23.3.13

¿Es Sherlock Holmes de dominio público? Los herederos de Conan Doyle, a litigio

¿Es Sherlock Holmes un personaje que ha pasado ya al dominio público? 

Sherlock Holmes, personificado por el actor inglés, Jeremy Brett, cerca de dos decadas en Inglaterra./papelenblanco.com
Debido al tiempo que ha pasado desde su creación y por lo que dicen las leyes, habría que pensar que sí. Aunque existe un libro (’The Case-Book of Sherlock Holmes‘, publicado en 1927) que contiene algunas historias que están aún cubiertas por derechos de autor, los personajes y la mayoría de las obras escritas son de dominio público. Sin embargo, los representantes legales de los herederos de Sir Arthur Conan Doyle estarían utilizando el argumento de que el libro citado sigue bajo las leyes del copyright para sostener que el personaje está fuera del dominio público hasta (al menos) 2023.
El conflicto ha llegado cuando Leslie S. Klinger, reconocido antólogo, estaba trabajando junto a Laurie R. King en un libro titulado In the Company of Sherlock Holmes, en el que diversos autores se inspiraban en los relatos del detective para crear nuevas historias. El Conan Doyle Estate se puso en contacto con los editores del volumen, Pegasus Books, exigiendo una cuota de licencia, y diciendo que si no se les pagaba, se asegurarían de que las grandes distribuidoras (Amazon, Barnes & Noble y similares) no vendieran el libro.
La editora Pegasus se asustó y decidió no publicar el volumen. Ahora, el propio Leslie Klinger es el que se ha personado en esta causa y ha abierto una acción civil delante de la Corte de Illinois contra los herederos de Conan Doyle para resolver si los personajes siguen bajo el copyright o son ya de dominio público.
“Es cierto (dice Klinger) que algunas de las historias de Sherlock Holmes están aún protegidas por las leyes de copyright de los Estados Unidos. De todas formas, la gran mayoría de las historias que Conan Doyle ya han dejado de estarlo. Los personajes de Holmes, Watson y otros están ya plenamente establecidos en esas 50 historias que ya son de dominio público. Bajo la ley estadounidense, eso debería significar que cualquiera es libre de crear nuevas historias sobre Sherlock Holmes y el doctor Watson.”
Las diez historias que quedan aún bajo el amparo del copyright estadounidense pasarán al dominio público en 2022, exactamente 95 años después de su publicación.
Klinger ha abierto la web Free Sherlock! para dar a conocer su lucha en los tribunales. También está abierto a donaciones que le lleven a sufragar los costos de este proceso judicial. Si quieres echarle una mano, aquí puedes leer cómo hacerlo.
El caso supone un nuevo punto en el debate general de los derechos de autor de los libros y personajes que van pasando a disposición pública y si debería o no ampliarse ese margen de 95 años de disfrute de los derechos por parte de los herederos.

22.3.13

"Die Kriminalität in Barcelona"

Rosa Ribas y Sabine Hofmann firman un noir a cuatro manos y dos idiomas, y el resultado es Don de lenguas

