocurra?
Nunca pienso en ello, si lo hiciese seguramente me asustaría (risas).

El secreto de las islas

Aquellos que sientan la necesidad de escapar de la urbe y dar rienda suelta a los placeres que ofrece la pequeña comunidad insular, que se den una vuelta por la ficción. A buen seguro que después querrán cruzar a nado la distancia que les separa del continente. Sí, las islas dan miedo: el clima, los agrestes paisajes, sus cerrados habitantes y, sobre todo, la imposibilidad de huir, provocan una claustrofóbica sensación que hace las delicias de los escritores de novela negra. En una isla, recuerda, estás acorralado.

Desde la isla del Moro de Diez Negritos, donde Agatha Christie iba liquidando uno a uno a sus personajes, hasta la relectura contemporánea por parte de autores nórdicos como Johan Theorin. Aquí, el entorno de la infancia se articula como un espacio infranqueable en el que, una vez dentro, es imposible salir. Así es la pequeña isla sueca de El Cuarteto de Öland, pero también pequeñas localidades como Fjällbacka (Camilla Lackberg) o Kiruna (Assa Larsson): espacios cargados de mitos y leyendas que se expanden hasta el crimen. Sin embargo, no solo la novela negra se ha encargado de poner la nota de terror a las islas. Sin ir más lejos, contamos con ejemplos tan desesperanzadores como el de Jurassic Park (Michael Crichton), La isla del Doctor Moreau (H.G. Wells) o El señor de las moscas (William Golding).

Va a ser que la isla es, como dice Peter May, el escenario perfecto para hundirte en la ficción sin tener la opción a escapar. Como los mismos personajes.

8.6.11

Un detective peluquero salta a la escena del crimen con Christian Schünemann

"Si buscas sangre, este libro no es para tí", así de claro se expresa el escritor alemán Christian Schünemann sobre la serie policíaca que protagoniza el peluquero Tomas Prinz
Christian Schünemann, escritor alemán, de la nueva hornada de escritores de detectives.foto:internet.fuente:adn.es

Schünemann no se identifica con la novela negra nórdica que presenta escabrosos casos que destapan otras realidades sociales, su pretensión es hacer novela detectivesca tradicional, y para el papel estrella ha escogido a un peluquero muniqués gay.

"Los peluqueros oyen y ven mucho, son muy observadores, les gusta analizar a la gente. Elegí ese personaje por eso, el que fuera gay fue un rasgo más", ha dicho a EFE el escritor.

"El primer caso del peluquero", "El hermano", y "La estudiante" son los tres títulos que publica la editorial Siruela con la acción en Munich, donde Schünemann trabajó un tiempo como redactor de una revista femenina.

"Es una ciudad donde hay mucha diversidad pero no deja de ser un pueblo grande, en el que todo el mundo se conoce", dice el autor, que convierte el salón de peluquería de Tomas Prinz en un punto de encuentro de la gente más variada.

"Prinz me permite pasear por escenarios que conozco muy bien con los ojos de alguien a quien todo eso le resulta ajeno y ante lo que se comporta de forma muy ingenua", explica el autor.

La sección de belleza de una revista femenina, el mundo del arte, la universidad son escenarios de los que Schünemann, de una manera u otra, ha formado parte antes de convertirlos en "lugares del crimen".

"Siempre estaré agradecido a dos personas. Una, a mi profesora de Filología Eslava que me aconsejó buscar algo fuera de la universidad y, otra, a la redactora jefe de Cosmopolitan que no prolongó mis prácticas en la revista. Ellos me empujaron a escribir", relata irónico el escritor.

En la actualidad, Schünemann compatibiliza su actividad literaria con su trabajo en televisión. El mundo de los culebrones ya aparece recreado en su última novela, "Daily Soap", que ha publicado recientemente en Alemania.

"Escribir para televisión y para novela son dos estilos completamente diferentes. Los culebrones me han hecho muy sensible a las frases hechas, a los lugares comunes que, en la novela, traduzco a mi propio lenguaje. Pero ambos trabajos me gustan y agradezco poder alternar la escritura en solitario de la novela, con la de equipo, de la tele", dice.

Pero si los mundos de Schünemann se cuelan en la vida de Prinz por las rendijas que abren los crímenes sin resolver, el mundo de la alta peluquería también ha despertado la curiosidad del escritor que dedica cada vez más páginas a describir las creaciones de Prinz.

