31.8.12

Barcelonegra

En cuanto al protagonista, se suma al grupo de investigadores brillantes pero bordes 

Portada El asesino de la Pedrera. foto: RBA
Aro Sáinz de la Maza, escritor catalán, se estrena con El asesino de la Pedrera. foto: RBA. fuente: lavanguardia.com
La novela negra con denominación de origen Barcelona sigue consolidándose como un fenómeno que explota la aureola mercadotécnica de la ciudad y, al mismo tiempo, respeta sus precedentes. Hace unas semanas, Xavi Ayén nos informaba sobre el mapa literario y los nuevos autores de esta tendencia barcelonegra y hablaba del libro El asesino de la Pedrera (RBA), de Aro Sáinz de la Maza. Son 570 páginas que, con irregular tensión, acumulan muchas pautas del género. Una lectura tan seguida, sin embargo, justifica semejante arsenal de señuelos narrativos, los mismos que tanto abundan en las muchas series de televisión policiacas. La suma de todo se traduce en potencia argumental, pocas frivolidades y expansiones históricas que, en ocasiones, parecen responder a una tentación inevitable: querer rentabilizar al máximo el esfuerzo de documentación.

Sáinz de la Maza convierte la Barcelona de Gaudí en el decorado de una serie de asesinatos macabros y logra que la arquitectura delirante del artista sea coherente con la depravación de los psicópatas y con la propia estructura del relato, trabajada con la precisión de un laboratorio de criminología. Además de Gaudí, la novela incluye una reflexión crítica sobre la ciudad y los estragos del postolimpismo, que, por desgracia, no sólo fueron urbanísticos. En este sentido, la novela pepecarvalhea, aunque sin la sentimentalidad desencantada que tanto identificaba al gastrodetective creado por Manuel Vázquez Montalbán. Fiel al mismo propósito de escribir desde el presente y de referentes propios, Sáinz de la Maza trabaja con inquietudes actuales: skaters, okupas, prohombres corruptos, chantajes entre burgueses que viven de un patriotismo que les permite saquear su propio país...

¿Y el argumento? No lo contaré para zafarme de los nuevos inquisidores, que consideran delito la reseña informada, y sólo enumeraré algunos ingredientes de esta receta: la visita del Papa a la Sagrada Família, un estafador millonario llamado Félix, un ex alcalde olímpico amenazado de muerte, las clásicas disputas intestinas entre cuerpos de seguridad, el sensacionalismo mediático, una nueva topografía urbana con eixamples gais y un análisis minucioso de la obra de Gaudí. En cuanto al protagonista, se suma al grupo de investigadores brillantes pero bordes, capaces de fascinar, aunque parezca mentira, a mujeres de bandera. En la novela negra sigue vigente el tópico de hombres que se acaban de separar, que intentan dejar de beber o de fumar, insomnes, alérgicos a la autoridad y a la higiene, males padres y peores maridos. ¿Por qué? Porque si fueran felices, amables, responsables y sensatos nadie leería estas historias.

23.8.12

Philip Marlowe despierta del sueño eterno

Los herederos invitan al escritor John Banville a resucitar al detective de Chandler. La polémica está servida: ¿tiene sentido esta operación más allá del lucro?

Humphrey Bogart puso rostro a Marlowe en su encarnación más célebre en el filme El sueño eterno (1946). foto.fuente:elpais.com
Uno de los mejores escritores irlandeses del siglo pasado fue Flann O’Brien, autor de novelas magistrales como El archivo de Dalkey, Nadan dos pájaros o El tercer policía (todas en Nórdica). El problema era que Flann O’Brien no existía, era un mero nom de plume bajo el que se ocultaba Brian O’Nolan (1911-1966). Al crear un alter ego, O’Nolan, excelente escritor y periodista, se creó a sí mismo un problema que lo persiguió más allá de la tumba: jamás lograría a brillar a la altura del autor inventado por él. John Banville, otro irlandés, esta vez de nuestro tiempo, es uno de los escritores más importantes de su país, autor de una rigurosa obra que comprende una docena de títulos de ficción y que culmina con la publicación en 2005 de El mar, novela que obtuvo el Man-Booker, uno de los galardones más prestigiosos de la lengua inglesa, y fue declarada la mejor novela irlandesa del año. Tras su publicación, su autor hizo una revelación desconcertante a The Paris Review: “Odio a Banville”, afirmó. “Sus obras me parecen detestables”. Un año después, bajo el seudónimo de Benjamin Black, iniciaba la publicación de una serie de novelas negras ambientadas en el lóbrego Dublín de los años 50 y protagonizadas por un tipo taciturno, atormentado y solitario, patólogo de profesión, que respondía al nombre de Quirke. Con ser sumamente interesante, nada de esto ha despertado tanta expectación en los círculos literarios anglosajones como el anuncio de que el irlandés ha aceptado la invitación que le han hecho los herederos de Raymond Chandler de escribir una novela protagonizada por uno de los personajes más enigmáticos y atractivos de todos los tiempos: el imperturbable Philip Marlowe.
Años después, Banville volvería a escribir novelas firmadas con su nombre, sin dejar de hacerlo como Benjamin Black. Hace apenas una semana se publicó Venganza, espléndida novela del alter ego de Banville, quien pronto publicará también novela sin seudónimo.


