Abogado criminalista y escritor iconoclasta de novela negra, el autor de Dinero fácil no se esconde, ni en sus novelas ni en esta entrevista, a la hora de criticar su país y subrayar la existencia de un lado oscuro en el paraíso sueco
Con dos novelas publicadas en España, Dinero fácil (Suma de Letras, 2009) y Nunca la jodas (también en Suma, 2010) el autor no se esconde a la hora de dar una visión radicalmente distinta de su país y su ciudad, Estocolmo, un lugar con un lado oscuro que se empeña en retratar. Mafiosos yugoslavos, narcos, arribistas suecos, adictos de clase alta y policías con dudas morales pueblan unas novelas en las que, al igual que la entrevista, Lapidus no se esconde. Eso sí, asegura, "Suecia es todavía un buen lugar para vivir".
Pregunta: Joven abogado de éxito respetado y reconocido en su profesión se convierte en escritor y cronista de los bajos fondos de Estocolmo ¿Cómo es el proceso?
Respuesta: Recuerdo claramente la chispa con la que empezó. Trabajaba en la corte municipal por aquellos tiempos. El tribunal llevaba el caso de una joven banda de los suburbios y sus miembros estaban siendo procesados por robo a mano armada. Asaltaron una fiesta en un apartamento y robaron a los asistentes. Lo que me fascinó no fue el caso en sí, sino la actitud de los acusados. Estaban a punto de ser condenados a varios años y, sin embargo gritaron al juez y le amenazaron como si estuviesen en la calle. Levantaron su dedo corazón y gritaron: "No podemos vivir de otra manera".
Al llegar a casa por la noche me senté enfrente del ordenador. Quería contar la historia de estos chicos, una sociedad donde el ansia por el dinero ha alcanzado niveles de locura, una Suecia de la que nunca se había hablado. Quería describir los suburbios desde la perspectiva de los criminales. Y empecé a escribir.
P: Aparte de mucho dinero ¿Qué le supone ser uno de los autores más vendidos de su país?
R:Realmente no mucho. Todavía me levanto pronto por la mañana para cuidar de los niños y llevarlos a la guardería, después voy al tribunal a defender a supuestos asesinos, ladrones de bancos y narcotraficantes. Después vuelvo a casa con mi familia y ayudo a mi mujer a meter a l0s niños a la cama. Entonces me pongo a trabajar de nuevo para preparar los casos del día siguiente. Pero, cuando un amigo vino a Estocolmo, me aseguré de que estábamos en las listas VIP de todos los clubes de moda de la ciudad.
P:Hablemos un poco de Suecia, un país que es admirado en el resto del mundo por su alto grado de desarrollo económico y social. Sin embargo, no es el país que sale en sus dos libros de la Trilogía Negra de Estocolmo ¿Por qué un país tan desarrollado genera tantas sombras en su interior?
R:Espero cualquier día una llamada del Ministerio Sueco de Asuntos Exteriores para pedirme que deje de hablar tan mal sobre Suecia. ¡Los turistas no se van a atrever a venir! Me gusta describir una parte de la realidad sueca. No pretendo presentar toda la realidad, solo fragmentos de una realidad compleja. Todavía creo que Suecia es un buen lugar para vivir y, seguro, relativamente.
P: Varios de sus personajes son inmigrantes marcados por un trato racista por parte de profesores, trabajadores sociales... ¿Suecia no era el paraíso de la acogida de las minorías perseguidas?
R:Bueno, sí y no. Suecia tiene una ley contra la discriminación y el sentimiento general en la política sueca es muy abierta y en contra de la discriminación. Una vez dicho esto, creo que hay un profundo racismo oculto en la sociedad sueca. La gente con orígenes no europeos no encuentra trabajo de la misma manera que los suecos de origen; en el Parlamento no hay representantes que vengan las clases bajas.
P:El retrato que hace de la clase alta de Estocolmo y de los círculos próximos a la familia real da un poco de miedo. ¿Recibió críticas por hablar de esos estratos sociales en esos términos?
R:No, por lo menos que yo sepa. La clase alta en Suecia es muy educada y no debate esas cosas en público. Por lo que he oído, les han gustado mis libros.
P:Relato fiel de los bajos fondos y de las sombras de una clase alta que tiene sus vicios y sus bajezas ¿Documentado por la experiencia o simple investigación?
R:La respuesta es sencilla. Todo lo consigo gracias a mi trabajo. Estocolmo tiene su lado oscuro y me fascina. Yo veo esa realidad a diario: conozco a los criminales, a las víctimas y charlo con la policía.
P: La Feria del Libro en Madrid se centró en la literatur escandinava, que tiene autores autores que copan las listas de los más vendidos en todo el mundo ¿A qué se debe esta locura por lo escandinavo en general y por lo sueco en particular?
R:En los años setenta , ochenta y noventa la novela negra sueca era muy popular en los países nórdicos y en Alemania. Esto creó una tradición y muchos escritores probaron fortuna dentro del género y tuvieron éxito. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando la literatura sueca ha vivido su verdadero boom. Creo que la novela negra tiene la habilidad de tratar los grandes temas y, además, hablar de discriminación, segregación y los fallos de la sociedad moderna.
P: Antes que usted, ha habido otros grandes éxitos de venta y crítica en Suecia. Henning Mankell, Liza Marklund y Stieg Larsson son tres grandes y muy diferentes ejemplos. ¿Le han influido? ¿Dónde sitúa su obra en comparación con la de estos escritores?
R:Para nada. Mis libros están alejados de la tradicional novela negra sueca. Encuentro mi inspiración al otro lado del Atlántico, fundamentalmente entre los escritores estadounidenses. De hecho, quiero que mis libros se conviertan en la antítesis de la tradicional novela negra escandinava. Creo que mi literatura abre puertas a un mundo hasta ahora poco conocido, el submundo de Estocolmo. Una buena novela negra debe girar en torno a las grandes cuestiones como el amor, el odio y la venganza.
P:El estilo recuerda claramente al de Ellroy ¿Influencia? ¿Quién más? La descripción de uno de los protagonistas de Dinero Fácil, JW, y su mundo recuerda a Bret Easton Ellis. ¿Lo reconoce?
R:El uso del idioma que hace Ellroy es fantástico. Su ritmo y su forma desacompasada de construir sentencias me deja alucinado. Aprendí de él lo que llamo el lenguaje revolver. Las palabras se comprimen en un apretado y recortado flujo que crea un sentimiento de intransigencia y poesía. También la obra de Easton Ellis ha influenciado la mía. Relata la peor maldición del mundo occidental, el consumismo y la búsqueda de la felicidad a través de lo material.
P:Incluso James Ellroy se preocupa por policías, aunque poco o nada honestos (Bud White en L.A. Confidencial o Lloyd Hopkins en la trilogía del Sargento Lloyd). Sin embargo, su preferencia absoluta es por el mundo del hampa, ajeno a la otra parte del juego, a las fuerzas del orden.
R:Me interesa más la gente que comete crímenes. Después de todo, son los que se desvían de las normas y la ley. ¿Quién comete crímenes? ¿Por qué? ¿Qué efectos tienen los crímenes en la vida de quienes lo cometen?
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