"He pasado muchas horas en el salón del peluquero Ulrich Graf observando y charlando con él, su asesoramiento ha sido muy importante para la novela. Hasta me ofrecí en una ocasión a ayudar pero, en cuanto vió cómo le lavaba el pelo a un empleado, me invitó a seguir de observador", cuenta el escritor.

Schünemann reconoce que la novela negra está saturando el mercado, "en Alemania, la gente ya está un poco cansada", pero confía en que la mirada ingenua de su personaje "que juega a ser detective", traiga un poco de aire fresco al género.

7.6.11

Cuando Suecia perdió la inocencia: el auge de la novela negra

"Con el asesinato de Odolf Palme, Suecia perdió su virginidad" afirma Camilla Lackberg
El actor Kenneth Branagh interpreta a Kurt Wallander en una serie para la BBC.foto.fuente:qliteratura.com

En el thriller sueco, de lo que se trata es de canalizar las ansias de justicia social.El mal, leído en clave sueca, anida en el corazón de las pequeñas comunidades.

Dicen que los suecos son de salir poco de casa. Las extremas temperaturas invernales invitan a encerrarse entre las cuatro paredes de los cálidos hogares escandinavos. No es raro, por lo tanto, que las mayores alegrías ocurran frente a la calidez de una chimenea, en espacios íntimos y acogedores. Por esa regla de tres, ¿por qué los asesinos iban a seguir un patrón diferente? También se rumorea que los suecos son de leer mucho. De nuevo, el clima les obliga a quedarse en casa, preferiblemente con una novela negra entre las manos. Y de leer una historia policíaca a protagonizarla, solo hay un paso.

En este reportaje intentaremos dar respuesta a algunos de los interrogantes que circulan alrededor del oscuro imaginario sueco ¿Por qué en el país por excelencia del Estado del Bienestar se mata más y mejor? ¿Qué nexos de unión hay entre sus escritores? ¿De qué manera reflejan éstos la realidad social?

Tradición, núcleos rurales, religión, sexo y violencia cotidiana se ven las caras en el que ya es uno de los fenómenos literarios del siglo XXI.

Los inicios del fenómeno sueco

Es común que entre los libros de ficción más vendidos se cuele de manera reiterada algún autor sueco. Es más, lo normal es que sea un autor acompañado de una novela repleta de cadáveres, donde la sangre y las autopsias sean la tónica habitual. Y es que el crimen sueco está de moda en nuestro país, y lo que al principio era una tendencia ahora se ha convertido en un hecho indiscutible. Y si no que se lo digan a los millones de lectores del malogrado Stieg Larsson, a los fidelísimos de Henning Mankell o a los entusiastas de la nueva ola de escritoras suecas como Åssa Larsson o Camilla Lackberg.

Hubo un tiempo en que la novela negra no era conocida más allá de sus fronteras, pero ello no significa que no pasaran cosas interesantes. Los pioneros son, como todos, claros deudores del universo anglosajón. Sin embargo, y como en toda operación de relevo generacional, es necesario matar al padre para encontrar la propia personalidad. En este sentido, es interesante comprobar cómo el género policíaco escandinavo se reinventa, guardando la estructura primigenia de la investigación policial, pero haciendo profundas concesiones a su propia realidad social.

Cierto es que no fueron los primeros, pues nombres como Stieg Trenten, Sune Lundquist o Hans Krister Rönblom resuenan como pilares esenciales de la 'primitiva' novela negra. Pero si hay una pareja que marca una ruptura en el tiempo y logra crear escuela, esos son el matrimonio formado por Maj Sjöwall y Per Wahlöo, que publicarían con éxito una decena de libros entre 1965 y 1975, hasta la muerte de Wahlöo. El primero de ellos, Roseanna (1965) narra la investigación literaria del detective fetiche de la pareja, Martin Beck, enfrascado en la difícil tarea de encontrar al asesino de una muchacha que es encontrada muerta en un río.