Cuando escribe novela negra, el irlándés firma como Benjamin Black
La situación no es nueva, por supuesto. La combinación entre la avidez de los lectores por seguir leyendo aventuras de personajes a los que son adictos y el hecho de que se trate de una industria que mueve muchos millones de dólares ha llevado a una serie de secuelas de relieve: Sherlock Holmes, James Bond, Sam Spade, Scarlett O’Hara, o Peter Pan son algunas de las más notorias.
La ley lo permite, pero para obrar la milagrosa resurrección de célebres personajes es necesario que contar con el beneplácito de los herederos, que sacan por ello grandes beneficios. O dejar que pase el suficiente tiempo. En España, la Ley de Propiedad Intelectual protege las obras (y los personajes, como “obra derivada”) hasta 70 años después de la muerte de su autor. En Estados Unidos, la ley amplió el plazo de 50 años después de la muerte del autor (o 75 años para una obra de creación corporativa) a 70 años (y hasta 120 años en las creaciones empresariales). Chandler murió en 1959, es decir, hace 53 años.


El escritor irlandés John Banville. foto:Carlos Rosillo
A Philip Marlowe ya lo resucitó en su día Robert B. Parker, también a petición de los herederos de Chandler. Como escritor, Parker era una fuerza de la naturaleza, que creó no uno sino toda una serie de personajes noir como Spenser, Hawk, Susan Silverman o Jesse Stone, que seguían con fervor millones de lectores. Parker, fiel discípulo de Chandler, cuya obra analizó concienzudamente en su tesis doctoral, se aplicó con respeto y disciplina a la tarea de poner fin a Poodle Springs, la novela que Chandler dejó inacabada al morir. Cuando el resultado vio la luz se produjo una situación inexplicable: Todo estaba ahí, el argumento, el personaje, el ambiente, el lenguaje hasta la voz. Algunos críticos señalaron incluso que la prosa de Chandler escrita por Parker superaba a la del maestro. Y sin embargo los lectores se sintieron decepcionados. No era posible identificar con exactitud lo que faltaba… el alma de Marlowe, tal vez. Fuera lo que fuese, Chandler se lo había llevado consigo al otro barrio.
Parker, que no sabía hacer otra cosa que no fuera escribir, murió con 77 años frente al teclado, dejando huérfana a toda una cohorte de personajes a los que dieron vida otros escritores en secuelas que a la postre… tampoco funcionaron. El negocio de las secuelas es demasiado lucrativo como para dejarlo de lado. Cuando Robert Ludlum falleció en 2001 dejó una máquina de generar beneficios interrumpida en plena producción con sus tres novelas de Jason Bourne. Tras su muerte Eric Van Lustbader lleva siete novelas dedicadas al legado de ese personaje.