Rosa Ribas y Sabine Hofmann,  autoras de Don de lenguas./elmundo.es
Una novela de dos cabezas, con dos protagonistas, una periodista decidida a contar la verdad cueste lo que cueste y un inspector de policía que sólo quiere hacer su trabajo, sin preguntarse si está bien o mal ser la clase de policía que es. La última novela de Rosa Ribas, 'Don de lenguas' (Siruela), es un 'noir' clásico pero desdoblado, y no sólo por sus protagonistas, sino también por sus autoras, porque Ribas no es la única que lo firma. También lo hace la alemana Sabine Hofmann, a quien conoció en la Universidad de Frankfurt, cuando ambas no eran más que estudiantes.
¿Por qué escribir una novela a cuatro manos? En realidad no es una novela a cuatro manos, es una novela a tres manos, porque yo escribo a lápiz", contesta Ribas. A continuación, explica que no es la primera vez que Sabine y ella escriben algo juntas ("escribimos una especie de cuento largo, de 70 páginas, como regalo para una amiga", cuenta), y que después de aquella primera experiencia, las dos habían querido hacer algo más. Y ese algo más ha resultado ser una novela histórico criminal ambientada en la Barcelona del año 1952, la que acogió la celebración del Congreso Eucarístico, que, en palabras de la propia Ribas, "acabó con todas las ilusiones de aquellos que creían que la dictadura no duraría, porque supuso el reconocimiento internacional del franquismo y todos supieron que aquello iba para largo".
La reconstrucción de la Barcelona de entonces, una época en la que ni Rosa ni Sabine existían aún, la autora la ha hecho "documentándome muchísimo pero también hablando con mis padres, que sí vivieron todo eso y que me daban los olores y la vida que necesitaba para que los personajes no se limitaran a estar ahí sino que vivieran realmente en esa época, que estuviesen plenamente inmersos en lo que significaba tratar de investigar un asesinato entonces", explica Ribas. El asesinato en cuestión es el de Mariona Sobrerroca, una conocida viuda de la burguesía barcelonesa, a la que el lector conoce "por lo que de ella dicen aquéllos que tratan de encontrar a su asesino", según Ribas.

Neolengua franquista

¿Y quiénes son? La citada periodista, Ana Martí, que apenas está empezando en la sección de Sucesos de un periódico barcelonés, y el inspector Isidro Castro de la Brigada de Investigación Criminal, a quien la periodista resulta francamente molesta, y aceptará de mala gana que cubra la investigación. "El lenguaje es muy importante en esta novela, porque también lo era en esos años. Las palabras habían cambiado de significado, algunas incluso habían desaparecido. Es decir, la lengua se utilizaba para decir cosas pero también para callarlas. Y en ese contexto, Ana tendrá que decir mucho sin que se note lo que está diciendo", explica la escritora, que lleva 22 años viviendo en Alemania.
Rosa se encargó de la versión española de la historia y Sabine de la alemana, de manera que cuando la novela estuvo acabada, tenían dos versiones, la española y la alemana. "Nos repartimos los capítulos. Era complicado ponernos de acuerdo. Entre otras cosas porque Sabine necesitaba un esquema definitivo, mientras que yo prefería improvisar. Cada una tiene la mentalidad del país del que procede. Y está claro que ella es más alemana que yo", bromea Ribas. Además de otra lengua, Sabine Hofmann ha aportado a la historia el contrapunto de aquel que la ve desde fuera.
"Comparando la posguerra que vivió Alemania con la que vivió España está claro que la nuestra fue mucho más dura, más oscura y más larga. Ella hizo de contrapunto, permitiéndome descubrir cuáles eran los aspectos más destacados de nuestra posguerra", explica la escritora, que cuando ideó la historia (junto a Hofmann) no se había planteado una posible segunda entrega, porque era, dice, "una historia cerrada", pero ahora, la buena acogida de la novela, que en dos semanas ya ha alcanzado la segunda edición, las ha llevado a esbozar el argumento de un segundo asalto del que prefiere no hablar

18.3.13

Enigmas de una voz

En La danza de la gaviota, el comisario Montalbano, personaje de varias novelas del italiano Andrea Camilleri, arriesga su vida para salvar a su ayudante

Andrea Camilleri, autor de La danza de la gaviota, con el comisario Montalbano./adncultura.com