A partir de ese momento, y en plena modernidad, los autores suecos beberán de manera directa de las bases introducidas por la pareja. La primera de ellas, un cuidado extremo hacia la psicología de los personajes, que evolucionan delante del lector en los sucesivos libros. La segunda, recogida por Pierre Grimaud en su monográfico sobre Henning Mankell, es el hecho inédito de tratar al criminal como la pobre víctima de una sociedad enferma: "La sociedad es el verdadero criminal. Es por culpa de ella que la gente mata, pero la sociedad nunca es condenada, no la arrestan y por tanto, no la pueden culpar". Es con Sjöwall y Wahlöo cuando se hacen evidentes las grandes carencias de la política, las autoridades y la policía sueca, incapaz de remediar un problema estructural.

Entre los escritores que recogieron el testigo de Sjöwall y Wahlöo destaca por encima de todos Henning Mankell, creador del detective Kurt Wallander, que aparecerá por primera vez en Asesinos sin rostro (1975), un personaje emocionalmente aislado, de higiene dudosa y vida familiar en continua crisis. Divorciado y enfrentado a su hija, la figura de Wallander resulta extremadamente común a los ojos del lector.

Poco a poco, y con el paso del tiempo, la política convive con reivindicaciones sociales de distinto calado, como son el fanatismo religioso, los abusos sexuales, la inmigración, los problemas de la vida rural, la inseguridad ciudadana, los malos tratos o el aborto. En definitiva, todo un decálogo de perversiones fuertemente arraigadas en el imaginario de escritores contemporáneos. Y es que, en las novelas, el crimen forma parte intrínseca de la vida cotidiana al asumir la literatura parte de las carencias sociales que impregnan la vida de los suecos.

Cómo entender el crimen cotidiano

Los padres del noir moderno, Raymond Chandler y Dashiel Hammett, crearon unos ambientes decadentes y urbanos donde emplazar a detectives como Sam Spade o Phillip Marlowe que servirían de escuela a muchos autores posteriores. El detective es, en estos casos, una suerte de antihéroe inmerso en un sistema corrupto donde las líneas divisorias entre el bien y del mal se diluyen, haciendo gala él mismo de una moral un tanto dudosa. Al tiempo, el deterioro ético de los personajes es evidente y la violencia, explícita, es ejercida casi siempre desde grupos organizados o mafias.

Este laberinto urbano, típicamente anglosajón y prácticamente cercano al infierno, da paso a una reinterpretación muy distinta: la de los encantadores parajes de la novela sueca y sus apacibles habitantes. No sería acertado, sin embargo, dejarse engañar por la amabilidad de sus gentes y la belleza de su naturaleza. Que el turista ocasional se ande con ojo, pues los suecos son igual o más perversos que nadie. Solo que el crimen se conduce por escenarios diferentes y recurre a fórmulas que les son propias.

En primer lugar, la novela negra sueca es claramente una novela de personajes. Éstos se enmarcan en historias bien fundamentadas donde el crimen es el núcleo central pero no siempre lo más relevante. Los investigadores suelen ser gente corriente y los policías o detectives, en el caso de serlo, nunca responden a un modelo especialmente heroico. Por tónica general, estamos ante gente con carencias y defectos que, al fin y al cabo, hacen lo que debe hacer todo buen ciudadano ante la idea de un crimen injusto. El escritor Lorenzo Silva lo explica de manera elocuente: "En Europa los protagonistas son funcionarios públicos, defensores del sistema a la vez que víctimas de él, impotentes ante la injusticia, incapaces de enfrentarse a un jefe imbécil porque saben que no pueden saltarse las normas". Gente sencilla de problemas comunes para los que, a la fuerza y con resignación, el cadáver se convierte en un hecho cotidiano.

Otro de los fuertes de la novela sueca es su acertado retrato de la pequeña comunidad rural. Con sus alegrías y, sobre todo, con sus miserias. Causalidad o no, lo cierto es que son muchos los escritores que regresan a su hogar de la infancia para cometer un crimen literario. Pese a lo perverso de la propuesta, autores como Camilla Lackberg, Assa Larsson o Johan Theorin han recurrido a escenarios conocidos para desarrollar historias que se acercan más a una pesadilla infantil que a un idílico reencuentro con parajes conocidos.

Theorin, Larsson y Lackberg: especialistas en crímenes cotidianos.