Lo interesante es que en este caso el reto pasa a un escritor de verdad
Pero estamos mezclando demasiadas clases de escritores, y hay que distinguir entre lo que es literatura de lo que no lo es. Parker era más de la estirpe de Black que de la de Banville, en el sentido de que no era un autor “literario”, sino de género. De hecho, a los puristas de la novela negra no les gusta demasiado Benjamin Black, en quien ven a un intruso que desprende un tufillo a literatura seria. Demasiada complejidad. Más profundidad psicológica de la cuenta. El lector no quiere tantas complicaciones.
Lo que hace interesante la ecuación Banville-Marlowe es que esta vez el reto pasa a manos de un escritor de verdad que además no cuestiona la validez del género negro ni la grandeza de Chandler. Volviendo a la pelea que el escritor sostiene consigo mismo, el autor de El mar ha explicado: “Lo que hace Banville es el resultado de un esfuerzo de concentración. Lo que hace Black es pura espontaneidad. El primero es un artista, el segundo un artesano”. Mientras que las novelas que firma como Banville le suponen una tortura, las que firma como Black tarda apenas tres o cuatro meses en ultimarlas.
Que un escritor de la talla de Banville esté dispuesto a dar vida a Marlowe, además de un gesto de reconocimiento y humildad supone un reto fascinante. Que la cosa salga bien es otra historia, pero como sabía muy bien Philip Marlowe, dar con las cosas verdaderamente interesantes exige meter las narices donde nadie quiere hacerlo. Es de buena ley celebrar la decisión de Banville. Algún día, también él nos dejará. Huérfanos, Black y Quirke quedarán a merced de los demonios. Esperemos que no falte quien quiera resucitarlos.

Euforia negra para despedir el verano

La novela policiaca seduce a cada vez más autores españoles. Damos una lista de diez escritores debutantes y que han repetido en el género

Imagen de la portada de La tristeza del samurái, de Víctor del Árbol. foto.fuente:elpais.com
El entusiasmo por la novela policiaca no es solo de los lectores, ni por los autores extranjeros. Cada vez más, los escritores españoles se adentran con éxito en el territorio del género negro, incluso han sido seducidos autores consagrados como Carme Riera, que ha firmado este año Naturaleza casi muerta.
Es uno de los géneros que más autores nuevos incorpora en cada temporada, desde personas anónimas y periodistas hasta cineastas prestigiosos. El objetivo de los escritores, en general, es explicar el mundo desconcertante en que vivimos, con todas las excepciones que se quiera. Las siguientes son diez novelas policiacas de debutantes, o segundos títulos, que recomendamos para despedir el verano:
Simpatía por el diablo, primera novela del cineasta Agustín Díaz Yanes, entre lo negro y la política ficción, da miedo, porque lo que cuenta podría pasar en cualquier momento: un banquero corrupto, con muchos trapos sucios que esconder pone en marcha, con la inapreciable ayuda de políticos corruptos y de un elitista fondo de inversiones norteamericano, una conspiración para dar un golpe de Estado, de derechas, naturalmente. Todo es ficción, pero el lector atento podrá identificar a algunos personajes de la política española.
Narcolpesia, primera novela de Jordi Ledesma, es la historia de un chiquillo de la Barceloneta que casi sin darse cuenta se convierte en un camello. Prospera rápidamente hasta que comete su primer asesinato y se pierde a sí mismo.
Sanclemente hace una radiografía en Tienes que contarlo de la crisis de la prensa escrita, de la publicidad en Internet y del periodismo digital en una historia de amores y desamores entre un policía y una arriesgada periodista
Primera novela negra también de Aro Sáinz de la Maza, El asesino de la Pedrera. Un pelo desmesurada, narra la obsesión de un asesino por los edificios y símbolos de Gaudí: el parque Güell, la Sagrada Familia, las chimeneas soldado de la azotea de La Pedrera. Es una acerba crítica a la Barcelona preolímpica, a los malos tratos y a los políticos y policías corruptos.
El rostro de la maldad, segunda novela negra de Julián Sánchez, protagonizada por el inspector David Ossa, parte de un terrible atentado en unos grandes almacenes (recuerda a Hipercor, pero no tiene nada que ver). La venganza de un artificiero a quien sus compañeros dejaron caer voluntariamente en el fuego será terrible y su principal escenario es el subsuelo barcelonés.
La segunda novela de Marta Sanz protagonizada por el detective privado Zarco, Un buen detective no se casa jamás, confirma la línea psicológica emprendida en Black, Black, Black. Zarco, huye de Madrid y de los sinsabores que sufrió en la anterior historia y acepta la invitación de una antigua amiga para pasar las vacaciones en la costa mediterránea, pero no puede quitarse de la cabeza a su exmujer Paula, que se convierte en la voz de su conciencia.
Novelas de periodistas o sobre el periodismo.
José Sanclemente hace una radiografía en Tienes que contarlo de la crisis de la prensa escrita, de la publicidad en Internet y del periodismo digital en una historia de amores y desamores entre un policía y una arriesgada periodista.
Gabriela Cañas ha debutado con Fuego en las torres, en la que a partir del incendio del edificio Windsor en Madrid, traza un certero análisis de la corrupción política y empresarial que se inició con la burbuja inmobiliaria y sus paralelismos actuales.
Con mucha acción, Verano en rojo, de Berna González Harbour, primer caso de la comisaria Ruiz, traza un panorama desolador del periodismo con una trama trepidante a partir del asesinato de dos muchachos en el verano de 2010, año en que España ganó el Mundial de Fútbol.
La tristeza del samurái, de Víctor del Árbol, es un caso curioso. Se publicó en 2011, con buenas críticas pero pasó con más pena que gloria. Publicada en Francia por Actes Sud ha sido un rotundo éxito en el país vecino, donde ha obtenido el Premio Polar Europeo. Ahora aparece en España en edición de bolsillo. Abarca un periodo que va desde los primeros años cuarenta a bien entrados los ochenta. Los desafueros de los políticos de la posguerra, de cómo se situaron después de la guerra y prosperaron durante la transición, llegan hasta el presente. La venganza no tiene límites. Muy bien construida y con personajes sólidos. 