La danza de la gaviota, publicado en Italia en 2009 y ahora traducido al español, constituye un nuevo caso para Montalbano, el comisario de policía creado en 1981 por Andrea Camilleri (Porto Empedocle, Sicilia, 1925) y que ya cuenta con una extensa historia.
En Vigata, la ciudad siciliana detrás de cuyo nombre ficticio se esconde la auténtica Porto Empedocle, a pocos kilómetros de Agrigento, una serie de episodios aparentemente inconexos (un tráfico sospechoso en el puerto, la desaparición de un bailarín y el atentado contra Fazio, el oficial ayudante de Montalbano) termina por revelar una red intrincada de crímenes y de pasiones. Sólo en el último capítulo se resuelve la trama. Inútil resumirla aún. Más interesante es entender la lógica de las obras de Camilleri en su conjunto.
Montalbano es el protagonista de una saga policial, que obedece a una precisa visión no sólo del crimen sino también del mundo por parte de Andrea Camilleri. Lo primero que uno nota leyendo sus libros es ese gusto por la indagación policial a la antigua, en la que un comisario-detective desanuda los hilos de la trama, urdida según una relación causa-efecto. La resolución final del crimen actúa en los lectores como una especie de "efecto placebo", en la medida en que, gracias a la incorruptibilidad del comisario, se repone finalmente un orden. Así, el itinerario del policial estadounidense de los últimos años, en que la perversión anida en cada esquina o en que la inmoralidad atañe a la policía misma, o en que no existe justicia alguna, no parece haber hecho mella en el mundo de Camilleri.
Montalbano no sólo es un hombre adulto de buenos sentimientos, sino que además antepone a su propia vida emotiva el deber policial. En este volumen, por ejemplo, el atentado contra su subalterno, el joven y eficientísimo Fazio, lo conmueve, y no es casual que arriesgue su propia vida para salvarlo. Lo masculino y lo femenino conviven astutamente en el personaje.
El gusto por la manera clásica del policial de enigma, desde Poirot hasta Maigret, se refleja también en la construcción del relato: todos los libros de Camilleri contienen dieciocho capítulos, una única trama sin digresiones, personajes delineados psicológicamente antes que físicamente, un itinerario que va de la ruptura del orden a su restablecimiento. En una entrevista concedida hace unos años, Camilleri confesó que extrajo del cine la idea de la división por secuencias, y del teatro, el gusto por el diálogo vivaz, auténtico. Otro elemento que muchos lectores hallan confortante es la ausencia de tecnología. En la comisaría de Vigata el instrumento de comunicación es el teléfono, se consultan todavía a mano las guías teléfonicas y las fojas penales amarillentas con fotografía. La estrategia de la indagación consiste en el coloquio que el comisario mantiene con los indagados o con los testigos, que, muchas veces, en función de la manipulación psicológica del entrevistador, terminan mayeúticamente por confesar. Ni siquiera la mafia real, con todas sus ramificaciones internacionales, interviene en la lógica de sus libros. En Vigata, micromundo siciliano, la comisaría es parte de una gran familia, en la que tarde o temprano todos son parientes. Es esta vocación provinciana de Camilleri -¿no fue acaso el punto fuerte de Simenon?- la que se impone y la que asegura el éxito planetario de su ciclo.
Una característica singular distingue, sin embargo, su obra de otros modelos europeos: la búsqueda obsesiva de una propia voz. Como se sabe, Camilleri ha escrito sus libros en un mezcla de italiano con dialecto agrigentino. El pastiche, que no obstaculizó la circulación de sus libros, tendría una doble explicación. Por un lado, una adhesión a la realidad italiana, que funde italiano y dialecto. Por el otro, la expresión de una dimensión íntima del sujeto. Aunque el italiano es la lengua institucionalizada, el dialecto derriba esa frontera para afirmar cierta pertenencia e identidad. Ahora bien, el dialecto siciliano de Camilleri tiene además un componente cómico, que francamente se pierde en la traducción, porque, cualesquiera hayan sido las soluciones adoptadas hasta ahora, han dado por resultado una achatamiento del "fenómeno expresivo de la cultura italiana", como Pasolini llamó a ese residuo lingüístico esencial de una historia milenaria. El efecto cómico no lo produce el dialecto en sí, sino esa parte interior del sujeto, sin mediaciones ni veladuras, que el dialecto proyecta. Y no es casual que la voz externa del narrador asuma para sí la lengua contaminada, renunciando al modelo lingüístico manzoniano, esto es, el purismo toscanizante, como modo de poner en claro que toda identidad, como la siciliana, es el fruto de una larga conmixstión. Quizá por eso, también, en La danza de la gaviota , la narración gira en torno al amor por un transexual.



