6.8.13

Morbo, violencia y rating poblaron el festival porteño de novela policial

En Buenos Aires Negra, escritores y periodistas reflexionaron sobre las escenas sangrientas de la vida cotidiana

Como en casa. Maurizio de Giovanni centro contó que visitará La Boca y que besará su suelo. / Mario Quinteros./revista Ñ
¿Cómo mete la cola el género policial, ficticio o real, en el día a día? Esa es una de las tantas preguntas que el sábado atravesaron la segunda jornada del BAN! (Buenos Aires Negra), el festival de novela policial que ya va por su segunda edición en la Ciudad, y que cuenta con gran cantidad de público para escuchar a varios escritores.
Algunos datos pueden servir para pensar, esa actividad que suele exigírsele impúdicamente al arte, qué es lo que resulta atractivo de los casos que chorrean sangre. La escritora Selva Almada pareció sortear la corrección cuando contó que visita diariamente las páginas policiales y destacó el aporte de la literatura de Leonardo Oyola que pone en el lugar del héroe al delincuente. La mesa, integrada además por Horacio Convertini, Marcos Pereyra, Javier Chiabrando y Daniel Sorín, coincidió en que la realidad no es buen material a la hora de escribir ficción. “Los casos policiales son sólo un marco de referencia en la escritura”, apuntó Convertini mientras que Sorín enfatizó que “hay que recortar la realidad y centrarse en un objetivo de escritura preciso”. Tras el debate, Selva Almada leyó un fragmento de Chicas muertas, su próximo libro, una inquietante no ficción sobre casos en los que las víctimas terminan atrapadas en una maraña de impericia y misterio que determina que sus muertes queden impunes.
“Amor y odio a la española” fue una muy interesante charla entre la escritora Rosa Ribas y el escritor Daniel Rojo; mientras Rojo –novelista y ex ladrón que pasó 14 años a la sombra y se declaró absolutamente redimido por el amor– se confesaba un optimista por la bondad esencial del Hombre, Ribas resaltaba lo contrario. En un muy gracioso contrapunto, se permitieron hablar de la penosa situación de España, la corrupción creciente, la impunidad de los enormes desfalcos de los gerentes de la política, pero el mitin terminó con un hilarante interrogatorio en el que dos policías de ficción –actores que improvisaron con notable destreza– sometieron al ex atracador de bancos y blindados.
Más allá de una jornada en la que participaron más de una veintena de escritores, la mesa “Noticias efímeras, crímenes permanentes: Delito y TV” acaparó la atención del público. Los periodistas Florencia Etcheves, Mauro Szeta y Paulo Kablan se enfrentaron a una sala repleta que tuvo la oportunidad de formular sus preguntas. El resonante caso de Ángeles Rawson, la adolescente brutalmente asesinada, copó la parada y los periodistas remarcaron que es posible hacer el seguimiento de esas noticias sin filtar las creencias personales en la información.
El rol del periodismo fue cuestionado pero el público pareció aceptar, carcajadas mediante, que “el éxito de las noticias policiales se debe a que todos somos morbosos”, como soltaron los referentes de la mesa. Sin embargo, la sensible cuestión de la Presunción de Inocencia, un derecho constitucional que parece cada vez más vulnerado en esa especie de tribunales públicos en los que se convirtieron muchos noticieros y programas de chimentos, también fue tema de debate. Periodistas y público coincidieron en lo perverso de que la batalla por el rating arrase la dignidad de los involucrados y alimente incluso a los programas de espectáculos. Florencia Etcheves sentenció que “los noticieros no tendrían que regirse por el minuto a minuto”.
Al término de ese debate, seguía la mesa sobre violencia doméstica y femicidio, un mal de crecimiento alarmante en el país, presidida por Ernesto Mallo, director del BAN!, y la abogada y criminóloga Claudia Cesaroni. Cuando los periodistas de televisión bajaron del estrado, la mayoría del público abandonó la sala y la cuestión de la violencia de género quedó casi desierta. Como corolario, y a propósito de un festival de novela negra, cabe señalar que a confesión de parte, relevo de pruebas.

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