22.8.12

Detenido por el asesinato de una prostituta, relató su crimen en una novela

Un italiano de 34 años escribió La rosa y el león, un libro que narra el delito por el que ahora se le acusa
El fiscal le imputa homicidio voluntario premeditado y ocultación del cadaver. foto.fuente:abc.es
Un italiano de 34 años y licenciado en Filosofía ha sido detenido como el presunto autor del asesinato de una prostituta nigeriana de 20 años. Una historia casi idéntica aparece en una novela escrita por él mismo, titulada La rosa y el león.
El presunto asesino, Daniele Ughetto, originario de Turín (norte de Italia) ha sido acusado de matar a Anthonia Egbuna, cuyo cadáver fue encontrado el pasado 26 de febrero en un dique del río Po, al que, según los investigadores, fue arrojada por el joven italiano con quien mantenía una relación, informaron hoy los medios de comunicación italianos.
Según los investigadores, se trataba de una relación tormentosa, al igual que la que narra Ughetto en su novela, donde un joven italiano quiere sacar de la calle a una prostituta nigeriana. Un intento en el que el personaje del libro fracasa y que le lleva a asesinar a la joven.
"Él la amaba y la amaba cada vez más, pero ella no quería saber nada de abandonar la calle. Todos sus intentos para hacerla cambiar de vida fueron un fracaso y, por este motivo, ella se transformó en su torturadora", relató Ughetto en su novela.
En la realidad, el fiscal Sandro Destito, acusa a Unghetto de homicidio voluntario premeditado y ocultamiento de cadáver. El joven reconoció en un escrito dirigido al juez de instrucción preliminar que conocía a la mujer nigeriana y que era el autor de la novela, aunque negó haberla asesinado.
Ughetto fue detenido el pasado jueves y el juez Massimo Scarabello ha dictaminado que permanezca en prisión cautelar, al considerar que existe peligro de fuga.
Con todo, existen algunas diferencias entre el asesinato narrado en la novela y el de la realidad, ya que mientras en la ficción la prostituta es asesinada por los disparos de un fusil, Anthonia Egbuna fue masacrada a cuchilladas, según revela la autopsia.
El informe médico señala que la prostituta nigeriana sufrió numerosas y profundas heridas de arma blanca, inferidas en la cabeza, el cuello y las manos "algunas de las cuales eran, sin duda, resultado de un intento de defenderse". Según la reconstrucción de los investigadores, la mujer luchó con su agresor, quien tras quitarle la vida se deshizo del cadáver arrojándolo al río Po.