La danza de la gaviota
Andrea Camilleri
Salamandra
Trad.: Teresa Clavel-Lledó
224 páginas

16.3.13

Y la novela negra tumbó a Grey

Gillian Flynn protagoniza un fenómeno editorial con una mezcla de intriga y drama de costumbres Perdida es el tercer libro electrónico más vendido de la historia

Gillian Flynn, en su casa de Chicago. /Anne Ryan./elpais.com
"Todavía estoy intentando acostumbrarme. Me gustaba mucho el libro, pero nunca se sabe. No creía que fuese tan superior a los dos anteriores como para decir: ‘oh, dios, esto me hace millonaria’. Es genial. Salvaje". Así resume Gillian Flynn (Kansas City, 1971) su historia de amor con el éxito literario, durante una conversación telefónica desde su casa de Chicago.
 Flynn habla con esa franqueza y jovialidad tan propias del centro de EE UU, encanto y orígenes que comparte con Nick, el protagonista de Gone Girl, la obra que le ha granjeado el elogio unánime de la crítica y de sus compañeros de profesión. La novela, que en España se titulará Perdida (y publicará Mondadori la semana que viene), ha vendido dos millones de ejemplares en EE UU desde su publicación en junio y hasta finales de 2012. Y lo que es más importante: ya es el tercer libro electrónico más despachado de todos los tiempos. En diciembre, tras ocho semanas en la lista de los más vendidos de The New York Times, desbancó a Tom Clancy, Michael Connelly o la todopoderosa E. L. James (y sus sombras de Grey) para alcanzar el primer puesto. El éxito se ha extendido a Reino Unido y Portugal, los dos países europeos donde ya se ha publicado y donde también ha arrasado.
Perdida es la historia de Amy y Nick, un matrimonio de dos jóvenes y atractivos profesionales del periodismo que ven cómo su vida cambia con la pérdida de su trabajo, su traslado de Nueva York a Misuri y la desaparición de Amy el día del quinto aniversario de boda. A partir de ahí se desarrolla un thriller apasionante, mezcla magistral de géneros y puntos de vista que consigue combinar lo mejor de lo más turbulento de Patricia Highsmith y un retrato de la clase media que recuerda a John Updike.
Y esa es la novedad: la mezcla de estilos: ¿Dónde está la clave del éxito? “Perdida es una historia de amor, muy particular, truculenta, pero una historia de amor al fin y al cabo. Amy y Nick se usan y se odian, se necesitan pero no se pueden ver y se vuelven adictos a esa dinámica en la que cada uno utiliza todo lo que sabe del otro para hacerle la vida más complicada. “El enemigo en casa”, responde la autora. “Creo que la razón por la que el libro ha funcionado tan bien es porque todo el mundo se siente de una u otra manera un poco identificado. Por eso trabajé especialmente duro para dotarles de sentido del humor y de un punto de vista particular. Para hacerles sentir como gente real y pegarles tanto a la realidad como fuera posible, de manera que pudiesen ser alguien que conoces”.
El escritor argentino Rodrigo Fresán, que dirige la colección Roja y Negra de Mondadori dentro de la que se publica esta historia, da algunas claves: “La novela negra, y esta lo es, es novela social y realista y eso funciona muy bien en tiempos de crisis. Flynn, como ya hicieron otros clásicos del género como James M. Cain o David Goodis, indaga en cómo se criminaliza a gente común y aparentemente honesta. Un atractivo que comparte, por ejemplo, con la serie televisiva Breaking Bad”.
Como ya ocurrió con sus dos anteriores obras, Dark Places y Sharp Objects, no publicadas en España, los personajes femeninos de Flynn están alejados de cualquier tópico, son crueles, violentos si es necesario y atractivos cuando es útil serlo. No podía ser menos siendo hijos de una escritora que a los siete años ya había visto Bonnie and Clyde o Alien y que comentaba con su padre, profesor universitario, las claves de las películas de terror que veían: “Era una niña a la que le gustaba ser asustada. Vivía en un contexto muy tranquilo, en una familia feliz, y creo que de ahí nace mi fascinación por el lado oscuro”.
Feminista por la vía de los hechos, explica por qué no le gustan los personajes femeninos que sólo son víctimas. “Hay muchas mujeres que luchan tanto como los hombres por ser buenas, pero que no pueden. Hacen el mal y son violentas. Yo quería hablar sobre ello. Todavía existe un contexto dominado por estereotipos y culturalmente seguimos pensando que las mujeres no hacen esa clase de cosas, que son más amables y mucho menos proclives a la violencia. La realidad no es así”.
El humor negro, pero humor, es otra de las claves del éxito de esta escritora que ha sido descrita como la hija bastarda de Jerry Seinfeld y Patricia Highsmith. “En este caso era necesario porque Nick y Amy hacen tantas cosas desagradables, horribles e imperdonables que la mejor manera de que eso pase es el humor. Sin humor un thriller no funciona igual”.
Periodista, crítica de prestigio de Entertainment Weekly antes de ser despedida víctima de la crisis e iniciar su carrera de escritora, Flynn añora su antigua profesión, el trabajo con más gente, la vida ajetreada, pero no volvería al periodismo. Es lo que tiene el éxito.