Theorin echa mano del imaginario infantil, repleto de leyendas locales y amenazas invisibles, para dibujar la ambivalencia de la pequeña comunidad cerrada, elemento reincidente en la novela sueca. De este modo, regresa a la isla de Öland en el llamado 'cuarteto de Öland' del que ya podemos leer en nuestro país La hora de las sombras y La tormenta de nieve. Algo parecido ocurre con la claustrofóbica Kiruna que retrata Assa Larsson en Aurora Boreal, Sangre derramada y la reciente La senda oscura. Su alter-ego, la abogada Rebecca Martinsson, tendrá que lidiar con un sentimiento intenso de amor-odio hacia el lugar donde creció. Y es que, de nuevo, se trata de una vuelta a la infancia y a los recuerdos encontrados que ello conlleva: "No tenía sentimiento de pertenencia a ese mundo tan materialista (el de la ciudad), así que comparto la sensación que tiene la protagonista al llegar a su hogar" afirma la autora, para luego describir, no sin ironía, el particular carácter de las gentes del pueblo: "introvertidos, de modales rudos y personas que beben mucho". En el caso de Larsson, el fanatismo religioso es el centro y motor de sus novelas, como ya lo fue para Mankell en Antes del hielo.

Sin embargo, puede que el caso más conocido para el público español sea el de Camilla Lackberg, que ha convertido la pequeña localidad costera de Fjällbacka en el epicentro del crimen contemporáneo gracias a La princesa de hielo. «En una ciudad (matar) es más fácil, pero en los pueblos la gente ha de mantener las apariencias para mantener su privacidad, algo que intento mostrar en mis libros», explica Läckberg. De nuevo, la vuelta al nido familiar por parte de Erica Berg tras la muerte prematura de sus padres, supone el desencadenante de una serie de crímenes que acabarán por desvelar la hipocresía y el dolor que subyace en las pequeñas comunidades.

Pese a que Suecia es uno de los países con más ateos por metro cuadrado de Europa, es imposible sustraerse a un cierto tono moralizante cuando se trata de su producción literaria. La dicotomía entre el bien y el mal se encuentra profundamente arraigada, y sus protagonistas son una especie de justicieros de la cotidianeidad. Puede que cínicos o inexpertos, pero con un virtuosismo moral y una responsabilidad social totalmente asimilada. Como ejemplo más explícito, no podemos dejar de recordar al periodista justiciero creado por Stieg Larsson para su trilogía Millenium, Mikael Blomkvist.

Henning Mankell se refirió a Suecia como "el mejor país del mundo para la gente corriente". Pero la gente corriente también es capaz de lo peor, por lo menos en la mente de los escritores. Y es que, se quiera o no, el mal, leído en clave sueca, no viene de lejos ni es un elemento extranjero. Al contrario: anida en el corazón de las pequeñas comunidades. El crimen aguarda en los cobertizos, en los sótanos, se manifiesta en los lagos y en los bosques. Es un mal que nace en un núcleo humano claustrofóbico y que se guarda tras las paredes de apacibles casitas de madera. El mal permanece oculto pero resulta totalmente familiar. «Quizás influya la falta de luz que vivimos en mi país. Sí que somos un poco depresivos, de hecho hay muchísimos escritores de novela negra en Suecia », comenta Camilla Lackberg.

Si, como dice el escocés Peter May, la novela negra "es una exploración del alma humana" no es menos cierto que el alma sueca debe tener alguna que otra particularidad.

Suecia pierde la inocencia: el caso Odolf Palme

El volumen final de la serie de Maj Sjöwall y Per Wahlöö, Los terroristas (1975), describe el asesinato ficticio del primer ministro sueco. Esta radiografía sin concesiones de la corrupción política no hubiese tenido mayor relevancia si no fuese por un hecho excepcional que marcaría para siempre la producción literaria en Suecia. Si cada nación cuenta con sus propios traumas, los suecos no iban a ser menos.

En 1986 el primer ministro Odolf Palme fue asesinado cuando se encontraba paseando con su mujer por las calles de Estocolmo, después de haber ido al cine. Aún hoy, se desconoce al autor (o autores) de este atentado. Si el imaginario popular de los Estados Unidos quedó marcado para siempre por la muerte en directo de John F. Kennedy, dando lugar a toda una serie de teorías conspiratorias que han modificado el imaginario popular y marcado la producción literaria y cinematográfica, algo parecido ocurrió con la Suecia de finales de los ochenta. Puede que la búsqueda incansable de la justicia de la que hablábamos antes tenga sus raíces en este profundo varapalo nacional.