Andreu Martín desvelará cómo escribe sus novelas policíacas en un ensayo en primavera de 2013

El autor catalán contará cómo escribe sus novelas policíacas en un ensayo titulado Com escric novela policíaca, tras la publicación este mes de Com escric  
El autor catalán de novela negra Andreu Martín contará  cómo escribe sus novelas policíacas en un ensayo titulado Com escric novela policíaca, que  está bastante avanzado. foto.fuente:lainformacion.com
El autor catalán de novela negra Andreu Martín desvelará en primavera de 2013 cómo escribe sus novelas policíacas en un ensayo titulado 'Com escric novela policíaca', tras la publicación este mes de 'Com escric' (Ara llibres), ha avanzado Martín en declaraciones a Europa Press.
Martín ha explicado que, en realidad, deseaba incluir un último capítulo específico sobre novela negra en 'Com escric', pero que esa parte se le "hipertrofió", y finalmente quedará un libro incluido más extenso que el primero.
El autor ha explicado que este libro está bastante avanzado, pese a haber tenido que leer muchísimos ensayos sobre novela negra, que ha ido acumulado en sus años de trayectoria como autor de novela policíaca.
Asimismo, ha avanzado que tiene preparado un libro sobre la mafia china en Barcelona y otro, a punto de terminar, protagonizado por su personaje Wendy.
"Me rondan también algunas ideas que este verano deben tomar forma", ha explicado Martín, que ha confesado sentirse especialmente inspirado en el momento de la ducha.
LA PARIDA DE ANDREU
Hace 12 años que el escritor catalán envía diariamente un correo electrónico a una comunidad de unos 200 amigos y conocidos con 'La parida de Andreu', donde el autor explica alguna reflexión o un chiste, o enlaza con una noticia sobre el sector.
De este intercambio de opiniones, el autor ha extraído también reflexiones que ha volcado en su libro Com escric, además de haberse basado en las consultas realizadas por la Escuela de Escritura del Ateneu Barcelonès, donde da clase desde hace cuatro años.
Por ello, Martín defiende que Com escric no está solamente dirigido a aprendices de escritor, sino también a personas que desean reflexionar sobre literatura y conocer los posicionamientos del autor, que intenta echar por tierra algunas máximas que "se han repetido mucho sin pensar".
"Me he encontrado que hay cosas que se dicen por inercia pero que nadie se ha parado a pensar, como que los personajes tienen vida propia y que van contra tu voluntad, o como que sólo hay cinco temas en novelística y ya están explicados", ha expuesto.

13.8.12

‘Calle Erottaja’, el thriller financiero que llega desde el país más insolidario

El periodista finlandés Hämäläinen introduce la crisis del sistema bancario como trama literaria

Karo Hämäläinen, escritor y periodista finlandés. foto:Carlos Rosillo. fuente:elpais.com