12.3.13

Bienvenidos al infierno

Las posesiones del doctor Forrest rinde homenaje a Frankenstein, el personaje creado por Mary Shelley; a El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, de R. L. Stevenson; a Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado, de James Hogg; e incluso a El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde

Ilustración de la época de la novela de R.L Stevenson/elpais.com
 
“A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba”. Estas palabras de Dante (Infierno, La divina comedia) definen perfectamente la novela Las posesiones del doctor Forrest y también el impulso, nacido de su propia experiencia, que motivó a Richard T. Kelly a escribirla.

Tres médicos, Grey Lochran (cirujano pediátrico), Steven Hartford (psiquiatra) y Robert Forrest (cirujano plástico), que estudiaron juntos desde pequeños y que juntos siguieron en la universidad, se encuentran en la mitad de su vida. Uno de ellos, Forrest, desaparece misteriosamente. Guapo, atractivo, inteligente, su mujer, Malena, le había abandonado hacía poco por un hombre más joven. La policía no encuentra ni una pista sobre su paradero. Le habían visto por última vez junto a una espectacular mujer. Crece la preocupación de sus amigos y empiezan a suceder cosas inexplicables.

“Como el personaje de Dante, al llegar a la edad madura sufrí una crisis. Pensaba incoherentemente, tenía miedo a la muerte, ansiedad, sentimientos de pérdida. De ahí nació la primera idea para la novela. La segunda fue una obsesión por el cuerpo y la cirugía. Encontré en el género gótico, la coherencia y la arquitectura en las que podía armonizar mis sentimientos con la idea que quería contar” cuenta el autor a este blog.
Las posesiones del doctor Forrest (Alba, traducción de Miguel Ángel Pérez Pérez) rinde homenaje a Frankenstein, el personaje creado por Mary Shelley; a El extraño caso del doctor Jekyll y mister Hyde, de R. L. Stevenson; a Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado, de James Hogg; e incluso a El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde.
Richard T. Kelly en el Festival de Edinburgo“Me interesa el gótico escocés de Stevenson, en especial cómo mezcla las cosas reales con las fuerzas sobrenaturales. Quienes solo han visto la película del doctor Jekyll no captan todos los matices de cómo utilizó la química, de cómo un amigo mira desde fuera y se pregunta qué está pasando”.
Cómo en Memorias privadas y confesiones de un pecador justificado, Kelly parte de la cotidianidad, de los hechos más objetivos, para iniciar después un viaje al infierno. “Es muy importante crear primero una base realista y sentimientos profundos antes de desestabilizarlo todo,  cuando uno se pregunta ¿quién soy? ¿de dónde vengo? ¿quién es el responsable de lo que me está pasando?”. “En Los hermanos Karamazov, de Dostoievski, el hijo sacerdote asegura que Dios existe y el filósofo lo niega. Yo no creo en la existencia de Dios pero sí en la del diablo”.
Robert Forrest se compra un enorme espejo y lo coloca en el vestidor. En determinado momento, lo atraviesa, pero no como Alicia, hacia un mundo de fantasía e imaginación, sino hacia la zona más sombría. “No he pensado tanto en Alicia como en la película Orfeo, de Jean Cocteau. El espejo es un símbolo. Para el cineasta, es el pasaje al infierno. También representa la vanidad”.