Nada de parajes idílicos en esta escena de Millenium 2.

Odolf Palme significó la época dorada del periodo socialdemócrata: militó en contra de la guerra de Vietnam, de las armas nucleares y del apartheid en Sudáfrica, además de otras causas importantes. Sobre su figura reposa la imagen soñada del político idealista, pacifista y solidario. El sueño de perfección de una Suecia aún ingenua que se vio truncado de repente. "Nosotros mismos pecamos de que éramos superiores a los demás, que teníamos un sentido ético y moral superior al resto de los países. Tras lo de Palme vimos que no era así", señala Arne Dahl en un artículo publicado en Público. Camilla Lackberg reconoce igualmente el legado de este atentado: "Con este asesinato, Suecia perdió su virginidad. Nos sentíamos tan seguros que pensábamos que no nos ocurriría nada. Lo peor es que nunca se encontró al asesino". Años después, en 2003, la ministra de exteriores Anna Lindh fue igualmente asesinada en unos grandes almacenes. Un desconocido la acuchilló hasta la muerte. Definitivamente, nadie estaba a salvo en Suecia.

A partir de ese momento, la paranoia y la insatisfacción van a ser elementos de primer orden en la novela sueca. El caso más extremo quizás sea el de Stieg Larsson, que reinventa el género negro y lo aleja del realismo. Pese a unos comienzos de corte intimista en Los hombres que no amaban a las mujeres, donde el periodista Blomkvist busca el rastro de la desaparecida Harriet Vanger en la isla de Hedeb (asumiendo gran parte de las convenciones de las que hablábamos antes) la trilogía se convierte en una especie de serial in crescendo donde la conspiración y el complot a nivel internacional van a ser los grandes ejes del relato. Thriller puro y duro, con unos aires de modernidad que pasan por las comunicación global y los milagros de Internet. Pese a todo, como uno de los capítulos más vergonzosos de la historia reciente sueca, Odolf Palme sigue presente.

Para el escritor Lorenzo Silva, Larsson entroncaría claramente con esa tradición posterior al trauma 'Odolf Palme' afirmando que el autor evidencia "una forma de escribir que contiene discurso social y moral en una época de descreídos y de cínicos», ya que Larsson y sus coetáneos "recogen unas sensibilidades sociales, la corrupción política y económica, la violencia contra las mujeres, toda una serie de cosas que demuestran que el paraíso no lo es tanto". Si el Estado del Bienestar ya basculaba hacia una crisis segura antes del asesinato de Palme, a partir de ahora la caída en picado va a ser más rápida que nunca.

El thriller contra las miserias del Estado del Bienestar

Como ya hemos comentado con anterioridad, es imposible desligar el delito de la realidad social, y ello da como resultado que, junto a los dramas rurales, haya surgido en Suecia una corriente del género cercana al thriller norteamericano y emplazada principalmente en Estocolmo. Hablamos del archiconocido caso de Stieg Larsson, pero también de Leif GW Persson o Jean Lapidus. Si hay una manera de conocer de qué pie cojea una sociedad concreta, esa es atendiendo a sus crímenes. En el thriller sueco, de lo que se trata es de poder canalizar las ansias de justicia social, al tiempo que se transmite una cierta ideología política cercana a la idealización de la socialdemocracia.

Tres generaciones de detectives: Martin Beck, Kurt Wallander y Mikael Blomkvist.

"Nuestras novelas eran más políticas que policiales", afirma la propia Maj Sjöwall. "En los 70 había en Suecia grupos comunistas, maoístas, trotskistas, leninistas y de todo tipo de tendencias de extrema izquierda. Era una forma de rechazar una socialdemocracia que se había vuelto conservadora y que había renunciado a sus principios. (…) era la época de la guerra de Vietnam. La sociedad sueca era extremadamente conservadora y egoísta a pesar de su apariencia". La idea del envidiado Estado del Bienestar se rompe de lleno con para dar paso a una denuncia activa de las autoridades militares, religiosas, jurídicas y policiales.