Resulta curioso que un escritor finlandés -uno de los países que menos sufre la crisis-, furibundo defensor de que no se ayude a los Estados de la UE en problemas, como España, haya escrito una de las primeras novelas que tiene como trama la crisis financiera y como protagonistas a los banqueros, brokers y demás especuladores que la causaron. Se llama Karo Hämäläinen, y es redactor jefe de la revista económica Arvopaperi, en la que ha escrito numerosos artículos sobre la tormenta financiera y, en particular, sobre los bancos islandeses cuyos manejos llevaron a la quiebra al país.
Curiosamente, Hämäläinen defiende su novela Calle Erottaja (Ediciones B) como un método más fiable que el periodístico para desenmascarar el entramado de intereses que nos ha llevado a la quiebra del sistema financiero y la ruina de muchos estados. “Puede parecer que como la novela es ficción, es menos precisa a la hora de retratar lo que ha pasado. Y ocurre justamente lo contrario, porque no sufres las presiones de nadie ni estás sujeto al mareo de cifras y estadísticas que se incluyen en los artículos periodísticos para engañar a la gente”.
El nombre de la novela es un símbolo de los mercados financieros. Erottaja es la calle de Helsinki en la que se ubican las principales empresas y bancos de Finlandia. El libro tiene estructura de thriller en torno a sus protagonistas, tres socios que fundan un banco y se intentan aprovechar de la caída de Lehman Brothers en 2008 y de la quiebra de los bancos islandeses para especular y volver a hacerse con la entidad.
“La especie humana a veces es avariciosa por naturaleza. Pero también somos animales, y cuando se desata el pánico en los mercados —como sucede en el libro—nos sale este instinto y tratamos de salvarnos a nosotros mismos. Los políticos y las personas que tomaron decisiones financieras también son seres humanos: se vuelven avariciosos cuando tienen miedo. Y adoptaron decisiones irracionales cuando después de Lehman el mundo se empezó a desplomar".
El escritor finlandés señala que ha trasplantado a Finlandia el ambiente de Wall Street o la City, en el que "los directivos de los bancos de inversión eran simples jugadores, que recibían incentivos por maximizar los beneficios trimestre a trimestre, así que eludieron cualquier control, para conseguir esos objetivos a corto plazo con productos como los derivados”.
A raíz de la crisis financiera, en el cine se ha creado un subgénero de películas como Inside Job, Margin Call, Too Big to Fail, con temática económica. El escritor finlandés no cree que ese fenómeno se replique en en la literatura aunque “el hecho de que todo el mundo hablara de economía es en parte la razón por la que me puse a escribir un thriller financiero”.
“Al principio empecé a escribir un thriller de acción -aquel en el que la vida de una o varias personas corre peligro- pero ya se han escrito muchos que se desarrollaban en ámbitos como la política, por ejemplo. Pero luego le di una vuelta de tuerca al asunto y pensé: “No quiero escribir un thriller de acción que se desarrolle en el mundo de las finanzas, sino un thriller financiero en el que el núcleo sean las finanzas. Lo que está en peligro no es la vida de las personas, sino su reputación, su dinero. Así que en un principio el núcleo del libro era la acción, pero luego la sustituí por las finanzas”.
Hämäläinen, que ha tocado casi todos los géneros desde la literatura infantil (la saga Samuli) hasta de finanzas, no se siente parte de ese boom de thrillers nórdicos como Henning Mankell o Stieg Larson. “En mis novela no hay policías”.
Finlandia, que vivió una crisis bancaria en 1991 que precisó del rescate público, se ha convertido en el país más reacio a aceptar el paquete de ayudas para salvar la banca española, al punto de amenazar con salirse del euro. “En Finlandia hay muchas presiones políticas. Además, en la década de los noventa lo pasamos muy mal y desde entonces hemos actuado con mucha cautela a la hora de endeudarnos. ¿Por qué va a tener que darle dinero alguien que ha hecho las cosas bien a quien lo ha hecho mal? Pero, al final, creo que pasara como en la parábola del hijo pródigo. Y el padre y el hermano bueno ayudarán al hermano malo, que se gastó el dinero y lo pasó bien”.
¿Por qué va a tener que darle dinero alguien que ha hecho las cosas bien a quien lo ha hecho mal?
Karo Hämäläinen
En un país de cuya literatura apenas nos llega nada –apenas se han publicado varios libros de Arto Paasilinna- , la imagen que tenemos es la de las películas de Aki Kaurismäki, que retratan a una clase media baja ahogada por la penuria económica y envuelta en un aura de melancolía existencial. Calle Erottaja pinta una Finlandia muy distinta, de tiburones financieros, que se mueven entre la opulencia y la impunidad.
Con todo el mensaje de Hämäläinen es optimista. “Saldremos de esta. No es el fin del mundo. Al final habrá recuperación”.

3.8.12

De aquellos hippies, estos narcos

La precuela de Salvajes llega a las librerías en septiembre para contar los orígenes de los jóvenes traficantes que la protagonizan