Sanidad pública y privada, racionalismo y fe
Forrest y Hartford han dejado la sanidad pública y se han pasado a la privada, en cambio Lochran continúa en la pública. “No es gratuito. Forrest ha malgasto su verdadero talento y Hartford sufrió mucho en la pública y como su colega se ha ido a la privada para ganar más dinero, pero le preocupa mucho cómo van las cosas. Él también ha vendido su alma al diablo. Lochran es el más equilibrado”.
Tras la desaparición de Forrest, Hartford y Lochran escriben sendos diarios en los que reconstruyen la vida de su colega y muestran sus preocupaciones por un futuro incierto. “Hartford se niega a creer en lo sobrenatural. Lochran es racionalista, como muchos cirujanos cree que solo existe la materia, pero tiene extrañas pesadillas en las que se le presenta un amigo muerto, un fantasma al que no ha convocado”.
Tessa, la mujer de Hartford; Livy, la de Lochran; Malena, la de Forrest; Eloisa, paciente de Hartford; la signora nera… hay muchas mujeres en la novela, pero tienen un papel secundario. “Vemos el drama principal a través de los ojos de los hombres, pero las mujeres que han elegido estar con ellos también son importantes. Forrest llega a creer que la signora nera es el mismísimo diablo. He intentado que fueran patentes las limitaciones de la percepción masculina de la feminidad e incluso he hecho que Forrest se transmute en una mujer”.
La novela, además de los diarios de Lochran y Hartford, incluye notas de la policía, relatos de Eloisa y Malena, la angustiosa confesión final de Forrest y… la correspondencia de Livy. ¡Quién iba a decir que aún se escribieran cartas tan largas! “¿Verdad? Yo aún me siento un chico del XIX, pero ya voy entendiendo de redes sociales a través de las que me comunico con los lectores más jóvenes. Me preguntan por qué hablo de gente de mediana edad y de sus eternos problemas y sobre todo se sorprenden por las cartas. Pero, mis padres, por ejemplo, que tienen 70 años, se negaron durante mucho tiempo a tener ordenador, pero ahora están encantados. Sus correos son auténticas cartas y yo las escribo cada vez más a menudo”.

Richard T. Kelly (Newcastle-upon-Tyne, Inglaterra, 1970) ha escrito dos libros de entrevistas con cineastas (Alan Clarke y El título de este libro es Dogma 95), una biografía de Sean Penn. Es guionista de televisión y colabora en la revista Esquire Las posesiones del doctor Forrest es su segunda novela, en la que, de la cotidianidad al horror y mucho suspense, nos sumerge en un inquietante mundo de sombras. 

Las posesiones del doctor Forrest

Richard T. Kelly
Alba
Traducción de Miguel Ángel Pérez Pérez
406 páginas.

1.3.13

Trelles Paz asegura que la realidad obligó a reinventar la novela negra en Latinoamérica

La realidad latinoamericana, conformada durante décadas por gobiernos dictatoriales, respaldados por fuerzas de seguridad represivas, obligó a reinventar las reglas de la novela negra en esta región, donde las fuerzas del orden eran los villanos, según el escritor peruano Diego Trelles Paz