Si nos fijamos en los detectives Martin Beck, Kurt Wallander o Mikael Bolmkvist coincidiremos en el hecho de que los tres carecen de ideas políticas explícitas, pero comparten esa desazón crítica tan característica de quien sabe que el sistema se encuentra podrido hasta el fondo. Parece que, pese a ser un ejemplo para el resto de Europa, el trauma sueco tiene unas raíces mucho más profundas de lo que en un principio se presupone. "Fueron invadidos por Alemania en la Segunda Guerra Mundial – explica Lorenzo Silva – y fueron colaboracionistas. El que se declaró neutral lo fue a dos barajas, colaborando. Y eso crea un sentimiento de culpa mal resuelto». Sin ir más lejos, el detective Wallander se enfrentará al pasado pseudo nazi de su país en El profesor de baile, mientras que Blomkvist hará lo propio en Los hombres que no amaban a las mujeres. De igual modo, el colaboracionismo sueco con el KGB y las mafias rusas es el motor principal de las conspiraciones en La reina en el palacio de las corrientes de agua.

El caso de Jean Lapidus es diferente, pues hablamos de novelas donde la impronta anglosajona es evidente. Sin embargo, la crítica a las estructuras de poder en Dinero fácil sigue estando presente. Evidentemente influenciado por el pulp estadounidense (de Quentin Tarantino a Guy Richie, en sus formas más recientes), este abogado penalista ha sido la última revelación literaria en su país, acercándonos al relato cínico y sin concesiones de los bajos fondos de Estocolmo (sí, parece que existen). Traficantes de drogas, matones y vividores… y no, no hablamos de las calles de Boston de Dennis Lehane (Mystic River) ni de la conflictiva Baltimore de David Simon (Homicidio). Seguimos en la apacible Suecia.

La vertiente intimista, centrada en el crimen cotidiano, parece chocar de frente con los modos y maneras de unos escritores más cercanos al thriller. Sin embargo, en la base subyace la moral antes que la militancia y, sobre todo, la reflexión sobre la naturaleza misma del mal. Y es que el crimen puede sobrevenir en cualquier momento sin que podamos hacer nada al respecto. Nos creemos seguros, pero cualquiera puede matar… de la misma manera que cualquiera puede ser asesinado.

Ellas matan mejor

Lo cierto es que siempre ha habido prolijas maestras del género negro, sobre todo en el mundo anglosajón, empezando por esa gran dama que fue Agatha Christie y siguiendo con Patricia Highsmith, P.D. James, Ruth Rendell y más recientemente Sue Grafton, Fred Vargas o Donna Leon. En el caso de las suecas, la irrupción no se ha hecho esperar y ellas acaparan casi todas las listas de los best-sellers. Hablamos de Camilla Lackberg o Assa Larsson, reinas indiscutibles del crimen cotidiano. Pero ¿realmente son 'diferentes' las novelas de intriga escritas por mujeres que las escritas por hombres? ¿En qué se diferencian? Dejemos que sean ellas quienes lo expliquen.

Lackberg lo tiene claro: "Los hombres escriben sobre lo que ellos quisieran ser, por eso son héroes solitarios, duros, valientes… Mientras que las escritoras escribimos sobre quiénes somos y sobre nuestra vida cotidiana, teniendo una sensibilidad especial para describir los detalles", aclara. Sobre el aluvión de mujeres escandinavas al género, Sjowall explica que esta llegada masiva de escritoras se debe a una cuestión puramente comercial porque "de repente se han dado cuenta de que pueden ganar mucho dinero, sobre todo en Alemania". La vida cotidiana ha ganado un peso notable en la novela negra sueca, eso es cierto. Problemas familiares, de pareja o temas sociales como el aborto se entremezclan con los asesinatos. Pero esto no es un fenómeno exclusivamente femenino, pues autores como Johan Theorin han incluido esta misma fórmula.

No solamente hay más escritoras suecas, sino mujeres protagonistas. "El protagonista masculino en las novelas negras siempre ha podido ser malo e inspirar miedo, sin que esto se tenga que justificar, y en el caso de la mujer, en cambio, no pasa lo mismo", indicó Assa Larssón, matizando que "esto está cambiando", porque cada vez hay más libertad a la hora de escribir y poder hablar de una mujer violenta, o que inspire amor o admiración al mismo tiempo. No olvidemos a la amazona moderna por excelencia, la archiconocida Lisbeth Salander. Creada, esta vez, por la imaginación (masculina) de Stieg Larsson.