El escritor Don Winslow, autor de la celebradísima El poder del perro, prepara Los reyes de lo cool que llega en septiembre. foto:archivo.fuente:elmundo.es
De Don Winslow, a quien guardamos gratitud inextinguible por ese novelón titulado El poder del perro, sabíamos últimamente que andaba abducido por Hollywood. Primero tuvimos noticia del proyecto de adaptación de El invierno de Frankie Machine, una excelente historia crepuscular que pudimos leer hace un par de años y que al parecer iba a rodar Robert de Niro (pero no hemos sabido más, y es una pena, porque el personaje y la historia le iban a Bob como anillo al dedo).
Luego nos enteramos de que Oliver Stone se había fijado en Salvajes, una novela que apareció el año pasado en español. El tema volvía a ser la frontera y la fallida guerra de EEUU contra las drogas, con México como monstruoso daño colateral, esto es, el eje central de El poder del perro, pero en este caso narrado desde el punto de vista de unos jóvenes traficantes yanquis, uno de ellos ex soldado en Afganistán, que mantienen unas turbulentas relaciones con los cárteles que mueven el cotarro al sur del Río Grande.
Ya en su día tuvimos ocasión de comentar el libro. De la película, con guión del propio Winslow en colaboración con Shane Salerno, y protagonizada por Blake Lively, Taylor Kitsch y Aaron Taylor-Johnson (con apariciones estelares de Benicio del Toro, Salma Hayek y John Travolta), podemos decir que se estrenó a comienzos de julio en Estados Unidos, con un moderado éxito. Aquí podremos verla el próximo 28 de septiembre.
Entre tanto, Winslow nos ofrece una nueva novela. Llegará a las librerías españolas en septiembre, aunque ya puede comprarse en preventa. Se titula, no sé si muy acertadamente, Los reyes de lo cool, y tiene la peculiaridad de que es una 'precuela' de la anterior, o lo que es lo mismo: nos cuenta qué pasó con esos jóvenes traficantes, incluidos sus orígenes familiares, antes de los hechos que ya nos se nos narraron en Salvajes. Si se tiene en cuenta que Salvajes es una historia más bien compleja, y que se resuelve de forma apocalíptica y demoledora, el ejercicio de reconstrucción hacia atrás que plantea 'Los reyes de lo cool' roza por momentos el virtuosismo narrativo, al hacer encajar una multitud de piezas que parece imposible que el autor no tuviera en la cabeza cuando escribió la novela anterior, y de las que sin embargo no nos dejó entrever apenas nada entonces.
En resumen muy grueso, venimos a saber que esos jóvenes e implacables traficantes de la primera década del siglo XXI, que no creen en nada y han elegido ganarse la vida con uno de los negocios más peligrosos del mundo (en especial, allí donde ellos lo desarrollan), son hijos, incluso biológicos, de aquellos hippies que en los 70 predicaban la paz, el amor y la marihuana. Surferos rebosantes de buen rollo que en el tránsito de los 80 a los 90 cambiaron sus ansias de redención universal por planes concretos de redención individual en los que no hacían ascos, si la ganancia lo justificaba, a contemporizar con el crimen.
Tiene Winslow, en este aspecto, un olfato innegable para construir historias que resultan mordazmente simbólicas, tanto de su país como de los que de uno u otro modo vamos a remolque de él, imitando sus hábitos, sus modas, incluso secundándolo en sus campañas bélicas. De los hippies y agitadores del 68 se sirvió a placer el capitalismo rampante de los 90, tras la caída del Muro de Berlín. De su imperio indiscutido, partiendo cuentas y dividendos con el crimen organizado global, a través de los paraísos fiscales, el blanqueo de dinero y otras prestidigitaciones, proviene esta era de nihilismo y desencanto planetario.
Con esa carga simbólica es con lo que se queda este lector de 'Los reyes de lo cool', más allá de una historia que está construida con la profesionalidad, el rigor y la habilidad que son del caso (no en vano estamos ante un novelista norteamericano experimentado, esto es, ante un impecable profesional), pero que quizá resulta algo alambicada y en definitiva no viene a sumar mucho a lo que ya quedó contado, sobre los personajes y su carácter, en la novela anterior (o posterior, según se mire).
Todo está bien ensamblado y resuelto, salvo quizá alguna precipitación en el tramo final y algún esquematismo excesivo en otros pasajes (en los que Winslow, como ya hizo en 'Salvajes', intercala escenas escritas en formato de guión cinematográfico). Y sin embargo, no es eso lo que resulta más memorable de este libro. Puestos a elegir un pasaje, permítaseme elegir una reflexión que entre el ruido de los tiros, el fragor de la venganza y el horror de las traiciones que son moneda corriente entre quienes viven en el lado oscuro, viene a leerse como una epifanía. Se la lanza John, un traficante recién salido de la cárcel, a Roger, el banquero al que le ha encargado que vele por sus ahorros:
Hemos metido dinero hasta en el último banco de Newport, Laguna, Dana Point, donde quieras. Joder, tenía quince años cuando empecé a entregarles bolsas llenas de efectivo a gilipollas como tú. Nadie se quejó nunca. Si no hubiera sido por nosotros, jamás habríais tenido fondos para los préstamos. Nosotros levantamos esta ciudad con mierda y rock-and-roll. Un buen pedazo de Laguna se construyó gracias a la droga. Efectivo que entraba en los bancos y salía como hipotecas para casas, tiendas, negocios.
¿Alguien más ha pensado al leerlo que estaba hablando de algo más que una pequeña ciudad de California?