Trelles Paz asegura que la realidad obligó a reinventar la novela negra en Latinoamérica./lainformacion.com
"Ya en el 73, Carlos Monsiváis, escritor mexicano,  decía que la novela policíaca no era posible en América Latina, que si el culpable tiene dinero no va preso, punto", explicó Trelles en una entrevista con motivo de la presentación en Bolivia de su libro El círculo de los escritores asesinos.
De esta idea partió el autor para escribir uno de sus próximos libros, un ensayo sobre la novela policíaca "atípica" en Latinoamérica que se publicará en esta región y en España el año que viene.
Según este autor, doctor en literatura hispanoamericana, dentro de América Latina "el modelo policíaco es conflictivo", por lo que los escritores reformularon los postulados del género.
"En una típica novela policial que sigue la fórmula vamos a encontrar que se resuelve el enigma y el criminal o asesino va a ser encontrado culpable y pagar por ello. ¿Cómo adaptar eso en nuestras realidades latinoamericanas donde probablemente eso no ocurra si es que el culpable es alguien con dinero, con poder?", consideró.
Trelles Paz aludió a la extensa "tradición dictatorial" de la región, a épocas no tan lejanas en que el pueblo no identificaba a las fuerzas de la ley con el protector, "sino muchas veces con el torturador, el que asesina, el que hace desaparecer a personas".
Así las cosas, la novela policial, "se ha ido adaptando a la realidad latinoamericana y se ha seguido produciendo".
El escritor citó al chileno Roberto Bolaño, el argentino Guillermo Pilia o los mexicanos Jorge Ibargüengoitia y Vicente Leñero como ejemplo de autores que se acercaron a la novela policial "para subvertirla, para darle una vuelta de tuerca", creando novelas con estructura policíaca, pero no necesariamente de género negro.
Estos escritores alteraron, según el peruano, la fórmula del clásico hard boiled estadounidense, el género detectivesco acuñado por Dashiell Hammet y al que siguieron Raymond Chandler o Ross Macdonald.
"En el hard boiled y la clásica británica, más allá de que el detective sea un outsider, un mujeriego, un alcohólico, al final restituye el status quo. ¿Cómo hacemos en unos países donde esa figura es inverosímil? Eso significó un reto para muchos autores", argumentó el escritor peruano.
Mencionó también cómo durante la dictadura en Argentina los escritores también debían sortear el filtro de la censura, en una época en la que el orden representaba "todo lo que consideramos lo criminal, la desaparición, la tortura, el asesinato".
"Los detectives en la hard boiled son un desastre, pero no son corruptos. Aquí, lo primero que serían es corruptos", ironizó.
Trelles precisó que a pesar de estos autores atípicos, también existen en Latinoamérica autores que sí están más cerca de la novela negra clásica, como Leonardo Padura o Paco Ignacio Taibo.
Galardonado en el 2012 con el premio español Francisco Casavella por la novela Bioy, el escritor afirmó que la realidad "hace personajes muy ricos y muy contradictorios", la mayoría de ellos villanos "porque no hay personajes ni muy buenos ni muy malos".
Frente al abuso de los estereotipos, defendió la riqueza de matices en los personajes: "me molestan mucho esas novelas del bien y el mal", aseguró.
Además del análisis sobre la novela negra latinoamericana "atípica" y un libro de cuentos que publicará en el 2014, Trelles Paz trabaja en su próxima novela, aunque con calma.
"No soy un escritor prolífico y no quiero serlo. Tengo mucho respeto por la bibliografía, y como el escritor y el artista en general es un ser insatisfecho, y yo soy obsesivo, lo complico más", aseguró este autor "desordenado" que escribe a mano el final de sus libros.
Tras ser comparado el año pasado con el premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa por uno de los miembros del jurado del Francisco Casavella, Trelles reconoció que esta equiparación "impone y asusta, pero te pone -dice- un cierto reto".
Aseveró que "cuando uno está aprendiendo el oficio, ha de tener claro que tiene que encontrar su propia voz apagando la del maestro. La comparación me halagó pero a la vez me hizo darme cuenta de que tenía que seguir escribiendo lo mío".
"Los relevos son importantes en la literatura, eso hay que tenerlo claro", concluyó.