"La novela negra sueca" de Martínez Lainez

4.6.11

Las mafias, la corrupción y los ciberdelitos protagonizarán la cuarta edición de "getafe negro"

El certamen contará con cuatro premios: José Luis Sampedro, que desde la pasada edición se otorga a autores con una singular trayectoria que aúna calidad literaria y aliento humanista; el de Novela Negra Ciudad de Getafe; el de Microrrelatos de la Escuela de Escritores, y la Gymkhana Caso Getafe
Getafe negro. novela negra y criminal.foto:archivo.fuente:lainformacion.com

El Ayuntamiento de Getafe presentó este viernes la cuarta edición de "Getafe Negro, Festival de Novela Policíaca de Madrid", un evento que se celebrará entre los próximos 14 y 23 de octubre, que contará con Italia como país invitado y en el que serán protagonistas las mafias, la corrupción y los ciberdelitos.
Según informa el Consistorio, el certamen contará con cuatro premios: "José Luis Sampedro", que desde la pasada edición se otorga a autores con una singular trayectoria que aúna calidad literaria y aliento humanista; el de Novela Negra "Ciudad de Getafe"; el de "Microrrelatos" de la Escuela de Escritores, y la "Gymkhana Caso Getafe".
Al festival acudirán, entre otros muchos, escritores en lengua italiana como Francesco Forgione, Maurizio de Giovanni y el suizo Andrea Fazioli, y autores españoles como José María Guelbenzu, Juan Bolea o Rafael Reig.
El certamen cuenta este año con el patrocinio del Ministerio de Cultura, la Comunidad de Madrid y El Corte Inglés, y la colaboración de la Universidad Carlos III, el Instituto Cervantes, el Instituto Italiano de Cultura, Nintendo y la Escuela de Escritores, junto a alrededor de 45 editoriales.

3.6.11

Convocado el Premio L'H Confidencial 2012, premio internacional de novela negra

Una nueva edición del certamen de novela negra L'H Confidencial ya
está en marcha. Se podrán presentar textos originales hasta el 30 de
septiembre
Logosímbolo del Premio L'H Confidencial 2012.foto.fuente:bobila.blogspot.com

El Ayuntamiento de L'Hospitalet y Roca Editorial acaban de hacer públicas las bases que regirán el Premio L'H Confidencial 2012, premio internacional de novela negra, que llega a su sexta edición.
Según estas bases, pueden presentarse al Premio L'H Confidencial escritores y escritoras de cualquier nacionalidad, procedencia o lugar de residencia, con novelas de género negro escritas en lengua catalana o española, originales e inéditas, que no tengan comprometidos los derechos ni hayan recibido anteriormente otros premios.
El plazo de admisión de originales finaliza el 30 de septiembre de 2011.
El jurado estará presidido por el regidor de Cultura y lo integrarán un representante de Roca Editorial, la jefa de Biblioteques de L'Hospitalet, el director de la Biblioteca la Bòbila y dos lectores apasionados por la novela negra, seleccionados por la Biblioteca la Bòbila.
El premio —que toma el nombre del fanzine del Club de Lectura de Novel·la Negra que edita la Biblioteca la Bòbila—Consiste en un importe de 12.000 euros, que se entregarà al autor en concepto de remuneración por la cesión y explotación de los derechos mundiales de la obra por parte de Roca Editorial, y será publicada en la colección Roca Criminal.
El jurado emitirá su veredicto durante el mes de enero de 2012, momento en que se hará publico el ganador o ganadora.
La obra publicada se presentará el 24 de marzo de 2012, en un acto público que se celebrará en la Biblioteca la Bòbila, y contará con la presencia del autor.
Hasta ahora, las novelas ganadoras del Premio L'H Confidencial han sido: Las niñas perdidas, de Cristina Fallarás (2011); Caminos cruzados, de Erlantz Gamboa (2010); El baile ha terminado, de Julián Ibáñez (2009); Retrato de familia con muerta, del argentino Raúl Argemí (2008); y Ley garrote, del mexicano Joaquín Guerrero Casasola. Esta última novela ha sido publicada en Alemania e Italia, y próximamente lo será en el Reino Unido.
El Ayuntamiento de L'Hospitalet ha apostado decididamente por la literatura de género, con la creación de la Biblioteca la Bòbila, pionera en España en la formación y mantenimiento de un fondo especial dedicado al género negro y policiaco. Desde su inauguración en marzo de 1999, esta biblioteca se dedica a la difusión y promoción del género negro.