Eva Gabrielsson, viuda de Larsson. fOTO:aRCHIVO.fUENTE:Revista ÑEl ensayista Savater reflexiona sobre la posibilidad de que en realidad la autora del triple bestseller Millenium sea Eva Gabrielsson, la pareja del escritor Stieg Larsson en lugar del fallecido autor sueco
Por: Fernando SavaterEn cierta ocasión, Samuel Butler propuso irónicamente la hipótesis de que la Odisea fue escrita por una mujer y que su verdadera protagonista es Penélope. Robert Graves sustantivó esta conjetura en su divertida novela La hija de Homero. Aunque la muy leída trilogía de Millenium no sea precisamente comparable a la Odisea, también hay quien la supone escrita por mano femenina. Anders Hellberg, el jefe de Stieg Larsson en su agencia de noticias, tiene serias dudas sobre la capacidad de éste para escribir los sucesivos mamotretos: "El lenguaje que utilizaba era pobre, el orden de las palabras incorrecto, la construcción de las frases era simple y la sintaxis completamente enloquecida". A mí todo ello me parece prueba irrefutable de que Larsson y sólo él escribió Millenium, pero Hellberg cree en cambio que esas características de estilo le descartan: a su juicio, la autora del triple best seller es Eva Gabrielsson, la pareja del escritor a la que azares de la vida dejaron compuesta y sin las regalías millonarias.
No sería la primera vez que ocurre algo parecido. Como lector, el caso que más me interesa es el de Dick Francis, el antiguo jinete metido a novelista policíaco de ambientes hípicos, a quien debo tantas vigilias jubilosas. Mi Hermandad de la Buena Suerte quiso ser un modesto homenaje a sus relatos. Francis escribió una novela por año desde mediados los sesenta del siglo pasado: todas entretenidas, una docena buenas y seis o siete magistrales. En su biografía no autorizada, Graham Lord puso en duda que el no muy instruido ex jóckey tuviese tamaño talento narrativo: la verdadera autora sería Mary, su esposa durante más de medio siglo, con buena preparación en letras. En el 2000 falleció la fiel Mary y Francis guardó silencio seis años: después volvió a publicar otras tres novelas, pero auxiliado por su hijo Félix. Ahora acaba de morir y no sé a quien agradecer la felicidad recibida, si a Dick, a Mary, a Félix o a los tres. Quizá el destinatario de mi gratitud deba ser Devon Loch, el caballo de la Reina Madre que lo derribó a pocos metros de ganar el Grand National y desencadenó la vocación literaria de ... de quien sea.
Copyright Clarín y F. Savater, 2010.
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